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Una niña sentada sola en un banco | Foto: Shutterstock
Una niña sentada sola en un banco | Foto: Shutterstock

Niña se sienta en el mismo banco por 15 días hasta que una mujer se acerca y pregunta: "¿Dónde está tu mamá?" - Historia del día

Mayra Pérez
18 abr 2022
19:00

Una niña se sienta sola en el mismo banco durante 15 días hasta que una mujer decide ayudarla. Se entera de su terrible historia, y toma una decisión que cambiará la vida de todos.

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Tatiana Garrido era una de esas madres entusiastas de la actividad física que nunca se perdían su rutina de ejercicios, sin importar lo fatigada que estuviera.

Con cuatro hijos a los cuales atender, sus mañanas era muy caóticas, por lo que aprovechaba las noches para ejercitarse. Iba a un parque cercano a paso rápido y al llegar se ejercitaba. Allí fue donde empezó a fijarse en una niña pequeña que siempre estaba sentada en el mismo banco.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Al principio, asumió que venía con sus padres o amigos, pero pasaron varios días y nunca vio a nadie cerca. Estaba sola, con la cabeza gacha y los pies balanceándose en el aire. Algunas personas le daban comida, pero nadie hablaba con ella.

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Una noche, Tatiana tomó la decisión de acercarse a la niña, para saber que estaba haciendo ahí cada noche.

“Oye”, dijo suavemente. “Soy Tati. ¿Cuál es tu nombre?”.

La niña la miró, pero no pronunció palabra.

“¿Por qué estás sola? ¿Dónde están tus padres?”, preguntó Tatiana, esperando una respuesta. Pero una vez más, solo consiguió que los grandes ojos azules de la niña la miraran fijamente.

En este punto, Tatiana pensó que la niña podía tener alguna dificultad para hablar.

“Está bien, hagamos una cosa”, le dijo a la niña alegremente. “Te haré algunas preguntas y puedes asentir con la cabeza para decirme si es un sí y sacudirla si es un no. ¿Está bien?”.

Esta vez, la niña asintió.

“¡Muy bien!”, le dijo Tatiana, alegremente. “A ver, ¿tu mami está en casa, cariño?”.

La chica negó con la cabeza.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“¿Ella está enferma?”.

De nuevo, la chica negó con la cabeza.

“Está bien, ¿puedes decirme dónde vives? ¿Sabes la dirección de tu casa o el número de tu mamá? Puedo llamarla por ti”.

En ese momento, los ojos de la niña se llenaron de lágrimas y negó con la cabeza. Tatiana entendió que algo andaba mal con la madre de la pequeña.

“Tranquila. Hagamos una cosa...”. Tatiana miró alrededor del parque y vio a un hombre sentado con una libreta. Rápidamente, le pidió prestado su lápiz y papel y corrió hacia la niña.

“¿Puedes escribirme tu nombre? O cualquier otra cosa que quieras decirme”.

La niña tomó la hoja y el lápiz en sus manos y escribió algunas palabras.

“¿Paola? ¿Te llamas Paola, cariño?”, preguntó Tatiana, mirando las letras mal escritas que deletreaban su nombre.

La chica asintió.

“¿Y quién es Simba?”, preguntó después de que Paola garabateara ese nombre. “¿Es tu hermano?”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Paola negó con su cabeza. “¿Tu mascota?”, preguntó.

Paola asintió temblorosa. “Así que es tu mascota, ¿y has venido a buscarlo? ¿Vienes a pasear aquí con él?”, quiso saber.

Paola asintió.

“Me parece que voy entendiendo”. Tatiana le sonrió. “Escucha, Paola, llamaré a la policía y te ayudarán a encontrar a Simba en poco tiempo, ¿de acuerdo? Y te llevarán a casa también. Así que no te preocupes”.

Pero Paola comenzó a sacudir la cabeza como si no quisiera eso.

“¿Qué ocurre? ¿Tienes miedo de que llame a la policía?”, le preguntó amablemente.

Paola asintió.

