Millonario ve que policía se lleva al recién nacido de mujer sin hogar: meses después detiene su auto junto a ella - Historia del día
Una mujer sin hogar se ve privada de cuidar a su hijo cuando la policía se lo lleva a los servicios sociales, pero un tiempo después, un extraño le presta su ayuda.
El exitoso empresario Jesús Suárez era un hombre estricto que nunca descansaba hasta lograr lo que quería. En los últimos días, su atención se había centrado en la mujer sin hogar que solía ver fuera de su oficina.
La había visto por primera vez una semana atrás cuando había llegado temprano al trabajo. Estaba sentada al borde de la calle, mirando a los transeúntes con ojos necesitados y la esperanza de que alguien la ayudara.
Mujer acostada en un banco. | Foto: Getty Images
No esperaba que alguien le diera una limosna para sobrevivir a duras penas. Ella tenía la esperanza de que le ofrecieran un trabajo para poder vivir su vida de manera digna junto a su recién nacido, como sugería el cartel a su lado.
“Busco trabajo. ¡Por favor, ayuda!”, se leía en el anuncio.
Jesús había sentido algo por ella desde la primera vez que la vio, quizás había sido afecto o simpatía debido a su condición. Pero sabía que tenía que hacer algo para ayudarla.
Y, después de mucha contemplación, decidió que le ofrecería un trabajo para que pudiera cuidar a su bebé. Pero primero necesitaba asegurarse de que los antecedentes de la mujer estuvieran limpios.
Después de todo, no había escasez de contrabandistas y traficantes de drogas en la ciudad que posaran como personas sin hogar.
Estos se dedicaban a observar a su alrededor para captar al próximo miembro de su círculo o para conseguir clientes que compraran sus “productos” y los ayudaran a amasar más dinero para sus jefes.
Así que Jesús le pidió a su secretario, el Sr. Herrera, que investigara los antecedentes de la mujer. Una semana después, cuando su empleado regresó con un informe detallado sobre ella, el corazón del millonario se encogió.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Resultó que el nombre de la mujer era Amanda Coronado. Trabajaba como recepcionista en un hotel, pero el negocio sufrió debido a la pandemia y fue despedida.
Peor aún, sucedió un mes después de que su esposo falleciera por neumonía en un hospital local. Su hijo nació a los pocos días tras perder a su padre. Además, ella fue desalojada de su casa por no poder pagar el alquiler.
Después de conocer su historia, Jesús tomó la decisión de acercarse a ella y ofrecerle un trabajo a la mañana siguiente. Sin embargo, cuando llegó allí, vio algo que lo dejó angustiado.
“¡Por favor, no haga eso!”, le suplicaba Amanda a un oficial de policía, que estaba parado frente a ella con las manos cruzadas. “¡Por favor, no se lleve a mi hijo! ¡No puedo vivir sin él! ¡Por favor!”.
“Lo siento, señora", dijo el oficial con severidad. "El niño merece ser criado en mejores condiciones, y no creo que pueda proporcionarle eso”.
Amanda era consciente de la verdad. Sabía que no podía mantener a su hijo. Pero él era su único pariente vivo en el mundo.
Además, era su única razón y motivación para enfrentar la dureza y las luchas de la vida. Así que le rogó al oficial una vez más.
“Se lo ruego, señor. Es lo único que tengo. ¡Por favor! Encontraré un trabajo pronto y cuidaré de él”. Amanda no podía dejar de rogar.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
“Bueno, señora, nos encontramos con cientos y miles de personas sin hogar todos los días en este país, y ninguno termina consiguiendo un empleo estable. Continúan mendigando para sobrevivir a duras penas”.
La madre le rogó de nuevo, pero el oficial ni siquiera se molestó en responderle. Tomó al niño y comenzó a caminar hacia la patrulla.
“No se preocupe. El niño se quedará con los servicios sociales y será atendido”, dijo el oficial antes de marcharse.
Había varias personas allí, algunas justificando al policía por llevarse al niño mientras que otras miraban con simpatía a Amanda.
Pero Jesús probablemente era el único que había encontrado una manera de ayudar a la afligida mujer a salir de su miseria y regresar con su hijo.
TRES MESES DESPUÉS
Amanda estaba sentada en su lugar habitual, sosteniendo el cartel que decía: “Busco trabajo”. Con el tiempo, el color marrón del cartel se había desvanecido, al igual que las esperanzas de la madre.
