Mamá blanca lucha hasta adoptar a hijo negro y años después él le agradece donándole un riñón

Los padres aman a sus hijos incondicionalmente y hacen todo lo posible por su bienestar. Pero, ¿hará un hijo lo mismo por sus padres? Sorprendentemente, un joven le dio a su mamá el mejor regalo para el Día de la Madre.

Ella lo colmó de tierno amor y cuidado y nunca vaciló en su papel de madre. Aunque lo cuidó sin ninguna expectativa, se llenó de alegría cuando él le retribuyó su amor justo a tiempo.

Esta madre y su hijo le mostraron al mundo que las conexiones forjadas a través del amor solo se vuelven más profundas con el tiempo.

AMOR A PRIMERA VISTA

Los dos comparten un vínculo indescriptible que se remonta al nacimiento del joven. Ingeborg McIntosh era una madre de acogida que había cuidado a más de 120 niños adoptivos.

Ella estaba acostumbrada a acoger a los pequeños, cuidarlos y luego despedirse de ellos cuando llegaba el momento. Fue así como conoció a Jordan, pero había algo en él que no podía olvidar.

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“Lo pusieron en mis brazos y fue amor a primera vista”, recordó la mujer. A la madre de Arizona le encantaba cuidar a los niños y verlos prosperar, pero nunca pensó que su amor y devoción serían correspondidos en el futuro.

LO ADOPTÓ OFICIALMENTE

Cuando llegó el momento de que Ingeborg se despidiera de Jordan, no pudo decidirse a separarse del dulce niño. Su madre biológica quería que el pequeño fuera a un hogar afroamericano o a una familia birracial.

Pero una parte de Ingeborg quería quedarse con Jordan para siempre. En un sorprendente giro del destino, no había hogares disponibles para el pequeño, e Ingeborg lo adoptó oficialmente cuando cumplió cuatro años.

EL MEJOR REGALO

Cuando se le preguntó cómo se sentía acerca de haber adoptado a Jordan, la cariñosa madre compartió que él siempre había sido parte de su familia. Casi 27 años después, en 2014, Ingeborg enfermó de poliquistosis renal.

Como hijo devoto, Jordan cuidó de su mamá y nunca se apartó de su lado. Pero a pesar del tratamiento, le dijeron a Ingeborg que su mejor oportunidad de sobrevivir era recibir un trasplante de riñón. La mujer solo temía ser separada de su hijo.

Sin que ella lo supiera, Jordan había planeado todo y en secreto se hizo la prueba para ver si era compatible. Un poco antes del Día de la Madre en 2014, Ingeborg recibió el regalo más extraordinario de su amado hijo: una nueva oportunidad para vivir.

NO DUDÓ EN AYUDARLA

Según Ingeborg, le decía a Jordan que no se hiciera la cirugía, pero él se mantuvo firme. “No puedo pedir un hijo mejor”, respondió ella con lágrimas en los ojos.

Cuando se le preguntó cómo se sentía acerca de donar su riñón a su madre, Jordan expresó: “Ha hecho mucho por mí desde que era un niño, solo quería hacer algo por ella y mostrarle cuánto la aprecio”.

El cariñoso hijo explicó que deseaba hacer más por su amada madre en el futuro, pero que era lo mínimo que podía hacer por el momento. “Siento que esta era mi vocación en la vida, supongo”, agregó Jordan.

UN PAR ENCANTADOR

Afortunadamente, la cirugía de Ingeborg transcurrió sin problemas y no hubo complicaciones de salud. Al recordar lo mucho que luchó su madre para mantenerlo, Jordan compartió que estaba aliviado de haberle devuelto el favor hasta cierto punto.

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El joven dijo que deseaba inspirar a otras personas a pagar como pudieran. Sin duda, Ingeborg convirtió a Jordan en un joven increíble, y su historia es conmovedora.

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