Tras 23 años casados, esposa invita a su marido a una cita y descubre que él se avergüenza de ella - Historia del día
Una mujer decide invitar a salir a su marido para reavivar su relación. Él se niega, y admite que está avergonzado de ella, y más tarde aprende una lección importante de un buen amigo.
Javier y Mary habían estado casados durante 23 años y tenían cuatro hijos. Si bien ambos trabajaban a tiempo completo, la vida de ella era muy ocupada y rutinaria, algo que su esposo detestaba.
Al llegar del trabajo. Javier se acostaba en el sofá y veía la televisión hasta la cena. Mary, por su parte, llegaba preparando la cena, recogiendo todo, metiendo alguna ropa a lavar y ayudando a los chicos con sus tareas y demás.
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Cuando finalmente se desocupaba, era bastante tarde y solía dormirse agotada. Algunas veces se quedaba viendo películas románticas y se imaginaba que ella era la protagonista. Soñaba con tener una cita con su esposo.
Sin embargo, cuando Mary se miraba al espejo, se entristecía por la imagen que le devolvía. Ella no se parecía en nada a las mujeres de las películas.
La foto de su boda, que estaba al lado del espejo, la enfrentaba a diario con la realidad. Su rostro mostraba un gran cansancio y tristeza, a diferencia de esa joven alegre que alguna vez fue.
Una tarde, cuando Javier regresó del trabajo, ella quiso hablarle de su situación: “Javier, estaba pensando... ¿Crees que podamos tener una cita? Hay un lindo lugar que abrió en el centro. Tal vez podamos ir juntos”, sugirió.
Javier la miró sorprendido: “¿Una cita? ¿Por qué tendríamos una cita? ¿Hoy es un día especial o algo así?”, preguntó.
María negó con la cabeza. “No tenemos que esperar a un día especial para tener una cita... podemos hacer que cualquier día sea especial”, dijo con una sonrisa tierna.
En lugar de sentirse conmovido por el gesto de su esposa, Javier se burló abiertamente de ella. “¡Mírate!”, le dijo. “Te ves terrible. No voy a ir a ninguna parte contigo”.
Mary se sintió herida por sus duras palabras de su esposo, pero intentó explicarle: “Acabo de terminar de hacer todas las tareas del hogar. Por eso me veo así”.
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“No seas ridícula. Te ves así todos los días. Solías cuidarte, arreglarte el cabello, vestirte bien, pero ahora pareces una solterona. Me siento avergonzado de ti”, dijo Javier antes de salir por la puerta principal. Los ojos de María se llenaron de lágrimas.
Javier fue a la casa de su amigo Samuel y lo invitó a un bar a tomar una cerveza. Pero él lo rechazó de inmediato. “Lo siento, amigo. Voy a tener una cita con mi esposa. Hay un nuevo lugar en el centro al que quiero llevarla”.
Javier se sintió ofendido por el rechazo de su amigo. Luego vio a la esposa bajando las escaleras. Se veía hermosa con su vestido y tenía una gran sonrisa mientras sostenía muchas flores en sus brazos.
“Sam, acabo de encontrar este ramo en la mesa de nuestra habitación. ¿Lo pusiste allí?”, preguntó con una sonrisa. De inmediato le dio un beso en la mejilla a su esposo.
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“¡Sí, sorpresa! Y te traje algo más…”, dijo, mostrándole una bolsa que escondía detrás de la puerta principal. Su esposa la abrió y sacó un hermoso vestido de noche.
“Oh, Sam. ¡Esto es hermoso! ¡Eres el mejor! Déjame cambiarme rápido. Usaré este vestido en nuestra cita”, dijo emocionada, mientras corría escaleras arriba.
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Javier estaba atónito por lo que acababa de presenciar. “Sam, tu esposa es hermosa, ¡y ustedes dos se ven tan enamorados! Mi esposa siempre se ve miserable. Casi nunca le veo una sonrisa en el rostro”, dijo.
“¿Cuándo fue la última vez que invitaste a salir?”, le preguntó Samuel.
“No puedo recordar... ¿Hace dos años, tal vez?”, respondió Javier.
“¡¿La última vez que la invitaste a salir fue hace dos años, y te quejas de que no sonríe?!”, dijo con humor, golpeando a su amigo en el brazo.
Sacudiendo la cabeza, Samuel decidió darle a Javier un valioso consejo. “Sabes, amigo. Hago que cada día sea especial para mi esposa. Ella es la luz de nuestro hogar. Se merece todo. Intento hacerle saber cuánto la amo cada día”.
Javier se quedó allí, reflexionando sobre las palabras de su amigo. Se dio cuenta de la forma en que había tratado a su esposa en los últimos años.
“Cuando llevo a mi esposa a una cita, no es porque sea un día especial. Es porque elijo hacer que cada día sea especial. Pruébalo, amigo. Podría hacer maravillas en tu matrimonio”, sugirió Samuel.
Javier asintió. Eran casi las mismas palabras que su esposa le había dicho minutos antes. “Gracias, Sam. Bueno, disfruten su cita de esta noche. Regresaré a casa”.
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Cuando Javier regresó, tenía un regalo para Mary. “Lamento haberte lastimado con mis palabras. Estaba siendo irrespetuoso y no te lo mereces”, dijo, entregándole una caja.
“¿Te gustaría salir en una cita conmigo mañana? Reservé una mesa para nosotros en ese lugar nuevo del centro…”.
Mary miró a Javier, sorprendida. Estaba emocionada y sonrió con la misma sonrisa alegre que solía mostrarle cuando eran más jóvenes. Abrió la caja y vio un hermoso collar de plata.
“Esto es tan hermoso, Javier. Gracias. Me encantaría tener una cita contigo mañana”, respondió ella.
Al día siguiente, Javier vio a Mary transformarse frente a sus ojos. Se veía realmente hermosa. Él estaba muy feliz, y ella también.
Desde entonces, tanto Mary como Javier se propusieron trabajar en su relación, y reavivar la llama entre ellos. Eso hizo maravillas no solo para ellos sino también en su vida familiar.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- No necesitas un día especial para celebrar, cualquier día puede ser mágico. Javier creía que solo debían celebrarse en ocasiones especiales. Su amigo Samuel le hizo darse cuenta de que cualquier día puede ser memorables con la actitud apropiada.
- Muéstrale a tus seres queridos amor, apoyo y aprecio todos los días. A menudo pasamos por alto las pequeñas cosas que nuestros seres queridos hacen por nosotros a diario. Es importante mostrar nuestro aprecio para que el amor siga floreciendo en el hogar.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.