Niña pide a padres que adopten al niño abandonado que encontró en el bus: el papá descubre que es su hijo biológico - Historia del día
Susana, de quince años, descubrió a un niño abandonado en la última ruta de autobús del día y lo llevó a casa. Sus padres, Margarita y Nicolás, decidieron adoptarlo. Años más tarde, se enteraron de que Nicolás era su padre biológico y tuvo que revelar un secreto impactante.
"¡Oh Dios mío! ¡Señor, detenga el autobús! ¡Esa señora dejó a su hijo aquí!”, gritó Susana al conductor. Era la última ruta de la noche porque ella y sus amigas habían perdido la noción del tiempo en el centro comercial.
La adolescente recordó a una mujer que se bajó en la parada anterior y no se dio cuenta de que había dejado a su hijo pequeño hasta que comenzó a llorar.
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“¡No puedo parar el autobús!”, respondió el chófer a pesar de la insistencia de la chica. Pronto se dio cuenta de que a él no le importaba, pero no podía dejar al bebé solo dentro de la unidad de transporte.
Pensó que el conductor no haría nada para ayudar al niño al terminar la ruta. Por lo tanto, Susana hizo lo único razonable que se le ocurrió. Agarró al chiquillo, que no podía tener más de dos años, y lo llevó a casa.
“¡Susana! ¿Qué estás haciendo con ese chico?”, preguntó Margarita. Cuando la madre vio a su hija con un niño en brazos quedó sorprendida. "¿Qué está pasando?".
“No sé, mamá. Alguien lo acaba de abandonar en el autobús. Hacía demasiado frío y al conductor no le importaba. No podía simplemente dejarlo”, explicó la adolescente.
“Bueno, supongo que hiciste lo correcto, pero ¿qué vamos a hacer ahora?”, expresó Margarita. Su esposo, Nicolás, apareció en la sala y preguntó qué estaba pasando. Le dijeron, y él tampoco tenía idea de qué hacer.
“Vamos a mantenerlo aquí durante la noche, y llamaremos a la policía mañana. Intentarán encontrar a sus padres, supongo, sugirió el padre.
Todos se dedicaron a la atención del niño. Le dieron comida y jugaron con él. En general, fue una noche bastante divertida, ya que no habían tenido un bebé en casa en muchos años.
“Haremos lo mejor que podamos, pero a veces la madre no aparece en absoluto. Probablemente, lo abandonó a propósito”, explicó una amable policía a la mañana siguiente. Margarita se había comunicado con la estación para notificar sobre el caso.
"¿Qué va a pasar con él?", preguntó Susana.
“Bueno, entrará en el sistema como todos los niños abandonados. Por suerte, es pequeño Podría ser adoptado pronto”, dijo la policía. “Hemos llamado a Servicios Infantiles y pronto vendrán para llevárselo”.
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La oficial se fue y Susana inmediatamente le dijo a su mamá que no podían dejar ir al bebé. "Por favor mamá. No puede entrar en el sistema. ¿Qué va a pasar con él? No podemos simplemente abandonarlo nosotros también”.
“¿Qué sugieres que hagamos, Susana? Él no es nuestro bebé”, dijo Margarita con tono de frustración.
"¿Por qué no lo adoptan?".
“No puedo hacer eso. Es una gran responsabilidad”.
“Siempre hablaste de tener otro bebé, pero nunca lo hiciste. ¡Quizás este es el destino!”, insistió Susana y Margarita asintió para apaciguar a su hija, pero no fue una decisión fácil.
Pero cuando la trabajadora social llegó a su casa unas horas más tarde, no podía dejar ir al bebé. "Por favor, ¿podemos adoptarlo?", preguntó Margarita, mientras su hija saltaba y sonreía en el fondo.
La señora estuvo de acuerdo siempre que Margarita y su esposo obtuvieran una licencia de crianza temporal y todos los requisitos necesarios.
Ambos estuvieron de acuerdo y, unas semanas después, se convirtieron en los tutores oficiales del niño. Como no pudieron encontrar a sus padres ni ninguno de sus documentos, lo llamaron José.
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DIEZ AÑOS DESPUÉS
José creció rodeado de mucho amor por parte de sus padres y de su hermana mayor, Susana. Ella se había mudado para ir a la universidad hace años, pero a menudo lo visitaba y le traía regalos.
Desafortunadamente, ahora estaba en casa por una razón complicada. José necesitaba un trasplante de riñón y todos se estaban haciendo pruebas.
