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Un niño llorando en la calle | Foto: Getty Images
Un niño llorando en la calle | Foto: Getty Images

Hombre se acerca a niño que llora en la calle: "Llévame lejos de ellos", le suplica el chico - Historia del día

Vanessa Guzmán
13 jun 2022
09:30

De camino al trabajo, un hombre se encuentra con un niño pequeño que llora y suplica que se lo quiten. Cuando se acerca al chico para saber a quién se refiere, el chico huye. El hombre lo sigue y se da cuenta de que el niño necesita ayuda con urgencia.

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Leo Briceño era un hombre soltero que trabajaba incansablemente. A menudo más de lo que se le requería, solo para no pensar en las cosas que habían sucedido recientemente en su vida.

Leo estaba casado con una hermosa mujer llamada Betania, pero las cosas no funcionaron entre ellos y se divorciaron. Él estaba ansioso por tener hijos, pero ella tenía claras sus prioridades y no quería eso. Nunca se convertiría en mamá porque no le gustaban los niños. Ese fue el motivo de su separación.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Cuando Leo se dio cuenta de que su relación no funcionaría debido a sus diferencias, se separó de ella sin pensarlo dos veces. Esperaba encontrar a alguien que amara a los niños tanto como él.

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Un día, se dirigía al trabajo cuando escuchó un llanto en la esquina de la calle que estaba cruzando. Se detuvo y concentró su atención en el ruido. Supuso que venía del callejón a un lado de la vía.

Iba a llegar tarde al trabajo, pero no podía continuar su camino sin saber quién era el alma necesitada, llorando temprano en la mañana, así que siguió el sonido. Finalmente, se encontró cara a cara con un niño sentado en el otro extremo del callejón, con la cabeza entre las manos y llorando.

Leo sintió pena por el chiquillo y se propuso ayudarlo. Cuando se acercaba al él, el niño levantó la cabeza abruptamente, revelando sus profundos ojos rojos por el llanto, y se puso de pie.

"¿Quién eres tú?", le preguntó a Leo con voz temblorosa.

"No te preocupes", le aseguró Leo. "Solo quiero ayudar. ¿Qué hace un niño pequeño como tú aquí solo?".

"¡Por favor, aléjame de ellos si puedes! ¡Por favor!", le rogó a Luis con ojos esperanzados.

"¿De quién está hablando?", preguntó Leo al ver lo aterrorizado que estaba el niño que tenía 8 años. Decidió calmarlo y preguntarle qué le pasaba, pero antes de eso, el chico comenzó a gritar.

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"¡Oh, no! ¡Están aquí!", gritó, mirando por encima del hombro de Leo como si hubiera notado a alguien, luego salió corriendo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Leo se dio la vuelta, pero no vio a nadie acercándose a ellos. Estaba perplejo de por qué el chico estaba actuando de manera tan extraña y decidió seguirlo.

"¡Hey, espera!", gritó, "¡Puedo ayudarte!".

El chico no se detuvo. Siguió corriendo y finalmente se dirigió a una iglesia. Leo lo siguió adentro, miró por todas partes dentro del lugar, pero no estaba allí. Parecía que el niño se hubiera desvanecido como un fantasma.

Pero cuando salió, Leo vio al niño agachado detrás de la iglesia, llorando a mares. "Oye, oye, todo está bien", dijo mientras se acercaba a él. "Estoy aquí para ayudarte. ¿Estás bien?".

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El niño levantó la cabeza y rodeó con fuerza a Leo con sus brazos. "¡Por favor, no me dejes! Lamento haber tenido que huir. ¿Puedes llevarme contigo?", sollozó.

Leo sintió una conexión extraña con el niño y decidió no abandonarlo. Él le devolvió el abrazo y dijo: "Por supuesto, te ayudaré. No tienes que preocuparte, ¿de acuerdo? Pero primero, debes decirme qué pasó".

El niño se secó las lágrimas lentamente. "Mi nombre es Henry", resopló. "Tengo ocho años y mi mamá y mi papá murieron hace unos meses, así que no tengo a nadie que me quiera".

"Pero debes tener a alguien que te cuide, ¿verdad?", preguntó Leo. "¿Quizás tus vecinos o alguien más?".

Henry negó con la cabeza. "No realmente... Viví en un orfanato, y algunas personas malas me robaron de allí un día".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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"¿Qué?". Los ojos de Leo se abrieron en estado de shock. "¿Quieres decir que te secuestraron?".

El chico asintió. "Caminaba solo cerca del orfanato. No tenía amigos allí. Mientras caminaba, alguien detrás me puso algo en la nariz. Olí algo malo y me quedé dormido. Cuando me desperté, los vi. Pensé que eran mendigos porque estaban muy sucios. Y tenía razón".

"¡Dios mío!". Leo no podía creer lo que estaba escuchando. "No te hicieron nada malo, Henry, ¿verdad?", le preguntó al chico, preocupado.

De repente, los ojos de Henry se llenaron de lágrimas nuevamente. “Eran muy malas personas. No me daban comida y me obligaban a mendigar en las calles”.

“Siempre estaban cerca de mí cada vez que pedía, haciéndome imposible escapar. Pero me alejé de ellos este mañana. Pero cuando viniste a ayudarme, los vi de lejos. ¡Me están buscando!”.

"Eso es horrible", respondió Leo, su corazón se hundió por el niño. "Pero Henry, ¿por qué no regresaste a tu orfanato? Estarías más seguro allí que en las calles".

"Está en otra parte de la ciudad", dijo con tristeza. "No estoy seguro de cómo llegar solo. Empecé a llorar porque tenía miedo de estar solo. ¡Me alegro de haberte conocido! Por favor, no me dejes".

