Viudo adopta a 80 niños que nadie quiere para poder estar con ellos en sus últimos momentos

Un viudo ha dedicado su vida a los niños con enfermedades terminales durante más de dos décadas. A pesar de la tensión que eso conlleva, él prefiere estar al lado de los pequeños hasta el último momento.

Los niños traen alegría y los padres y tutores suelen hacer cualquier cosa para protegerlos. Por lo general, esto es más difícil para los padres cuyos hijos tienen afecciones médicas.

A veces, las condiciones se pueden corregir con una cirugía simple o incluso con medicamentos, pero otras veces no tienen cura.

LA REALIDAD DE ALGUNOS NIÑOS

Mientras que algunos niños tienen suerte de tener padres o tutores que harán todo lo posible para criarlos y estar allí sin importar los desafíos, otros no tienen tanta suerte.

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Imagina a un niño luchando contra una enfermedad terminal sin nadie en quien apoyarse, quedando a merced de extraños en orfanatos. Lamentablemente, esta situación es la realidad de algunos pequeños que no tienen padres que los cuiden ni nadie que los adopte.

Esto fue lo que descubrió Mohamed Bzeek cuando emigró a los Estados Unidos. Algunos pequeños eran abandonados por una u otra razón.

Este buen hombre se hizo famoso en las redes sociales cuando se hizo viral la noticia de que había decidido ayudar a estos niños.

HA CUIDADO A MUCHOS NIÑOS

Mohamed se convirtió en un nombre popular en las redes sociales después de que la noticia de su amable acto se volviera viral. El hombre se había mudado de Libia a los Estados Unidos en 1978.

Se casó con una mujer llamada Dawn en 1989. Ella había estado cuidando niños huérfanos o que habían sido abandonados. En 1995, ambos decidieron dedicarse a agregar valor a la vida de los pequeños más vulnerables.

Incluso después de que su esposa muriera en 2015, Mohamed continuó con su promesa porque “parecía natural continuar”.

El viudo ha pasado más de dos décadas cuidando a niños con enfermedades terminales que no tenían a nadie que los cuidara.

Aparte de perder a su amada, quien murió de un coágulo de sangre en sus pulmones, Mohamed ha perdido a unos diez hijos adoptivos, pero eso no lo desanimó de seguir ahí para cuidar a otros pequeños que lo necesitaran.

Con el tiempo, la casa de Mohamed se convirtió en un santuario para los niños con enfermedades terminales que no pueden hablar ni oír. Él se ha propuesto darles risas y alegría antes de despedirse de ellos.

DEDICA TIEMPO A UNA NIÑA

Es una montaña rusa de emociones, pero Mohamed no duda en cumplir la promesa que le hizo a su difunta esposa. En 2017 vivía en California.

Se decía que estaba cuidando a una niña de 6 años que había nacido sorda y ciega. La pequeña tiene microcefalia, una condición que impide que el cerebro se desarrolle adecuadamente.

“La única forma de comunicarme con ella es a través del tacto, así que la abrazo. Quiero que sepa que alguien está aquí para ella. Alguien la ama. No está sola”, dijo el hombre.

La prioridad de Mohamed es asegurarse de que sus hijos adoptivos se sientan seguros. Incluso se sabe que realiza vigilias junto a la cama de los niños para poder vigilarlos.

Su influencia en los pequeños les ayuda a prolongar sus vidas y les da la paz que nunca habían experimentado. Rosella Yousef, administradora regional adjunta de Servicios de Gestión de Casos Médicos, siempre envía a los niños a Mohamed.

“Mohamed es un padre adoptivo excepcional: es su amor y excelente atención lo que ha hecho que la niña que actualmente tiene bajo su cuidado prospere, cuando inicialmente solo se esperaba que viviera unas pocas semanas”, dijo la mujer.

Y

: “Él la ha mantenido viviendo mucho más allá de las expectativas de sus médicos”.

AYUDA A SU HIJO CON LA TAREA

Además de cuidar a sus hijos adoptivos, Mohamed también cría a su hijo, Adam, que padece una enfermedad ósea llamada osteogénesis imperfecta.

“Así lo hizo Dios, pero es un luchador, como los niños que se han venido a vivir con nosotros”, le dijo el hombre a People.

Adam estudia informática en Citrus College, pero no puede usar mucho sus manos debido a sus huesos débiles. Como resultado, depende de su padre para que lo ayude con la tarea y cosas simples como vestirse y bañarse.

Cuando se le preguntó por qué se sometía a la exigente tarea de adoptar niños con necesidades especiales, dijo: “Incluso si estos niños no pueden comunicarse, ver u oír, tienen un alma”.

“Necesitan a alguien que los ame. Les digo: ‘Todo estará bien, estoy aquí para ti. Pasaremos por esto juntos'", agregó.

LOS NIÑOS DEBEN SER CUIDADOS

En verdad, no mucha gente puede hacer lo que hace Mohamed, pero el hombre también tiene razones además de la promesa que le hizo a su esposa. Su vínculo con los niños se deriva de su capacidad para relacionarse con la situación de los pequeños.

Él se había sentido muy solo cuando estuvo enfermo en el pasado, lo que significa que puede entender lo que es estar en esa situación, necesitar ayuda y no tener a nadie.

La mayoría de los niños que pasaron sus últimos meses con Mohamed le fueron enviados desde los hospitales del condado de Los Ángeles cuando eran bebés. Habían sido abandonados allí por sus padres, por no poder cuidarlos.

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La historia de este inmigrante libio enfatiza la necesidad de mostrar cuidado y amabilidad, especialmente a las personas que no pueden satisfacer sus necesidades básicas o tener una familia que los mantenga.