Chica de 16 años da a su hijo en adopción: lo abraza por primera vez 45 años después
A los 16 años, Brenda Van Sickle sabía que no podía cuidar a su hijo recién nacido. Decidió darlo en adopción, aunque eso la dejó desconsolada. Cuarenta y cinco años después, recibió una llamada telefónica que lo cambió todo.
En 1975, Brenda Van Sickle, una niña del norte de Texas, Estados Unidos, de 15 años, se dio cuenta de que estaba embarazada. Era apenas una adolescente, y estaba totalmente abrumada por lo que le deparaba el futuro.
Entonces, cuando dio a luz a su bebé en Fort Worth, lo dio en adopción. Se le permitió ver a su niño durante tan solo 15 minutos, antes de que las enfermeras se lo llevaran.
La adolescente se sintió muy triste y deseó haber tenido la capacidad de cuidar a su bebé, pero sabía que renunciar a él era la mejor decisión, especialmente para su niño.
Años más tarde, Brenda contrajo matrimonio y consiguió trabajo en la industria de las noticias por televisión. Luego, entró a la oficina de información pública del Departamento de Policía de Arlington.
Un día, mientras hacía su trabajo, Van Sickle recibió una inusual llamada telefónica que cambió todo para ella.
REUNIÓN MADRE E HIJO
Brenda contestó y la persona del otro lado de la línea se identificó como Wes Fenner, de Nueva Orleans. El nombre no llamó su atención, pero la conversación dio un extraño giro cuando lo escuchó preguntar si había dado a un niño en adopción en 1975.
El hombre se identificó como su hijo biológico. Después de algunas semanas de esta incómoda conversación, los dos decidieron reunirse en un hotel en Terrell, Texas, Estados Unidos.
Brenda esperaba nerviosa en el estacionamiento. Mientras intentaba distraerse mirando un estanque cercano, escuchó una voz detrás de ella que la hizo estremecer.
“Mamá, soy yo”, dijo Wes, según cita NBC Boston.
La mujer no podía creer que estaba mirando al hijo que había entregado 45 años antes, y madre e hijo se abrazaron durante una eternidad. El emotivo momento fue conmovedor para ambos y no pudieron contener el llanto. Después, cada uno limpió las lágrimas en el rostro del otro.
Fenner expresó que mirar a su madre por primera vez se sintió como ver una versión mayor de sí mismo. Conocerla después de 45 años lo había dejado sin palabras.
Mientras tanto, Brenda explicó que durante años había buscado a su hijo, pero sus intentos no tuvieron éxito. Esto se debió a que ella solo sabía su fecha y lugar de nacimiento, lo cual no resultó suficiente.
Por su parte, Wes había querido contactarla durante más de una década, aunque por ratos se había sentido desanimado. Eventualmente, pudo encontrar a su madre biológica a través de pruebas de ADN.
FORJANDO LAZOS
Brenda y su hijo están dedicados a recuperar el tiempo perdido. Se han tomado el tiempo de compartir sus historias personales de cómo han vivido sus vidas durante las últimas cuatro décadas.
Wes le comentó a su madre que había tenido una buena vida y una familia amorosa en Nueva Orleans, donde trabaja en un banco. También le dijo que había formado su propia familia y que tenía un niño de 9 años.
De un momento a otro, Brenda se convirtió en una orgullosa abuela y muy pronto pudo conocer a su nieto. Madre e hijo también descubrieron que tienen mucho en común, como que les gustan las mismas películas y canciones, y que ambos tienen el mismo sentido del humor.
Sin embargo, su historia no había hecho más que empezar. Ambos saben que encontrarse no es el final de su viaje; decidieron mantenerse en contacto con regularidad y comenzar a crear recuerdos juntos.
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