“No debes preocuparte, me quedaré contigo, así que no te pasará nada. ¿Está bien si los llamo entonces?”. Paola asintió lentamente. “Eres una chica muy buena. No te preocupes. Todo estará bien”.

Tatiana marcó el número de emergencias y les informó sobre la niña, pero la respuesta que recibió fue inesperada. Resultó que Paola se había escapado de un orfanato hace 15 días y la policía la había estado buscando.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

“Solo hágale compañía, señora. Estamos en camino hacia allá ahora mismo. Hay algo más que debe saber”, dijo el agente.

Después de que terminó la llamada, Tatiana regresó al banco. “¿Paola?”, dijo en un tono muy dulce. “¿Te escapaste de un orfanato?”.

Paola asintió levemente y Tatiana no pudo evitar sentirse mal por ella. “Así que es huérfana”, pensó. "¡Dios mío, que tristeza!”.

“¿Por qué te escapaste, Paola? ¿Fue porque extrañabas a Simba?”.

Paola asintió.

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En ese punto, Tatiana ya no quería abandonar a la niña. Así que llamó a casa e informó a su esposo Julián que llegaría tarde y que le contaría todo luego.

Cuando llegó la policía, Tatiana pidió acompañar a Paola al orfanato. Afortunadamente, se lo permitieron. Cuando llegaron allí, la cuidadora, la hermana Marta, llevó a la niña hasta las habitaciones y luego le contó la desgarradora historia.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

La madre de Paola, Susana, había muerto de un ataque al corazón mientras se dirigía a recoger a su hija de la escuela. Después de eso, su perro, Simba, fue llevado a un refugio de animales y la niña terminó en el orfanato. No tenía parientes que la cuidaran.

El corazón de Tatiana se rompió cuando escuchó eso, y esa noche en casa, simplemente no podía dejar de pensar en la niña. Le contó todo a Julián y la pareja tomó una decisión que les cambió la vida.

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Visitaron el orfanato al día siguiente y le dijeron al director que estaban interesados ​​en adoptar a la pequeña. Cuando Paola vio a Tatiana allí, corrió hacia ella con una sonrisa.

“¡Paola!”. Tatiana estaba llorando. “¿Cómo estás, mi niña? ¿Adivina qué? Te llevaremos a casa y podremos recuperar a Simba. ¿Te gustaría? ¿Quieres quedarte con nosotros?”.

Paola asintió felizmente y la abrazó con fuerza.

Los trámites para la adopción se completaron en los meses siguientes y Paola se convirtió legalmente en la hija de Tatiana y Julián. En el camino a casa, se detuvieron en el refugio de animales donde estaba Simba.

Cuando Paola vio a su perro, corrió hacia él y lo abrazó. Y por primera vez, murmuró algo, “Si - Si - Sim - ba”, dijo.

Jason y Tatiana intercambiaron miradas de asombro.

“Paola, ¿Acabas de llamar a Simba por su nombre?”, preguntó Tatiana.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“T-Sí…”. Paola sonrió, aferrándose a Simba y descansando su cabeza sobre él.

Julián y Tatiana no podían creer que Paola pudiera emitir sonidos. En un giro milagroso de los acontecimientos, resultó que sus problemas podían tratarse y con la terapia apropiada comenzaría a hablar muy pronto.

La pareja estaba encantada. “Ella me llamará mamá, cariño, y pronto te llamará papá…”, le susurró Tatiana a su esposo, con los ojos llorosos. Agradeció a Dios por una hermosa familia con cinco hermosos hijos y un lindo perro llamado Simba.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Siempre hay que tener esperanzas en la vida. Paola perdió a su madre a una edad muy temprana. Poco después, aparecieron Tatiana y Julián a su vida, y se convirtieron en padres amorosos para ella y le dieron una nueva familia.
  • Nunca se sabe cómo un acto de bondad puede cambiar la vida de alguien. Tatiana se acercó a Paola porque le preocupaba que una niña pequeña como ella estuviera sola en la calle. Ese simple acto cambió sus vidas para siempre.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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