logo
Una casa | Foto: Shutterstock
Una casa | Foto: Shutterstock

Mamá de 84 años anuncia que se muda a una residencia y que venderá casa en la que viven sus hijos - Historia del día

Georgimar Coronil
14 abr 2022
06:30

Una madre de 70 años sorprendió a sus hijos al revelar que vendía su casa y se trasladaba a un hogar para ancianos. Pero en realidad, no era a una residencia a donde había planeado mudarse.

Publicidad

La vida de Edith y su marido Teodoro giraba en torno a sus hijos. Habían tenido a sus bebés en sus últimos años de fertilidad, y se convirtieron en el tipo de padres que haría todo lo posible por ver una sonrisa en la cara de sus retoños. Naturalmente, a sus hijos Leo y Adela nunca les faltó nada.

Sin embargo, cuando crecieron y les tocó cuidar de sus padres, actuaron como si sus mayores no fueran más que una carga.

"¡Mamá, deja de molestarme todo el tiempo!", le gritó Adela a Edith cuando ella la llamó un día. "¡Ahora tengo una familia! Y estoy embarazada. No tengo tiempo para tus estúpidas charlas".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

"Pero cariño, solo quería preguntarte cómo les va a ti y a José. No quería...".

Publicidad

"¿De verdad, mamá? ¡Deja de mostrar tu falsa simpatía todo el tiempo! ¡No nos habrías dejado vivir en este apartamento de una sola habitación si te preocuparas por nosotros! Tú y papá tienen un terreno con dos casas, y en vez de invitarnos ahí tienen una alquilada y viven solos en la más grande. ¡Nunca nos ofrecieron vivienda!".

"Nunca la pediste, Adela. Supuse que no querías vivir con nosotros. De hecho, ¡tú eras la que estaba tan ansiosa por mudarse!".

"Eso fue cuando era estudiante, mamá. Ahora tengo que cuidar a mis hijos, y José y yo tenemos problemas, ¡así que me gustaría mudarme! ¿Estás contenta ahora? Lo he pedido claramente".

"Bueno, cariño…", Edith hizo una pausa. No estaba segura de si invitar a Adela y a su marido sería bueno, porque sabía lo intensa que era su hija. Una vez que ella y José encontraran la casa cómoda, se quedarían y nunca se irían.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

Sin embargo, Edith estaba preocupada por su segundo nieto, que nacería dentro de unos meses, así que pensó que, aunque Adela fuera un poco exigente y malcriada, no le supondría demasiadas molestias.

"De acuerdo, Adela", dijo. "No me molesta si quieres mudarte aquí".

"Gracias. Hablaré con José esta noche y te haré saber cuándo nos mudaremos", respondió ella y colgó.

Más tarde, Edith habló de lo sucedido con Teodoro, y este se alegró de que Adela fuera a vivir con ellos ahora. Le aseguró que todo estaría bien y que podrían pasar más tiempo con sus nietos.

"No te preocupes, cariño. Las cosas irán bien", le aseguró.

Sin embargo, Edith tenía el presentimiento de que no todo iría bien. Y tenía razón.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

Dos meses después de que Adela y José se mudaran, Teodoro falleció debido a un ataque al corazón. Edith fue a despertarlo una mañana y descubrió que había muerto mientras dormía. Lloró desconsoladamente, pero nada cambió. Teodoro se había ido y ella tendría que seguir adelante.

Tras el fallecimiento de su marido, Edith se sintió muy sola, y Adela y José hicieron poco por animarla. Estaban demasiado preocupados por su propia vida como para preguntarle si estaba bien o si necesitaba algo. Entonces, su hijo Leo la llamó, y aunque no le preguntó por su salud ni por nada más, sí le expresó que la echaba de menos.

"Bueno, mamá", dijo. "Natasha y yo estamos planeando casarnos el mes que viene. Sus parientes son de la India y tienen muchas ganas de conocerte. Y hasta yo te echo de menos, mamá. ¿Puedes sacar algo de tiempo para nosotros este fin de semana?".

Edith seguía llorando la muerte de Teodoro, pero accedió a la petición de Leo para hacerle feliz. El encuentro entre las dos familias fue estupendo y se organizó su boda en el opulento salón donde Leo trabajaba. Sin embargo, un mes después de su boda, él hizo una extraña petición a su madre.

Publicidad

"Hola, mamá", le dijo en una llamada. "¿Te acuerdas que me dijiste que los inquilinos de la casa más pequeña se mudaban? Bueno, Natasha y yo nos preguntábamos si podríamos instalarnos allí. Ya sabes, para estar más cerca de ti y de Adela y sus niños...".

"¿Por qué de repente aceptas un traslado, Leo? Creía que te gustaba tu sitio de trabajo".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"Ay, mamá", dudó Leo. "Teníamos algunos planes en mente. Natasha quería montar un negocio, y en cuanto a mi trabajo..."

"Verás, Leo..." Edith iba a decir algo cuando oyó que Natasha callaba a Leo por teléfono. Resultó que lo habían despedido de su trabajo, y por eso pensaban volver.

