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Un hombre mayor con un bastón | Fuente: Shutterstock
Un hombre mayor con un bastón | Fuente: Shutterstock

Hombre de 82 años va a Europa a buscar a la novia que perdió en 1974: se casa meses después - Historia del día

Mayra Pérez
19 jul 2022
14:00

Un viudo de 82 años que había perdido el contacto con su amor platónico hace 48 se embarcó en un viaje para encontrarla. Un día, reconoció el brazalete que le había regalado en el brazo de una mujer y al ver su rostro, rompió en llanto.

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Alex Salas, de 82 años, trataba de superar el vacío que la muerte de su esposa, Esmeralda, le había dejado cinco años atrás. Su nieto, Dylan, de 24 años, era la única persona en la que confiaba para aliviar su carga emocional.

Un día, Dylan hizo una visita sorpresa a la casa de su abuelo y lo vio sosteniendo una foto en sus manos. Los ojos de Alex estaban anegados de lágrimas, y parecía estar ahogándose en recuerdos dolorosos.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Cuando se acercó a su abuelo para ofrecerle consuelo, se sorprendió al verlo sosteniendo una foto de una mujer joven que no era su difunta abuela.

La relación entre Dylan y Alex no era la convencional entre un abuelo y su nieto; ellos eran verdaderos amigos y pasaban mucho tiempo juntos.

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El padre de Dylan, Franco Contreras, estaba demasiado ocupado con sus negocios y viajes frecuentes, por lo que el joven se había acercado mucho más a su abuelo.

Ese día en especial, Dylan había querido sorprender a su abuelo con una cena en su restaurante favorito. Pensó que lo ayudaría a relajarse y olvidar su dolor por un momento.

Pero Dylan estaba sorprendido y curioso después de ver la imagen monocromática de una mujer desconocida en la mano de su abuelo.

“Abuelo, ¿quién es ella?”, preguntó.

“¿Quién? ¿De qué hablas?”, preguntó Alex. Había reconocido los pasos de Dylan y escondido la foto debajo del cojín para evitar que la viera.

“Estabas sosteniendo una foto de una mujer, y no era la abuela. ¿Puedo verla? ¿Quién es ella?”.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

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La sala de estar se quedó en silencio mientras Dylan esperaba la respuesta. “¿Qué debo decirle?”, pensó mientras las lágrimas brotaban incontrolablemente de sus ojos.

Después de un profundo suspiro, Alex tomó la foto y se la mostró a su nieto. Luego reveló una clásica historia de amor que terminó antes de comenzar.

“¡Guau! ¡Ella es hermosa! ¿Quién es ella?”.

Alex pasó los dedos por la foto de la mujer y le dijo a Dylan que había sido alguien muy especial para él. “Tuve miedo toda mi vida de admitir que ella era mi verdadero amor”.

“¿Amor verdadero? Abuelo, no te entiendo”.

“Amaba a tu abuela... todavía la amo. Pero Catherine... ella era mi mejor amiga y mi primer amor. Se fue con sus padres a Italia. Me dijo que se iba a comprometer con un hombre de negocios italiano, amigo de sus padres. Así que enterré mi amor por ella en el fondo de mi corazón”.

“¿Tu primer amor?”, exclamó Dylan en estado de shock. “¿Ella supo eso? ¿Dónde está ahora, en Italia?”. Alex ya no pudo contener las lágrimas. Cayó sobre los hombros de Dylan y lloró, mostrándole otra foto de él con Catherine tomada durante una excursión.

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Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

“Nunca le dije lo que sentía por ella. Y no sé dónde está, pero si tengo la oportunidad de decirle cuánto la amo antes de morir, seré feliz”.

“La última vez que la vi fue hace 48 años, cuando le regalé un brazalete con incrustaciones de piedras azules y un relicario de plata en su cumpleaños número 29, justo un día antes de que se fuera a Italia. Nunca más la volví a ver después de eso”.

“¿No te dio su dirección en Italia, abuelo?”.

