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Personas paradas frente a una iglesia. | Foto: Shutterstock
Personas paradas frente a una iglesia. | Foto: Shutterstock

Pastor nota a un niño que es idéntico a él en la iglesia y lo sigue - Historia del día

Georgimar Coronil
15 mar 2022
12:50

Jaime Pérez era un ejemplo de bondad y rectitud para los visitantes de la iglesia. A menudo predicaba el perdón y la honestidad. Era pastor, padre y un esposo ideal, pero los feligreses no sabían nada de su pasado.

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Como pastor de la congregación, su trabajo era dirigir a los feligreses en la oración y predicar el sermón del día. Un domingo, se levantó y se dirigió al escenario para comenzar la oración. Pero cuando levantó la vista, se fijó en un joven que era exactamente igual que él.

Mientras miraba fijamente al chico, le pidió a un ministro de la iglesia que dirigiera la oración. De repente, salió corriendo detrás de él. Pero en cuanto lo vio, el chico se escabulló entre la multitud y salió corriendo de la iglesia. Jaime lo buscó por todo el recinto, pero no pudo encontrarlo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

La esposa de Jaime, Miranda, le preguntó por qué había decidido salir corriendo del escenario al final del servicio. "Nunca has hecho eso antes; la gente se sorprendió", dijo ella.

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"No fue nada, creí ver a alguien que conocía, pero me equivoqué", respondió él.

Sin pensar en el incidente, Miranda preparó la cena y todos se fueron a la cama. Mientras dormía, Jaime se despertó al oír el timbre de su puerta. Preocupado por la posibilidad de que fuera uno de sus feligreses en apuros, se apresuró a abrir la puerta.

Nada más abrirla, vio al joven que había asistido al servicio religioso ese mismo día. "Hola, soy Roberto, el hijo de tu hermano", le dijo. "Sé que probablemente no quieras verme, pero solo tengo que decirte unas cosas, y luego me iré".

Jaime estaba sorprendido; no tenía ni idea de que su hermano tenía un hijo. Antes de responder, Miranda bajó corriendo las escaleras para preguntar qué pasaba. Vio al chico en la puerta y le pidió que entrara. Preparó té para todos y le preguntó a Roberto en qué podía ayudarlo.

"Miranda, tengo algo que contarte", dijo Jaime. Le habló de su hermano gemelo, Eduardo. Mientras estaban en la escuela, Jaime sintió el llamado para ser pastor.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Cuando se lo contó a su hermano, Eduardo prometió ocultar la información a sus padres, ya que ellos querían que sus hijos fueran empresarios.

Eduardo ayudó a Jaime con todas sus tareas escolares hasta que se graduaron. Sabía que su hermano, de buen corazón, sería un magnífico pastor y se propuso apoyarlo.

Cuando cumplieron 21 años, sus padres murieron en un accidente de coche y les dejaron el negocio a los dos.

Jaime no quería hacerse cargo del negocio, así que Eduardo asumió el papel principal. Todo iba bien hasta que los hermanos tuvieron una gran pelea sobre la dirección de la empresa. Pasaron meses sin hablarse.

"Llevábamos tres meses sin hablar cuando recibí la noticia de que Eduardo había sido detenido por fraude", contó Jaime. "Fui a visitarle una vez a la cárcel, pero en lugar de perdonarle y reconciliarse, le dije que su detención dañaría mi reputación como pastor".

Miranda no podía creer lo que estaba escuchando y Roberto ya conocía la historia sobre cómo se distanciaron. "Le arrestaron falsamente", reveló, y Jaime se quedó sorprendido al escucharlo. Realmente creía que su hermano se había convertido en un criminal.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

"Intentó explicar que era inocente, pero no le escucharon", dijo Roberto. "Sus rivales en los negocios le tendieron una trampa para que lo perdiera todo".

"No tenía ni idea; no le creí", dijo Jaime y empezó a llorar.

Roberto continuó explicando. "Cuando salió de la cárcel, empezó su vida de nuevo y consiguió un trabajo en una cafetería. Allí conoció a mi madre, Beatriz".

"Bueno, eso parece una buena noticia, ¿no?", dijo Miranda.

"Sí, por un tiempo", respondió Roberto. "Su relación fue bien, y yo nací. Cuando cumplí 10 años, le diagnosticaron cáncer y los médicos dijeron que no le quedaría mucho tiempo de vida".

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Mientras Eduardo estaba postrado en la cama en sus últimos días, le habló a su hijo de Jaime y de cómo su relación se deshizo tras su detención. La madre de Roberto abandonó a Eduardo en cuanto se enteró del diagnóstico. Se negó a apoyarlo y se mudó.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Miranda se dirigió a Jaime y empezó a gritarle. "¡Qué hipocresía! Ni siquiera me dijiste que tenías un hermano gemelo. Peor aún, ¡te negaste a perdonarlo a pesar de que predicabas el perdón y la honestidad en la iglesia!" Le exigió a Jaime que arreglara este asunto inmediatamente.

Jaime se avergonzó de sus actos. Tenía el corazón roto porque su hermano había muerto antes de que pudieran reconciliarse. "¿Cómo puedo arreglar esto?", le preguntó a su esposa. No tenía ni idea de cómo hacerlo y pensó en renunciar a su puesto de pastor.

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El domingo siguiente, Jaime se presentó ante la congregación y confesó sus errores. "No sabía el alcance que tendrían mis acciones", dijo. Mientras lo admitía ante la iglesia, su mujer le apoyó y le animó a ser sincero.

"He decidido renunciar a mi cargo pastoral. Estaba destinado a ser un verdadero líder, pero les he ocultado todas estas cosas durante muchos años", dijo. Sin embargo, la congregación no aceptó su dimisión.

"Usted predica sobre el perdón; ¿no seríamos nosotros los hipócritas si nos negáramos a perdonarle?", preguntó una señora de la iglesia.

Con eso, Jaime aceptó la amabilidad de su congregación y permaneció en su puesto. Decidió adoptar a Roberto, y todos vivieron como una familia. Siguió predicando sobre los buenos valores y visitaba regularmente la tumba de su hermano con su sobrino.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La honestidad suele dar buenos resultados: Si Jaime hubiera sido sincero con su mujer y con la iglesia, habría podido seguir adelante con su vida sin sentirse avergonzado.
  • El perdón mejora las relaciones: Después de que la congregación perdonara a Jaime por sus acciones pasadas, pudo seguir adelante y convertirse en un mejor padre adoptivo para Roberto.

Por favor, comparte esta historia con tus amigos; podría inspirar a la gente a compartir sus propias historias o ayudar a alguien más.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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