Pareja se entera de que hijo adoptivo tiene dos hermanos perdidos y corren a buscarlos - Historia del día
Claudia y Mario eran una pareja felizmente casada que tenía una hermosa vida juntos. Construyeron grandes carreras y cosecharon buenos amigos, pero querían tener un hijo. Adoptar a un niño que muchos habían ignorado transformó sus vidas más allá de lo que habían imaginado.
Claudia y Mario se conocieron en la universidad. Compartían un amor mutuo por los deportes y la música y se unieron como amigos. Dos años después de iniciar su amistad, Mario le declaró su amor a Claudia. Su relación floreció con el tiempo, y cuando ambos tenían 24 años, decidieron casarse.
Todos los seres queridos de la pareja estaban encantados por ellos. Habían visto crecer su relación con el tiempo y sabían que serían un matrimonio encantador. Algunos de sus amigos incluso les pedían consejos cuando sus relaciones atravesaban por algún problema.
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Trataron a todos a su alrededor con amabilidad y fueron un ejemplo fantástico. La pareja había hablado de tener hijos desde muy temprano en su relación. Ambos estaban de acuerdo en buscarlos después de graduarse.
Pasaban horas hablando de la familia que querían construir. Incluso discutieron a qué escuela irían y qué deportes practicarían sus hijos.
Dos años después de casarse, Claudia aún no había quedado embarazada. Visitaron a un médico especialista que no encontró nada malo en ninguno de los dos. "Tengan paciencia, estas cosas pueden llevar tiempo", dijo.
Cinco meses después de visitar al especialista, Claudia finalmente quedó embarazada de un niño. La pareja estaba encantada. Habían esperado tanto tiempo para tener un hijo propio; que deseaban que arrancara rápidamente la aventura de ser padres.
Pero dos meses después, Claudia perdió al bebé. "No es tu culpa", dijo el especialista. "Puedes intentarlo de nuevo cuando estés lista".
"Queremos tener un hijo, doctor. ¿Hay algo más que podamos hacer?", preguntó Mario.
La pareja se sometió de inmediato a una serie de pruebas y procedimientos para intentar concebir un bebé. Sus allegados los apoyaron, pero muchos otros los juzgaron por no haber podido tener un hijo.
Una noche, se encontraron con la madre de Claudia para cenar. Habían pasado varios meses desde la última vez que se habían reunido.
"¿Por qué se quedarían juntos si no pueden tener un hijo?", preguntó la mujer.
"¡Mamá, no digas eso! ¡Nos amamos!", respondió Claudia.
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Más tarde esa noche, mientras conducían a casa, Mario estaba angustiado por lo que había dicho la madre de Claudia. "¿Y si tu madre tiene razón? ¿Y si no debemos estar juntos?", preguntó.
"¡No, ella está equivocada!", dijo Claudia llorando. "Encontraremos la manera de convertirnos en una verdadera familia".
Decidieron intentar adoptar un niño. "Si no podemos concebir un hijo, podemos darle un poco de amor a un niño necesitado", precisó Claudia.
Unas semanas después, llegaron al orfanato para buscar un niño para adoptar. Inmediatamente, notaron a un niño pequeño sentado solo en una esquina. "Me gustaría hablar con ese niño", dijo Claudia mientras lo señalaba. La directora del orfanato que los acompañaba trató de disuadirla.
"¿Está segura? Es mayor que la mayoría de los niños aquí, y apenas habla español", dijo.
"¿De dónde es y cómo llegó aquí?", preguntó Juan.
"Lo trajeron desde Haití. Una pareja adinerada lo adoptó, pero cambiaron de opinión y lo entregaron aquí. ¿Te gustaría conocer a los niños más pequeños?"”, precisó la directora.
Claudia y Mario estaban desconsolados por la historia del niño. Se miraron e inmediatamente supieron cuál sería el siguiente paso. "No. Deseamos conocer al chico de Haití", dijo Claudia.
Durante las próximas semanas, Claudia y Mario visitaron a Umar, de 10 años, casi todos los días. Jugaron y leyeron juntos. Comenzaron a enseñarle algunas palabras y frases esenciales en español.
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Umar era tímido y a menudo expresaba que quería irse a casa. "Te prometemos que te irás a casa muy pronto", le aseguró Mario.
Fieles a su promesa, trajeron a Umar a vivir con ellos tan pronto como se les permitió. Umar estaba encantado de tener su propia habitación por primera vez.
"Vivirás con nosotros y nunca te entregaremos", prometió la pareja.
Umar instantáneamente se unió a Claudia y Mario. Continuó aprendiendo español y se sintió cada vez más cómodo viviendo con ellos.
Pero Claudia y Mario notaron que Umar estaba escondiendo un dolor muy profundo dentro de él. Lo oían llorar hasta quedarse dormido todas las noches, y no sabían lo que le estaba pasando.
"Umar, sabes que te amamos, así que queremos ayudarte. Por favor, cuéntanos qué está pasando e intentaremos buscar una solución juntos", manifestó Claudia.
"Tengo un hermano y una hermana menores", reveló llorando. "Vinieron conmigo desde Haití, pero no sé dónde están. Nos separaron y los extraño mucho".
Claudia y Mario se sorprendieron al escuchar esto. Pasaron días pensando en lo que había dicho Umar y decidieron tratar de encontrar a sus hermanos.
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Pasaron semanas buscando a los niños usando las redes sociales e incluso los medios masivos. Se pusieron en contacto con sus amigos y colegas para que los ayudaran. Todos estaban dispuestos a colaborar en la búsqueda de los hermanos de Umar.
Unas semanas después, un colega los llamó y les dio la dirección de un orfanato al otro lado del país. "Creo que ahí es donde están, pero no puedo estar seguro", dijo.
Claudia y Mario estaban dispuestos a intentar conseguirlos. Viajaron por todo el país con Umar, con la esperanza de encontrar a sus hermanos en el orfanato.
Cuando llegaron, 15 horas después, Umar estaba encantado de ver a sus dos hermanos. Al igual que le sucedió a él, nadie quería adoptarlos y habían estado en el orfanato durante mucho tiempo. Claudia y Mario inmediatamente decidieron que los querían y así se convirtieron en padres de tres niños.
La pareja fue paciente y cariñosa con los tres niños. Todos se acercaron más y estaban agradecidos con sus nuevos padres por darles un hogar. "Mamá, papá, gracias por salvarnos la vida", dijo Umar.
Claudia y Mario se convirtieron en unos felices padres que dieron a sus hijos adoptivos vidas increíbles.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- La vida a menudo puede guiarnos hacia descubrimientos extraordinarios: Claudia y Mario no tenían idea de que serían padres de tres hermosos niños.
- No te rindas; cosas asombrosas pueden suceder en cualquier momento: Claudia y Mario podrían haberse dado por vencidos y separado después de no poder concebir. Pero su amor mutuo los ayudó a convertirse en padres adoptivos.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.