Esposa ve a su marido millonario visitando a mujer con trillizas y se entera de que ellas heredarán su mansión - Historia del día
Una esposa perdió la confianza en su matrimonio tras sorprender a su marido con otra mujer y sus trillizas y descubrir que les había legado su mansión a las niñas.
La madre de Linda se había opuesto con vehemencia a su relación con Carlos y le había advertido sobre él en innumerables ocasiones. “¡Te echará en un santiamén, Linda! ¡Es solo un hombre rico que juega con tus sentimientos! ¡Estás cayendo en su trampa!”, le había advertido su madre.
Sin embargo, Linda tenía una opinión diferente. Claro, Carlos era un hombre de negocios millonario, pero había luchado incansablemente a lo largo de los años para superar la pobreza en la que había caído tras la muerte de sus padres y su crianza en un orfanato.
La mujer sabía que él había sufrido lo peor. Él era muy consciente de lo difícil que era estar sin dinero, sin ayuda, sin padres y sin amor. Así que ella estaba segura de que su esposo nunca la traicionaría.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Linda y Carlos se conocieron en un restaurante donde ella trabajaba como camarera. Cuando notó que él la miraba desde detrás de una mesa, desvió la mirada y se alejó.
Lo había ignorado pensando que era uno de esos hombres que buscan una aventura de una noche. Pero lo cierto es que él se había enamorado de ella a primera vista.
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El hombre regresó al restaurante varias veces, rogándole a la chica que tuviera una cita con él. Cuando ella finalmente aceptó, él no tardó en proponerle matrimonio.
Todo sucedió demasiado rápido. Linda se negó porque estaba avergonzada por no tener el mismo estatus que él, pues era rico y ella no. Pero Carlos no se dio por vencido.
Él pasaba por el restaurante todas las noches para llevarla a casa, lo que ella, por supuesto, rechazaba siempre. Sin embargo, él pasó meses esforzándose por ella y la mujer lo notó. Le enviaba flores y chocolates y se disculpó por haber intentado hacer las cosas demasiado rápido.
Entonces Linda comenzó a desarrollar sentimientos por él y finalmente se enamoró. Seis meses después se casaron y la mujer tenía esperanzas de un lindo futuro a su lado.
Sin embargo, las cosas dieron un giro terrible cuando la pareja descubrió que no podía tener hijos. Linda no podía soportar la idea de no poder dar a luz, y fue bastante duro para ella.
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Carlos fue muy alentador y le aseguró que, si Dios no los bendecía con hijos, tenían la opción de adoptar. Pero Linda no estaba segura de si realmente quería eso.
Deseaba poder embarazarse y experimentar la dicha de la maternidad. Pero eso no sería posible ahora y eso fue un golpe muy duro para ella. Lo que más le dolió fue que, poco tiempo después, comenzó a notar un cambio abrupto en el comportamiento de Carlos.
A diferencia del pasado, él no parecía estar particularmente entusiasmado con nada. A menudo regresaba tarde del trabajo y apenas pasaba tiempo con su esposa.
Si ella le preguntaba por qué tardaba tanto en el trabajo, simplemente evitaba el tema y se iba a la cama. Linda no se sentía cómoda con esto y sospechaba que algo andaba mal.
En el fondo, sospechaba que Carlos estaba perdiendo interés en su matrimonio. Ella estaba pensando que su madre había tenido razón. Tal vez estaba planeando divorciarse de ella ahora que sabía que no podía tener hijos.
Pero Linda no quería precipitarse en nada, así que cuando Carlos se fue a trabajar un día, decidió seguirlo para averiguar qué ocupaba tanto de su tiempo en el trabajo.
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Estacionó su automóvil frente al edificio de oficinas de su esposo y lo esperó allí todo el día. Cuando finalmente salió a las 7 p.m., ella lo siguió. Pero en lugar de irse a su casa, el hombre condujo en la dirección opuesta.
“¡Espero estar equivocada, Dios! ¡Espero que las cosas no sean lo que estoy pensando!”. Su corazón latía aceleradamente mientras lo seguía.
Unos minutos más tarde, se dio cuenta de que estaban en un barrio oscuro y Carlos detuvo su automóvil cerca de una casa en ruinas. Cuando tocó la puerta, una mujer con tres niñas trillizas abrió.
El corazón de Linda se rompió en mil pedazos cuando vio a su esposo acunando a las niñas. Sintiéndose engañada y herida, condujo de regreso a casa. ¡Su madre había tenido razón!
¡Charles estaba teniendo una aventura y quería dejarla! De hecho, tenía una familia, ¡y ya no la necesitaba a ella!
Fue a su dormitorio y comenzó a empacar sus pertenencias, decidida a irse antes de que él llegara. Pensó que al menos se ahorraría la vergüenza.
Sacó todas sus cosas del armario y luego un archivo cayó al suelo. Lo recogió para volver a guardarlo, pero algo le llamó la atención.
