Mamá recibe una foto de su hijo de 2 años en la guardería y lo ve envuelto en mantas
Jason y Rebecca Vannest pensaban que su hijo estaba a salvo en la guardería a la que acudía regularmente, hasta que recibieron una foto de su pequeño de 2 años de parte de una de las empleadas.
Para los padres, no hay nada en este mundo más importante que sus hijos. La mayoría de ellos hacen todo lo posible para asegurarse de que sus chiquillos estén a salvo en todo momento.
Sin embargo, a veces, un lugar aparentemente seguro para los niños, como debería ser una guardería, puede estar lleno de peligros.
Su primer hijo
Jason y Rebecca Vannest dieron la bienvenida a su primer hijo en 2013. Después de que Rebecca quedara embarazada, la pareja se dedicó a planificar todo lo que tenían que hacer para recibir a su bebé.
Como la mayoría de los padres primerizos, los Vannest querían que su hijo tuviera las mejores cosas de la vida. Empezaron por buscar la mejor guardería para él, incluso antes de que naciera.
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La búsqueda de la guardería
Previo a su primer embarazo, Rebecca había hecho una lista de guarderías para su futuro hijo. Cuando supo que estaba embarazada, visitó varias de ellas con su marido.
Tras sopesar los pros y los contras de todas, Jason y Rebecca decidieron inscribir a su bebé en la guardería “Rainbow” de Michigan (Estados Unidos). No sabían que pronto se arrepentirían de su decisión.
Un bebé inquieto
Cuando su hijo, William Vannest, cumplió un año, lo enviaron al jardín de infancia, dando por hecho que estaba a salvo. Como habían investigado, estaban seguros de que su pequeño no se sentiría incómodo.
Sin embargo, las cosas cambiaron un año después. Rebecca empezó a notar que William estaba irritado cuando llegaba a casa. Entonces llamó a la guardería y les preguntó si algo estaba molestando a su hijo.
Cada vez que llamaba, la dirección le decía que no pasaba nada y ella se sentía aliviada. Dijo:
"Sentía que teníamos una relación de confianza".
La foto
Pronto, una trabajadora de la guardería, que quiso permanecer en el anonimato, envió a Rebecca una foto de William envuelto en una manta mientras dormía. Jason Vannest dijo:
"Nos explicó que lo ataban físicamente para las siestas y que esto ocurrió en un período de un par de meses".
La información acabó con la confianza que los padres tenían en el jardín de infancia. Sin embargo, también se sintieron aliviados de saber que William no tendría que volver a pasar por lo mismo.
Contra su voluntad
Después de ver la foto, los Vannest consideraron que se trataba de "un claro caso de maltrato" porque los empleados le habían sujetado contra su voluntad, para no tener que cuidarle. Rebecca compartió sus sentimientos al respecto:
"Fue realmente perturbador".
Jason y Rebecca sacaron inmediatamente a William de la guardería e informaron a la policía del incidente. Querían conseguir justicia para su hijo.
Tomando acciones
La policía investigó el caso y concluyó que la guardería era culpable por "restringir el movimiento de William durante la siesta". Sin embargo, el jardín de infancia no reveló si reprendió a su personal por maltratar a William. Rebecca dijo:
"Me da miedo como madre porque no sé cómo podría descubrir esto otro padre".
Finalmente, tras todo lo sucedido, los Vannest no quedaron satisfechos con los resultados. Consideraron que las medidas adoptadas fueron insuficientes.
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