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Un hombre pasea con un cochecito | Foto: Shutterstock
Un hombre pasea con un cochecito | Foto: Shutterstock

Papá se encuentra accidentalmente con desconocido que se parece a su hija y decide hacer prueba de ADN - Historia del día

Mayra Pérez
12 mar 2022
12:50

Raquel sospechaba que su novio la estaba engañando; a pesar de eso se casaron y tuvieron una bebé. Algún tiempo después, Henry conoció a alguien con un rostro extrañamente familiar y tuvo que descubrir la verdad.

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“Me está engañando. En este momento está en el bar de al lado, coqueteando con una hermosa rubia”, le dijo Raquel a Marcos, un total desconocido.

Se quejaba de su novio, Henry, quien decía que estaba firmando un contrato en un bar del centro con un cliente importante. Pero ella lo había seguido y lo había visto con una hermosa rubia que se reía de sus palabras. Ahora, ella estaba en otro bar con un extraño.

Sólo con fines ilustrativos | Fuente: Unsplash

Sólo con fines ilustrativos | Fuente: Unsplash

Marcos acababa de salvarla de un carterista en el bar y Raquel decidió ahogar sus penas bebiendo y desahogándose con él. Marcos era un gran oyente. “Podría ser un malentendido”, afirmó, mientras bebía de su propio vaso.

No estaba tan triste como la mujer frente a él. Pero se sentía algo deprimido en general. Escuchar a esta mujer quejarse de que su novio la engañaba había sido lo más destacado de su semana.

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“No lo es... lo sé”, continuó Raquel, arrastrando un poco las palabras por el efecto del alcohol. Ambos siguieron bebiendo durante horas hasta que una cosa llevó a la otra y ella terminó en su departamento.

A la mañana siguiente, ella se despertó primero y se escabulló del apartamento muy avergonzada. En su cabeza, se había vengado de Henry, pero su corazón estaba apesadumbrado. Estaba enamorada de él. “Nunca voy a decir una palabra”, se dijo a sí misma y se fue a su casa.

Cuando Raquel confrontó a Henry, él le demostró que la mujer del bar en realidad estaba casada y solo era una cliente. Ella se sintió muy mal, pero mantuvo su decisión de guardar silencio.

Dos meses después, descubrió que estaba embarazada y Henry le propuso matrimonio en el acto. Se casaron rápidamente y tuvieron a su bebé, una hermosa niña llamada Elisa, que era perfecta. Sin embargo, Raquel estaba preocupada. No tenía idea si el padre de su niña era Henry o Marcos, pero ese secreto moriría con ella.

Pasaron los meses y pronto fue evidente que Elisa tenía un precioso cabello rubio y ojos verdes. También tenía una anomalía menor en su ojo izquierdo, que lo hacía parpadear mucho más rápido que el derecho. Raquel pensó que nadie notaría esos detalles, pero estaba equivocada.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Cuando Elisa cumplió un año, lo celebraron con una gran fiesta para toda la familia. Varias personas llevaron a Henry a un lado para hablar sobre la niña. Uno de ellos fue su padre, el Sr. Suniaga.

“Hijo, ¿estás seguro de que esa bebé es tuya?”, preguntó el hombre mayor.

"Por supuesto, papá", respondió Henry con seguridad.

“Ella no se parece en nada a ti ni a Raquel”, continuó el Sr. Suniaga.

“Se parece a la abuela de Raquel, que era rubia”, respondió Henry.

“Si tú lo dices…”, continuó el hombre mayor, levantando las manos en señal de derrota.

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Aunque Henry les habló a todos con seguridad sobre la paternidad de Elisa, tenía que admitir que sus palabras lo afectaron. ¿Qué pasa si tienen razón?, se preguntó, pero sonrió para que nadie se diera cuenta de sus pensamientos.

Cuando todos se fueron, le dijo a Raquel que iba a dar un paseo para relajarse, pero fue a un bar y empezó a beber. De repente, un hombre se sentó a su lado y pidió la misma bebida.

Henry quería ser amistoso y levantó su copa. “Salud, hombre”, le dijo al extraño, y chocaron las copas.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Salud”, respondió el hombre y comenzó a beber. “Ah… otra noche en el bar para mí. Siempre es lo mismo. Pero nunca te he visto aquí antes. ¿Por qué estás aquí?"

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"Bueno…", pensó Henry por un segundo. Sus razones eran bastante personales, pero este hombre era un extraño. Podía decirle cualquier cosa. “Creo que mi hija de un año podría no ser mía. Quizás mi esposa me engañó en algún momento”.

“Caramba hombre. Eso es duro. Hacer trampa es casi como una epidemia en nuestro mundo moderno. Sucede todo el tiempo”, respondió el hombre. “Por cierto, soy Marcos. Un placer conocerte”.