Publicidad

La convivencia de Edith con Adela y José no estaba funcionando, así que hubiera querido rechazar la petición de Leo. Sin embargo, una tarde volvió a casa a buscar su billetera y escuchó una conversación alarmante entre sus hijos." Bueno, pero mamá no es la misma desde que murió papá", decía Leo. "No será difícil conseguir el certificado de incapacidad. Así podremos vender estas casas deprimentes y empezar de nuevo". "¿Y qué haremos con ella?", preguntó Adela. "Con la vida que lleva no le será una gran diferencia mudarse a una residencia para la tercera edad. Las hay muy económicas...".

Adela no lo podía creer. ¿Planeaban deshacerse sin más de ella? Tenía el corazón roto, pero era una mujer fuerte y tomó una decisión: si la querían fuera de su vida, así sería. Pero en sus propios términos. Una noche, al finalizar una cena familiar en la casa principal, pidió silencio: tenía un anuncio para hacerles.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

"Muy bien, chicos", dijo. "Ya es hora de que aprendan a valerse por ustedes mismos. Dado que ya he hecho mi parte, les anuncio que he decidido vender las casas y mudarme a una residencia donde me cuidarán hasta que Dios me llame a su lado. Estoy al tanto de lo que planeaban hacer conmigo y con las casas, así que, he tomado mi decisión".

Leo se rio. "Oh, vamos, mamá, ¿de qué hablas? Estamos bien aquí. Además, si quieres irte a una residencia no hace falta vender las casas, las hay económicas...".

Edith lo fulminó con la mirada. "¡Disculpa! ¿Quién eres tú para decidir eso? Las casas me pertenecen y yo decido lo que hago con ellas. Adela y José también se mudarán".

"Pero mamá", replicó Adela. "¿Cómo puedes decirnos simplemente que nos vayamos? No tenemos a dónde ir, ¡y tengo dos niños pequeños conmigo!".

"Bueno querida. Ese es tu problema. He dejado clara mi decisión. Para mañana por la mañana, tus cosas deberían estar empacadas y fuera de la casa".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

Los hermanos se quedaron sin palabras. Se retiraron mudos de las mesas, seguramente para hablar con sus cónyuges sobre lo que acababa de pasar.

Los compradores de las casas pagaron una buena cantidad por ellas. Sin embargo, Edith no se fue a un asilo con el dinero. En su lugar, compró un apartamento frente al mar en una nueva ciudad donde vivía su amiga Marta.

Después de que Edith le contara cómo se estaban comportando Adela y Leo, Marta le había sugerido que se mudara a su ciudad. Edith pensó era una buena idea, así que hizo lo que su amiga le había sugerido.

Tras trasladarse a su nuevo hogar, Edith se divirtió con Marta. Revivieron sus buenos tiempos, viendo películas y yendo de compras. Edith añoraba a Teodoro y veía poco a sus nietos, pero ahora que estaba lejos de sus hijos tóxicos, se sentía más feliz y relajada.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Publicidad

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Deja de tratar a tus padres como si no importaran: Los hijos de Edith se aprovecharon de ella, así que les dio una lección que nunca olvidarían.
  • No malinterpretes la generosidad de alguien como un signo de debilidad: Los hijos de Edith no tenían ni idea de que les iban a echar, pero ocurrió y les sorprendió.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares

Mi suegra convirtió mi Día de Acción de Gracias en un desastre, me vengué en Navidad - Historia del día

14 de mayo de 2024

Mi difunta madre dejó como herencia sólo 1 dólar a cada uno de mis tres hermanos, mientras que yo sólo recibí una carta

29 de febrero de 2024

Mi hijo pagó por mí durante nuestro viaje familiar, pero luego su ultimátum me mató

29 de abril de 2024

¿Me equivoco por darle una lección a mi suegro tras intentar no pagar la factura?

20 de junio de 2024

Un año después de la muerte de su hijo, una joven con un bebé aparece en la puerta de la desconsolada madre - Historia del día

07 de junio de 2024

Mi amiga habló mal de mi hija, así que hice que se arrepintiera

21 de junio de 2024

Mi hija y yo quedamos con hambre repetidamente por culpa de mi hijo y mi nuera – ¿Hice bien en llamarles la atención?

23 de abril de 2024

Mi familia me excluyó de las vacaciones para que cuidara a sus hijos - Les di una buena lección

11 de abril de 2024

Una anciana que nunca tuvo hijos se hace una prueba de ADN que revela que tiene una hija - Historia del día

05 de junio de 2024

3 historias sobre hallazgos inesperados en casas antiguas y baratas

11 de abril de 2024

Mi hermana hipócrita me exigió que dejara vivir a nuestra madre en mi casa pero yo hice otro plan

13 de junio de 2024

Mis hijos me regalan tecnología, luego se enfadan cuando les pido ayuda — Así que les di a probar su propia medicina

10 de mayo de 2024

A mis abuelos no les gustaba mi prometida por su color de piel y se negaron a darnos su bendición - Su respuesta me impactó

02 de junio de 2024

3 historias de cómo disfrazarse de otra persona ayudó a la gente a descubrir la verdad

09 de abril de 2024