Además, recientemente le habían dicho que era adoptado y que querían que estuviera rodeado de toda la familia, para que supiera que lo amaban sin importar nada.
"¿Qué pasa si nadie es compatible, mamá?", consultó José a Margarita. Iban a hospitalizarlo al día siguiente, y todos se estaban haciendo análisis de sangre.
“Irás a una lista y esperarás por uno. Pero es por eso que tendrás que quedarte en el hospital por un tiempo, cariño”, explicó la mujer con delicadeza.
"¿Señor y señora Colmenares? ¿Pueden hablar a solas con ustedes un momento?”, preguntó el doctor después de entrar a su habitación.
Margarita, Nicolás y Susana estaban sentados junto a la cama de hospital de José. Se habían hecho análisis de sangre y estaban esperando los resultados. Pero Susana vio que sus padres se miraban preocupados.
"¿Qué sucede, doctor?", preguntó Susana, preocupada. Margarita hizo un gesto con la mano, diciéndole a su hija que se calmara en silencio, y siguió al médico fuera de la habitación junto a Nicolás.
“Doctor, por favor díganos que hay buenas noticias”, esperaba Nicolás.
“En realidad, tengo buenas noticias, pero es complicado. Sr. Colmenares, usted es casi el donante perfecto para José y su hija también. Es raro considerando que dijo que fue adoptado. Pensé que era extraño y me tomé la libertad de hacer otras pruebas para evitar algún error”, detalló el cirujano.
Por algunos segundos, el doctor se quedó mirando a Margarita, quien estaba algo nerviosa y no entendía lo que sucedía.
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"No entiendo", dijo y frunció el ceño a su marido.
“Tuve una corazonada e hicimos una prueba de ADN. Los resultados muestran que el Sr. Colmenares es el padre biológico de José. Por eso, resultó ser el donante perfecto para su hijo. Y significa que es el medio hermano de tu hija. Usted, Sra. Margarita, no es compatible”, precisó el médico.
Fue esa la razón por la que el doctor quiso hablar con los padres en privado y los invitó a salir de la habitación de José, donde también estaba Susana.
Nicolás colocó una mano en su cintura y la otra fue a su frente con frustración. Margarita lanzó una mirada profunda a su esposo, dándose cuenta de lo que había sucedido.
“Margaret, por favor, escúchame”, suplicó. Explicó que hace 12 años, tuvo una aventura de una noche con una mujer. Estaba borracho y no recordaba mucho lo que había sucedido.
"Fue un error. Un error estúpido, y cuando llamó con la noticia, le dije que abortara”.
“¡Nicolás!”, exclamó Margarita y luego respiró profundo. El médico los había dejado solos hace un rato, pero necesitaban volver adentro y contarle a Susana sobre lo ocurrido.
“Por el momento superemos esta cirugía. Le darás tu riñón, no Susana. Y veremos cómo solucionar esto más tarde”.
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Nicolás asintió y junto a Margarita hablaron con sus hijos sobre la operación. Susana ofreció su riñón, realmente emocionada de poder ayudar a su hermano. Pero Nicolás insistió en que fuera él porque era más compatible.
Después de la cirugía, le dijeron a Susana toda la verdad y ella no podía creerlo, aunque era genial que José fuera su hermano de sangre.
“Entonces eso significa que encontré a mi verdadero hermano abandonado en un autobús. ¿No es una locura, mamá? Tal vez siempre estuvo destinado a ser así”, dijo.
Margarita asintió y lloró. Estaba tan contenta de que la operación de José hubiera salido bien que la noticia de la aventura de su marido parecía insignificante.
José había traído tanta alegría a su hogar que rápidamente perdonó a Nicolás. Aunque, cuando se recuperó de la cirugía, tuvo que volver a cortejar a Margarita.
Decidieron contarle la verdad a José cuando salieron del hospital. Aunque solo tenía 12 años, sabían que debía saberlo. Y cuando le preguntaron si quería encontrar a su madre, el niño negó con la cabeza.
“Eres mi única mamá”, dijo el chico y abrazó a Margarita. La mujer sabía que había tomado la decisión correcta al perdonar a Nicolás, incluso con la impactante verdad que descubrieron. Adoptar a un niño al azar que su hija había encontrado no había sido fácil, pero fue la mejor decisión que tomó.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Algunas cosas están destinadas a ser: No todos pueden adoptar a un niño abandonado, pero fue la decisión correcta para la familia Colmenares.
- La familia es más que sangre: Margarita descubrió algo impactante y potencialmente desgarrador, pero mantener a su familia era más importante que eso. José era su hijo, no importaba nada más.
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