Niña se siente sola tras la muerte de su abuela: le escribe una carta y recibe respuesta días después - Historia del día

Una niña luchaba por asimilar la muerte de su querida abuela hasta que una profesora le contó una dulce historia que la ayudó a sobrellevar su pérdida.

Un lunes por la mañana, la señora Carreras vio a Lily sentada en un rincón del patio de las escuela, con un aspecto muy triste. Lily era una niña vivaz y enérgica, y estaba segura de que algo la había alterado.

La maestra se acercó y se sentó junto a la pequeña. "Lily", le dijo suavemente. "Hoy he notado en clase que estabas muy callada. ¿Estás bien?".

Lily no levantó la vista. Se limitó a asentir con la cabeza y dijo con voz muy suave: "Estoy bien".

"Cariño", dijo la señora Carreras. "Sabes que si te sientes triste puedes hablar conmigo. Estoy aquí para escuchar...".

Lily levantó la cabeza y la profesora vio que sus ojos estaban llenos de lágrimas. "Mi abuelita murió", susurró. "La quería y nunca la volveré a ver".

"¡Oh, cariño!", dijo Carreras. “¡Lo siento mucho!".

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Los pequeños hombros de Lily empezaron a temblar mientras lloraba. "¡Se ha ido, señora Carreras, se ha ido para siempre, y la echo tanto de menos!".

"Te diré algo, Lily, ¿Por qué no le escribes una carta a tu abuela esta tarde y le dices lo mucho que la echas de menos?", comentó la maestra.

"Mi hermano dice que se ha apagado como una bombilla mala", lloró. "Así que la pusieron en el suelo y se fue".

"Sabes, Lily", dijo la señora Carreras. "Las personas no son en absoluto como una bombilla. Son como... bueno, como un vaso lleno de agua. Cuando el vaso se rompe el agua se derrama, ¿verdad?”.

"¿Pero recuerdas que hablamos de cómo cambia el agua? El agua no desaparece. Se evapora hacia las nubes y llueve para ayudar a las flores a crecer”.

"La gente es igual. Cuando una persona muere, lo que hay dentro de nosotros también sube al cielo y llueve amor sobre nosotros cuando estamos tristes. Creo que si le escribes la carta tu abuela lo sabrá todo y te enviará aún más amor".

Entonces ocurrió algo maravilloso. Aunque había hecho sol cuando la señora Carreras y Lily empezaron a hablar, empezaron a caer gotas de lluvia y, justo sobre el patio, se formó un precioso arco iris.

"¡Mira!", dijo Lily. "¿Piensas que es mi abuela enviando amor?".

La señora Carreras sonrió. "Sé que lo es, Lily", dijo. "¡Es su manera de hacerte saber que está aquí cuidando de ti!".

Todos los niños gritaban y corrían hacia el interior para alejarse de la lluvia, pero la señora Carreras y Lily se quedaron allí, con las gotas de lluvia brillando en su pelo como joyas, observando el arco iris.

Esa tarde, Lily escribió una preciosa carta a su abuela diciéndole lo mucho que la quería y la echaba de menos y le pidió a la señora Carreras que la pusiera en el correo.

La Sra. Carreras llamó a la madre de Lily y le contó su conversación, y le pidió permiso para enviar a Lily una carta en nombre de su abuela.

La madre de Lily aceptó. Estaba preocupada por ella, ya que no podía dormir y lloraba por su abuela todas las noches. No sabía cómo ayudarla. Pensó que la carta era una buena idea.

Tres días después, llegó una carta para Lily y el remitente era "Cielo, tercer arco iris". Lily estaba muy emocionada y abrió la carta. Con la ayuda de su madre, leyó:

"Mi dulce Lily, recibí tu carta ayer y me dio pena saber que te has sentido triste. Sé que me echas de menos y yo también, por eso he estado pendiente de ti”.

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"Recuerda que siempre estoy aquí, aunque no puedas verme. Cuando te sientas triste y sola, piensa en mí y estaré allí, sonriéndote desde el cielo. Te quiero siempre, abuela".

Lily y su madre lloraron mucho con la carta, pero esa noche la niña se durmió tranquila. Desde entonces, cada vez que Lily echaba de menos a su abuela, le escribía una carta, y siempre recibía respuesta.

Para ella, la muerte podía significar un adiós, pero no era para siempre. Sabía que había algo más que oscuridad al final del viaje: había arco iris.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

Es importante que nuestros hijos sepan que existe la esperanza de reunirse con nuestros seres queridos después de la muerte: Nada es tan devastador como imaginar que la vida no tiene sentido y que lo único que podemos esperar al final es la oscuridad. Demos esperanza a nuestros hijos.

Nuestros cuerpos pueden ser vasos frágiles, pero nuestro espíritu es inmortal y eterno: Aquellos a los que amamos, viven en nuestros corazones y nuestros recuerdos. Con suerte, un día, todos resolveremos el gran misterio y nos reuniremos de nuevo en un lugar mejor.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.