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"No lo haré. Lo prometo", le dijo Leo al niño y lo consoló. "Soy Leo, por cierto. Vamos, vamos a contarle todo a la policía para que puedan castigar a los malvados, ¿de acuerdo? Y más tarde, iremos a tu orfanato", agregó, estirando la mano para que Henry se acercara.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Cuando llegaron a la estación de policía, se enteraron de que las autoridades habían estado buscando previamente a Henry. Creían que se había escapado del orfanato, pero la realidad era otra. Sintieron pena por el niño pequeño después de escuchar su trágica historia.

Decidieron escoltarlo sano y salvo al orfanato y agradecieron a Leo por su ayuda. "Puede irse, señor. Nos encargaremos de todo desde aquí", le dijo el oficial en la escena. Sin embargo, Leo insistió en acompañar a Henry al orfanato.

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"Sinceramente espero que no le importe, oficial. Todavía está aterrorizado y no quiero dejarlo solo", le dijo al policía, mirando a Henry, que estaba sentado en un banco con otro oficial.

Los funcionarios le habían traído un sándwich y leche con chocolate, pero se negó a comer. Parecía haber perdido el apetito.

Teniendo en cuenta la terrible condición del niño y la compasión de Leo por Henry, los policías permitieron que él estuviera cerca del chico por un poco más de tiempo.

Antes de salir de la estación, instaron a Henry a que ayudara al dibujante a crear bocetos de las personas que sospechaba que lo habían secuestrado.

Henry tenía miedo, pero tener a Leo a su lado le dio coraje e hizo lo que le decía la policía. Más tarde, mientras Leo lo dejaba en el orfanato, el niño se le acercó y le preguntó: "¿Puedes venir a verme de vez en cuando en tus días libres? Me gustas. Me ayudaste. ¡Gracias por eso!".

"Te prometo que te visitaré, Henry", dijo Leo, sonriendo. "Nunca, nunca pienses que estás solo, ¿de acuerdo?".

"Gracias", susurró el chico y entró.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Después de regresar a casa ese día, Leo no podía quitarse de la cabeza la cara de Henry. Era un adicto al trabajo, pero cuando se trataba de Henry, no lo pensó dos veces antes para faltar por ayudar al chico.

Había recibido múltiples llamadas de su jefe en su teléfono, pero no se molestó en atenderlas porque solo estaba pensando en Henry y su seguridad.

Al día siguiente, salió de su casa mucho más temprano que antes solo para poder ver a Henry antes de ir a la oficina. El niño saltaba de alegría cuando lo vio. "¡Cumpliste tu promesa! ¡Gracias!".

"Tenía que hacerlo, Henry", dijo Leo, sonriendo mientras le entregaba una caja de chocolates y un par de zapatos nuevos; había notado que los zapatos de Henry estaban viejos y gastados.

La sonrisa que Henry tenía en su rostro mientras Leo lo ayudaba a ponerse los zapatos significaba mucho para él. No podía creer que su mente, por primera vez, no estuviera preocupada por el trabajo sino por otra cosa.

Leo iba a ver a Henry casi todos los días antes del trabajo y pasaban tiempo juntos los fines de semana. Se había convertido en una tradición que nunca rompería.

Poco después, se dio cuenta de que estaba tan apegado al niño que no quería dejarlo. Decidió adoptarlo y le preguntó a Henry si le gustaría tenerlo como papá.

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"¿Te gustaría vivir conmigo, Henry?", le preguntó al chico. "Quiero ser tu padre, pero solo si te gusta tenerme como papá".

El joven felizmente asintió y lo abrazó. "Me encantaría llamarte papá, Leo. ¡Ups, PAPÁ!", se rio. "¡Muchas gracias por todo! ¡Te amo, papá!".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Leo estaba llorando mientras le devolvía el abrazo a Henry. Siempre había querido ser padre, ¡y ahora sus deseos se habían hecho realidad! El proceso de adopción tardó un tiempo en concluir, pero finalmente, Henry se convirtió legalmente en su hijo.

La policía no había dejado de buscar a los mendigos que secuestraron a Henry. Pero un día, Leo recibió una llamada y le informaron que habían sido arrestados y le pidieron que llevara a Henry a la estación para verificar su identidad. El chico confirmó que eran ellos.

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"Asegúrense de que paguen por lo que hicieron, oficial", le dijo Leo al policía antes de irse.

Después de ese día, Henry y Leo se sintieron aliviados. No tenían nada de qué preocuparse ahora, y estaban contentos el uno con el otro.

Desde que vivían juntos, Leo ya no estaba sobrecargado de trabajo y Henry ya no estaba solo, y pasaban los fines de semana viendo películas o partidos de béisbol juntos. Henry comenzó a ir a una escuela y Leo lo llevaba y buscaba a diario.

Un día, Leo conoció a una mujer en la escuela de Henry. Ella era la tía de una compañera de clase de su hijo. Emily recogía a su sobrina todos los días, ya que los padres de la niña siempre estaban ocupados con el trabajo.

Leo y Emily comenzaron a pasar tiempo juntos y, antes de darse cuenta, estaban enamorados. Después de salir durante unos meses, decidieron casarse, y cuando Leo le dijo a Henry que iba a tener una nueva madre, el joven se puso muy feliz.

Un año después del matrimonio, la pareja les dio la bienvenida a mellizos. Henry ahora tiene la hermosa familia que siempre quiso y vive una vida feliz como hermano mayor.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Tu estado de alerta puede salvar la vida de alguien: Leo actuó rápidamente después de escuchar el grito de Henry, y su rapidez de pensamiento salvó la vida del pequeño.
  • Familia no siempre significa sangre: Leo acogió a Henry y lo crio con amor. Siempre había querido ser padre y no le importaba que Henry no fuera su hijo biológico.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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