Mamá deja a su bebé con un niñero veterano de la guerra de Vietnam y nunca regresa

Cuando una niña supo que había sido adoptada, quedó devastada. Amaba a su padre adoptivo por dar todo para criarla, pero saber que su madre la había abandonado a los tres años le dejó un gran vacío en su corazón.

Las historias de adopción demuestran que el mundo está lleno de personas generosas. Sin embargo, la lucha por la que pasan los adoptados es real y, a menudo, se ignora. Nicole Koharik, quiso compartir su historia de pérdida, abandono, esperanza y amor.

Un día, en la década de 1970, Nicole estaba con su niñero, un joven infante de marina que acababa de regresar de la guerra de Vietnam. Su madre biológica decidió marcharse para no regresar.

ABANDONADA

El padre adoptivo de Nicole le contó la historia a una edad muy temprana. Explicó cómo su madre biológica la había dejado con él para que la cuidara y luego había desaparecido.

El niñero era un hombre muy dispuesto a ayudar siempre; se había ganado varios laureles durante su servicio. De inmediato se convirtió en un padre soltero adoptivo modelo. Adoptó a la pequeña en junio de 1978 para darle un hogar estable.

Como veterano soltero, se aseguró de que su hija adoptiva recibiera la mejor educación y se sintiera amada y protegida. Padre e hija tuvieron siempre una relación saludable. Él dejó su trabajo corporativo a finales de los 90 y se convirtió en sacerdote.

A pesar de tener un padre amoroso, Nicole no podía superar los sentimientos de abandono que la acosaban. La desaparición de su madre había dejado un gran vacío en su vida.

PREGUNTAS MOLESTAS

Mientras crecía, Nicole se culpaba a sí misma por haber sido abandonada a los tres años. Además, se sentía como una extraña porque no se parecía a nadie de su familia.

La gente le hacía preguntas en las reuniones sociales y ella no sabía qué decirles. No saber quién era, de dónde venía o por qué su madre biológica la había dejado eran preguntas que siempre la perseguían. Nunca compartió sus sentimientos con su padre por temor a que él también la abandonara.

Nicole tuvo problemas en la escuela cuando era adolescente. Su concepto de identidad propia estaba distorsionado y no sabía cómo creer en sí misma. El amor de su familia adoptiva era insuficiente para borrar la pérdida de su familia biológica.

Afortunadamente, encontró un profesor universitario empático que la ayudó a labrarse una carrera prometedora. Nicole encontró su lugar en el marketing y se ofreció como voluntaria para una organización sin fines de lucro que apoya la adopción.

A través de su trabajo voluntario, redefinió la adopción como “un viaje complejo, de por vida e intergeneracional con un impacto continuo para todos aquellos cuyas vidas se ven afectadas por él”, expresó, según recoge LoveWhatMatters. Se reinventó después de conectarse con otros adoptados y conocer sus historias.

SER MADRE

Nicole se dio cuenta de que no estaba sola y comenzó a sanarse y amarse a sí misma. El 8 de marzo de 2000 dio a luz a su hijo, Brayden. Sus dudas pronto se disiparon y su corazón se llenó de alegría, orgullo y amor genuino por su hijo.

“No estaba condenada a repetir la historia. En cambio, me comprometí a ser la madre que nunca tuve para mi hijo porque nunca quise que él dudara de mi amor por él”, dijo.

Continuó destacándose profesionalmente y completó su Maestría en Administración de Comunicaciones en 2003. Sin embargo, experimentó ansiedad por la separación cuando, en junio de 2018, su hijo se fue de casa para servir en la Marina de los EE. UU.

ENCONTRAR EL AMOR

Ella compartió: “Estaba muy orgullosa de la elección de mi hijo de servir, pero no estaba preparada. Varios meses después, con el apoyo de la familia y los amigos de mi prometido (ahora esposo), me recuperé y comencé a sentirme como yo otra vez”.

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Su historia de amor se hizo realidad cuando se casó con su prometido, Brad, el 13 de marzo de 2021. Su padre adoptivo realizó la ceremonia. Después de varias relaciones fallidas y un divorcio, finalmente tuvo una pareja que la amaba y se conectaba con su hijo.

Pidió un kit de ADN para encontrar respuestas sobre su pasado desconocido, y los resultados la llevaron a varios parientes nuevos en todo el mundo. A través del poder del amor y la familia, Nicole finalmente logró sanar sus heridas.

LOS MEJORES PADRES ADOPTIVOS

Al igual que Nicole, otro hombre de Asunción, Paraguay, fue abandonado por su familia biológica a fines de la década de 1970 hasta que encontró un ángel guardián. El 6 de enero de 1977, una mujer de 27 años, Edith Decoud, encontró al recién nacido envuelto en una manta frente a su casa.

El bebé tenía solo tres días de nacido cuando lo encontró. Estaba casada y tenía un hijo, pero abrió su corazón y su hogar al niño sin pensarlo dos veces. Después de eso, el 3 de enero de cada año, Edith celebraba el cumpleaños de su hijo a quien llamó “David Decoud”, según recoge Newsner.

David creció en un hogar amoroso con su hermano mayor y sus padres. A los 12, su mamá le dijo que lo había encontrado en un hospital. A los 24, se enteró de toda su historia en una parrillada familiar.

ÁNGELES EN LA TIERRA

Sin embargo, David nunca estuvo enojado con sus padres adoptivos por ocultar la verdad. Siempre sintió amor y respeto por ellos, por recibir a un niño indefenso abandonado en su puerta 44 años atrás.

Si bien David enfrentó problemas durante su adolescencia y fue objeto de burlas por ser de un color diferente al de sus padres, su familia adoptiva siempre lo apoyó y le dio la confianza que necesitaba para sobresalir en la vida.

David se convirtió en un exitoso ingeniero de sonido y prometió cuidar a su madre después de la muerte de su padre. Agradeció a sus padres adoptivos por su continuo amor y apoyo y los llamó ángeles en la tierra.

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