Habían pasado tres meses desde la última vez que había visto a su hijo. Ella se veía más débil ahora, con círculos oscuros cubriendo la mayor parte de su rostro y una extraña falta de vida en sus ojos.
Pero todo cambió cuando, un día, un BMW plateado se detuvo a su lado. Entonces Jesús salió del vehículo. Ella levantó la bolsa que solía llevar para la recolección de dinero, esperando que el extraño le diera algo y luego se fuera.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Pero cuando él no lo hizo, la mujer levantó la vista. Sus ojos estaban extrañamente confundidos cuando vio al hombre rico parado frente a ella, sosteniendo unas carpetas con documentos.
“Puedo ayudarte a recuperar a tu hijo”, dijo Jesús con una cálida sonrisa. “Podemos discutirlo durante el almuerzo. ¿Qué te parece?”.
Los ojos de Amanda se llenaron de lágrimas. No podía creerlo cuando él dijo que podía ayudarla a recuperar la custodia de su hijo. Además, tenía hambre y no había comido en días, así que no dudó en aceptar.
Lee también: Viuda sin hogar le ruega a la policía que no se lleve a 3 niños que crio sola - Historia del día
Los dos fueron a un restaurante cercano, donde el hombre pidió comida para ella. Él no podía apartar la mirada de ella por la forma en que se abalanzó sobre la comida. Se notaba que no había comido en días.
De repente ella notó que él la miraba y preguntó: “¿Por qué quiere ayudarme? ¿Y cómo puedo recuperar a mi hijo?”.
Jesús no podía confesar que se había enamorado de ella desde que la vio por primera vez y que debido a eso quería ayudarla. Pero sí podía responder la segunda pregunta sobre cómo la ayudaría a obtener la custodia de su hijo.
Él le dijo que había sido testigo de todo el incidente el día que la policía se llevó a su pequeño y que él le había pedido a su secretario que grabara todo en su teléfono. Más tarde, se acercó a su abogado para que lo ayudara con su caso.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
El caso se prolongó durante un tiempo antes de que se decidiera que obtendría la custodia de su hijo solo si podía demostrar ante el tribunal que podía cuidar al menor.
En resumen, necesitaba tener un buen ingreso y una casa, y luego habría otros factores que el tribunal tomaría en consideración, incluido qué tan beneficiosa sería la unificación para el niño.
Puede llevar algo de tiempo, pero no te preocupes, puedo contratarte como recepcionista en mi oficina. Espero que ese pueda ser el primer paso para obtener la custodia de tu hijo”, le dijo el hombre a la madre.
A Amanda le aterraba la idea de perder la oportunidad de recuperar a su pequeño, por lo que aceptó la oferta al instante. Pero no estaba segura de si eso ayudaría.
“¿Está seguro de que funcionará si puedo estabilizarme económicamente de nuevo?”, preguntó la madre.
“Por supuesto que funcionará. Pero debemos ser pacientes”.
Desde ese día, la mujer solo tuvo un objetivo: recuperar a su hijo Adrián. Y, aunque tomó tiempo, ella lo hizo posible. Trabajó incansablemente en la oficina de Jesús, obtuvo un ascenso y compró su primera casa.
Más tarde, luchó por la custodia de su pequeño en los tribunales y, después de una larga batalla, pudo recuperarlo.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Cuando Adrián pudo ser llevado a casa, Jesús decidió que esa era la mejor oportunidad para proponerle matrimonio a Amanda.
Le dijo que la amaba, que quería estar con ella toda su vida y que sería un buen padre para su hijo. La mujer felizmente aceptó porque ella también se había enamorado de él. Entonces se casaron y formaron una hermosa familia.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Dios siempre ayuda a los necesitados. Amanda era una mujer sin hogar que suplicaba ayuda, pero su vida cambió para mejor cuando Dios envió a Jesús a ayudarla.
- Un pequeño acto de bondad puede impactar profundamente la vida de alguien. La vida de Amanda cambió para siempre después de que Jesús decidiera ayudarla a reunirse con su hijo.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.
La información contenida en este artículo en AmoMama.es no se desea ni sugiere que sea un sustituto de consejos, diagnósticos o tratamientos médicos profesionales. Todo el contenido, incluyendo texto, e imágenes contenidas en, o disponibles a través de este AmoMama.es es para propósitos de información general exclusivamente. AmoMama.es no asume la responsabilidad de ninguna acción que sea tomada como resultado de leer este artículo. Antes de proceder con cualquier tipo de tratamiento, por favor consulte a su proveedor de salud.