Niña de 9 años a menudo desaparece después de la escuela: el papá sigue su rastro hasta el bosque - Historia del día
El padre de una niña de nueve años la sigue hasta el bosque y descubre que le ha estado ocultando algo.
A Pedro Rodríguez le tocó criar a su hija Beatriz solo, tras la muerte de su esposa Ana, cuando su pequeña tenía solo tres años. Para Pedro la partida de su esposa fue un golpe muy fuerte y no lo superó.
A los nueve años, la niña era la imagen de su madre, con toda la compasión y empatía de su padre. La única preocupación de Pedro era que la mujer que cuidaba de Beatriz después de la escuela había empezado a quejarse de ella.
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"Beatriz siempre llega tarde de la escuela", dijo la señora Miriam. "Todos los días llega tarde, ¡y siempre llega a casa toda sucia! Me estoy haciendo mayor para este trabajo, señor Rodríguez. Cuando termine el año escolar, será mejor que encuentre una nueva niñera".
"Haré algo al respecto, señora Miriam", respondió y esa tarde se sentó con Beatriz y tuvieron una charla. "Ahora Beatriz", dijo seriamente. "La Sra. Miriam dice que siempre llegas tarde de la escuela. ¿Qué pasa?".
"¡Nada, papá!", contestó Beatriz. "He ido a casa de Georgina porque estamos trabajando juntas en un proyecto de historia". Pedro se sintió aliviado hasta que tuvo una reunión de padres en la escuela y descubrió que su hija le había mentido.
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El hombre estaba realmente preocupado. Beatriz nunca lo había engañado. Tomó el teléfono y llamó a la madre de Georgina, que le confirmó que Beatriz no había ido a visitarla en más de dos meses. Entonces, ¿a dónde iba Beatriz? Pedro estaba decidido a averiguarlo.
Al día siguiente, no fue a trabajar y cuando Beatriz salió de la escuela, él estaba afuera esperando. Observó desde el otro lado de la calle cómo su hija salía y atravesaba el campo de deportes y se adentraba en el bosque.
Con el corazón palpitante, la siguió. Quince minutos después, llegaron a un lugar donde alguien había montado una tienda de campaña. En el exterior había una hoguera cuidadosamente preparada.
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Tres piezas de hierro forjado habían sido clavadas en el suelo para formar un trípode del que colgaba una vieja tetera de cobre hirviendo a fuego lento. Alguien vivía aquí, en medio del bosque. Entonces su hija entró en la tienda y salió con su hacha.
Beatriz se había adentrado de nuevo en el bosque y regresó con unas ramas de sauce que empezó a deshojar. Estaba a punto de acercarse a su hija cuando una voz le interrumpió.
"Beatriz", dijo una voz femenina. "¡Toma primero un poco de té antes de empezar con el trabajo!" Una mujer delgada y menuda, más o menos de la edad de Pedro, salió de la tienda, se dirigió a la tetera y sirvió un poco de té.
"¿Quién es usted?", le dijo Pedro a la dama. "¿Qué está haciendo con mi hija?" En su susto, la mujer dejó caer la tetera y derramó todo el té.
Beatriz se giró y vio a Pedro. "¡Papá!", gritó. "¿Qué estás haciendo aquí?".
"¡Yo soy el que debería preguntar eso!", dijo Pedro enfadado. "Me has estado mintiendo durante meses, Beatriz. ¿Qué está pasando?".
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"Siento haberte mentido, papá, pero no me habrías dejado venir. Ella es Diana. Trabaja en la escuela como conserje. Perdió su apartamento y se iba a vivir en una tienda de campaña en el bosque detrás de la escuela.
"¿Recuerdas la semana que pasamos en Inglaterra el verano pasado en ese campamento medieval? ¿Y cómo nos enseñaron a hacer paredes de bahareque? Y pensé: Puedo hacer una casa para Diana... y ahora está casi terminada".
"Cariño", dijo Pedro con suavidad. "Estabas preocupada por tu amiga, pero deberías habérmelo dicho. Además, Diana no puede vivir aquí. No hay agua, ni electricidad. Esto NO es la Edad Media. Además, esto es tierra del gobierno. No se puede construir aquí sin permiso".
Diana dijo: "No había pensado en eso. Tu padre tiene razón, Beatriz. Pero no te preocupes, creo que puedo conseguir un lugar en el refugio del centro cuando llegue el invierno".
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"O", dijo Pedro mientras se le ocurría una brillante idea. "Podría venir a vivir con nosotros. Tenemos una habitación de invitados con baño privado. La señora Miriam se va a jubilar y podría ser la niñera de Beatriz.
"Y ya que trabaja en la escuela, puede asegurarse de que Beatriz llegue a casa a tiempo. ¿Qué dice?".
Beatriz sonreía felizmente y Pedro se dio cuenta de que era realmente MUY bonita. La dama lo abrazó en agradecimiento a su ayuda.
Dos años después, Pedro se sentó a hablar con Beatriz y le dijo que Diana ya no sería su niñera. Se convertiría en su nueva madre.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Un corazón generoso hará todo lo posible para ayudar a alguien que lo necesite: Beatriz vio que Diana tenía problemas e hizo todo lo que pudo para ayudarla a construir su propia casa.
- A veces el amor llega a nuestras vidas de las formas más inesperadas: Pedro nunca imaginó que conocería a la mujer de sus sueños en un bosque mientras seguía a su hija.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.