"Henry. Un gusto para mí también. Pero, ¿qué quieres decir con una epidemia?”.

“Bueno, las personas vienen a este lugar porque las están engañando o porque quieren hacerlo. Es una locura”, explicó Marcos. “Una vez pasé la noche con una chica que sospechaba que su novio la estaba engañando. No fue hace tanto, hará un año o dos. Supongo que se reconciliaron, porque traté de llamarla después y ella me dijo que la dejara en paz”.

“Eso apesta, hombre”, dijo Henry, mirando la cara de Marcos. Pero sus ojos se abrieron cuando vio al extraño parpadear. “Espera un segundo. ¿Qué es eso en tu ojo?”.

“¿Qué quieres decir? ¿Tengo algo en mi cara?”, preguntó, limpiándose con una mano.

“Nada. Hablo de la forma en que parpadeas”, continuó Henry. Enfocó sus ojos en el hombre y notó su cabello rubio oscuro, aunque era difícil distinguirlo con la tenue iluminación del bar. Pero Marcos claramente tenía ojos verdes, y el mismo tic que había comenzado a mostrar Elisa meses atrás.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Ah, hombre. Eso es algo que tengo desde que era un bebé. No sé qué es, y los médicos nunca se preocuparon por explorarlo más a fondo. Es un poco molesto, pero ya no lo noto”, explicó Marcos, tomando otro sorbo de su bebida.

Henry frunció los labios y casi no podía creer lo que estaba pasando por su mente. “Dijiste que conociste a una chica hace menos de dos años en un bar”, comentó, recordando que Raquel había pensado que él la engañaba. ¿Y si ella lo había engañado por venganza? “¿Se llamaba Raquel?”.

“¿Qué? ¿Cómo lo sabes?”, preguntó Marcos, mirando la cara de Henry con una expresión de asombro. “¿La conoces?”.

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Henry respiró y bajó la cabeza. Este hombre tenía el mismo parpadeo extraño que su hija y sus ojos también.

“¡Háblame! ¿Qué está sucediendo?”.

“Es posible que mi hija sea tuya”, reveló finalmente Henry, y Marcos se quedó en silencio.

“Eso es imposible”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Nos enteramos del embarazo de Raquel alrededor de dos meses después de que tuvimos una gran pelea. Ella asumió que la había engañado; le demostré que estaba equivocada y nos casamos. Creo que nuestra bebé es tuya”, continuó Henry.

“Esto es una locura... quiero decir, tal vez debamos asegurarnos de eso”, dijo Marcos con precaución.

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“Dame un poco de tu cabello, y un amigo que tengo en un laboratorio puede analizarlo”, explicó Henry; necesitaba llegar al fondo de eso rápidamente. Marcos estuvo de acuerdo.

Los resultados confirmaron sus sospechas varios días después, y Henry se sintió devastado porque amaba a esa niña como a nada en este mundo. También confrontó a Raquel al respecto.

Ella rompió a llorar y confesó todo. Henry entendió las circunstancias de su infidelidad y pudo disculparla. Sin embargo, no dejaba de pensar en que si ella hubiese sido honesta, se hubiese ahorrado las insinuaciones de sus amigos y familiares.

Después de descubrir la verdad, Marcos quiso conocer a la bebé y Henry estuvo de acuerdo. A Raquel no le gustó esta idea, no quería que él viera a Elisa de ninguna manera, por lo que reaccionó de forma hostil.

“¡Ella también es mi hija, Raquel!”, exclamó Marcos.

“¡Claro que no! Ella tiene mi nombre y el nombre de Henry en su certificado de nacimiento. ¡Nosotros somos los únicos padres que necesita!”, gritó Raquel., Henry estaba a punto de intervenir en la conversación cuando escucharon una vocecita.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¡Mami!”, dijo Elisa y caminó hacia ellos. Raquel la levantó mientras lágrimas de enojo caían de su rostro. Mirando la cara de su bebé, se dio cuenta de que debía hacer lo mejor para ella.

Si Marcos quería estar en su vida, Raquel lo permitiría siempre que beneficiara a su hija. Eventualmente, todos pudieron compartir en armonía la crianza de la pequeña. Henry y Raquel lograron salvar su matrimonio.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Un niño puede tener varios padres, si hay amor entre todos. Las familias se configuran de muchas formas en la actualidad, y Elisa ahora tiene tres adultos que la aman incondicionalmente.
  • En las relaciones, la honestidad es indispensable para generar confianza. Si Raquel hubiera sido sincera con Henry sobre su aventura de una noche, él no habría tenido que preocuparse por los comentarios de sus amigos y familia.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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