Una mujer revisando un archivo con documentos. | Foto: Pexels
Vio que era el testamento de Carlos, donde establecía que su propiedad, la enorme mansión en la que residían, sería heredada por Sofía, Jessica y Milena cuando cumplieran los 18 años.
El corazón de Linda se hundió cuando descubrió una foto en el mismo archivo de las niñas trillizas que acababa de ver con Carlos.
“¿Cuándo me volví tan ciega que no noté que estabas perdiendo interés en mí, Carlos? Podrías haberme dicho que no querías estar conmigo. ¿Por qué me engañaste?”. Ella no paraba de llorar con todo su corazón. Le costaba aceptar lo que estaba pasando.
De repente, escuchó pasos acercándose a su habitación. Era Carlos que había regresado. “¡Linda!”, dijo él con voz de pánico cuando la vio en el suelo, llorando. “Cariño, ¿qué pasa?”.
“¿Por qué, Carlos? ¿Por qué no me dijiste que querías dejarme?”, le dijo ella llorando.
“¿Qué?”, dijo él frunciendo el ceño. “¿Estás loca? ¡No te dejaré, Linda!”.
“¿En serio?”, preguntó ella, limpiándose las lágrimas y mirándolo. “¿Quién era esa mujer que fuiste a visitar? ¿Y quiénes eran esas niñas? ¡Vi todo y leí tu testamento! ¡Esas niñas son tus hijas!”.
“¡Les heredarás la mansión, nuestra mansión! ¡Me odias porque no puedo darte hijos! Esa es la verdad. ¡ME ESTÁS SIENDO INFIEL!”.
Carlos le lanzó una mirada de desaprobación. “¡Estás muy equivocada, Linda! ¡No son mis hijas! ¿Sabes qué? Levántate y ven conmigo primero”. La hizo sentarse en su cama y tomó su mano entre las suyas.
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“No te estoy siendo infiel”, dijo. “La mujer que viste es la esposa de mi ex socio comercial Jonás. Su nombre es Sandra. Jonás era un hombre muy amable y me ayudó mucho cuando estaba a punto de embarcarme en mi carrera empresarial”.
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“Sus rivales lo asesinaron y quemaron su casa. Sandra estaba esperando trillizas en el momento del incidente. Yo no sabía nada al respecto hasta que recibí un mensaje de ella. Estaba viviendo en una condición terrible y quería mi ayuda, ¡eso es todo!”.
“¿Qué?”. Linda lo miraba fijamente con los ojos muy abiertos. “¿Por qué no me dijiste nada entonces? ¿Por qué lo ocultaste?”.
“Eso es porque ya estabas estresada con todo el asunto de la infertilidad. No quería que sintieras que estaba siendo insensible contigo”.
“¡Dios mío!”, dijo ella mientras lo abrazaba. “Lo siento mucho. ¡Yo no debería haber dudado de ti! Pero Carlos, ¿qué pasará con la esposa de tu amigo? Necesitamos hacerle justicia. ¡Esos hombres deben ser castigados!”.
“Ya están cumpliendo su condena, Linda. Lo peor es que...”, dijo él haciendo una larga pausa.
Una mujer llorando con las manos sobre su rostro. | Foto: Pexels
“¿Qué? ¿Qué pasó?”.
“Sandra tiene cáncer y está en tratamiento, pero nada le está saliendo bien. Así que puse nuestra mansión a nombre de sus hijas, para que no tengan que vivir en la calle si su madre no sobrevive”.
“Ella también sugirió que podríamos adoptar a sus hijas si quisiéramos. Pero no voy a presionarte para que lo hagas. Si eso no es lo que quieres, yo…”.
“Eso no será necesario, Carlos”, respondió Linda mientras tomaba sus manos entre las suyas. “Me encantaría adoptar a las niñas y criarlas como nuestras propias hijas. Y me disculpo por mi arrebato”.
“Está bien, cariño. Te amo”.
“Yo también te amo, querido”.
Al día siguiente, Carlos llevó a Linda a conocer a Sandra y le dijeron que estarían interesados en acoger a las niñas. La madre quedó encantada cuando escuchó eso, pues estaba contenta de que sus hijas estuvieran seguras.
Desde entonces, Linda y Sandra se hicieron buenas amigas. Cuidaban juntas de las trillizas y los fines de semana, la madre y sus hijas pasaban tiempo en la casa de Carlos y su esposa.
Lamentablemente, un año después, Sandra falleció. La pareja se encargó de los arreglos del funeral y acogió a las niñas. Ahora son una familia feliz.
Una mujer jugando con una niña. | Foto: Pexels
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- La confianza es la base de una relación. En lugar de sacar conclusiones precipitadas y acusar a Carlos de infidelidad, Linda debería haber tratado de hablar con él primero.
- Nunca te abstengas de prestar una mano amiga a alguien que lo necesite. Carlos intervino para ayudar a Sandra y a sus hijas cuando se enteró de que estaban en problemas.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.