“Ella dijo que me escribiría cartas. Pero el dueño del edificio en el que vivíamos por entonces vendió la propiedad, así que tuve que mudarme. Y la edificación la demolieron para construir un teatro. Así que me mudé después de eso. Nunca recibí ninguna carta de ella, y no estoy seguro de que no sea porque se las han devuelto.”.

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El corazón de Dylan se hundió al escuchar esto. Le dio unas palmaditas a su abuelo y le dijo que lo ayudaría a encontrar a su amor perdido hace mucho tiempo. “No te preocupes, la encontraremos”.

“¿Cómo lo haremos?”, exclamó Álex.

Dylan le aseguró que lo haría. Le preocupaba la idea de que no siguiera con vida. Era demasiado difícil averiguar su paradero en Italia, pero no perdió la esperanza y comenzó a buscarla.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Durante los días siguientes, Dylan buscó una “Catherine Dante” en Internet. Había mujeres jóvenes y mayores con ese nombre, y le resultaba difícil encontrar a la que buscaba.

Un día, Dylan revisó fotos en Facebook y encontró una imagen que se parecía a la que tenía su abuelo. Abrió el perfil que pertenecía a Cynthia Dante. “¡Lo tengo, finalmente!”, gritó de alegría después de hurgar en el perfil del usuario y ver fotos de ella con su abuela, Catherine Dante.

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Dylan le envió un mensaje a Cynthia y le contó sobre los buenos viejos tiempos de su abuelo y su abuela. “Sí, así es. Tu abuela Catherine y mi abuelo Alex eran vecinos y mejores amigos. Él todavía piensa mucho en ella... quiero decir, ¡MUCHO!”.

Cynthia estaba abrumada. Se asoció con Dylan para reunir a su abuela con su mejor amigo después de 48 años sin contacto y organizaron una sorpresa especial.

“¿A Italia? ¿Hablas en serio? ¿La encontraste?”, exclamó Alex en estado de shock cuando Dylan se ofreció a viajar con él a Padua, Italia. “No estoy seguro si es ella, abuelo. Pero estoy seguro de que no te arrepentirás”, dijo.

Alex estaba feliz al escuchar esto. En el fondo, esperaba y rezaba para volver a ver a su amor perdido hace mucho tiempo. Con el corazón lleno de esperanza, Dylan y él volaron a Italia al día siguiente.

En una agradable tarde de marzo, fueron a un hermoso café en Padua. El abuelo estaba perdido en sus pensamientos, recordando cómo a Catherine le encantaban la cocina y la arquitectura italiana.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Unsplash

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Mientras tanto, sentada en el café, Catherine tenía muchas preguntas para su nieta, Cynthia. “Cariño, ¿cuál es la necesidad de traerme aquí? Sabes que no me gusta salir seguido después de que el abuelo falleció”.

“¿Y por qué me pediste que usara este brazalete? No me gusta usarlo porque temo que se dañe... Es un recuerdo querido de alguien que conozco”.

“Confía en mí, abuelita. Nunca olvidarás este día y será muy especial”, dijo Cynthia sonriendo.

Momentos después, Dylan y el abuelo se sentaron en una mesa frente a la de Cynthia, de tal manera que el anciano pudiera ver a Catherine y que el brazalete llamara su atención.

“Ese brazalete... me parece familiar. No, no puede ser”, gritó Alex. Se acercó a la mujer en la mesa cercana y se echó a llorar después de ver su rostro.

“¡¿Cathy?!”, exclamó con alegría. “¡Oh, Dios mío! Esto tiene que ser un sueño... No me digas que estoy soñando... ¿Eres tú?”.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pixabay

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Catherine saltó de su asiento y gritó en estado de shock. Solo un hombre, su mejor amigo Alex, le decía Cathy. Ella se echó a llorar al reconocerlo.

“¡Alex! ¡Dios mío! Alex, ¿eres tú? ¡Dios mío, mírate! No puedo creer esto... ¿Qué está pasando?”. Los dos se abrazaron y lloraron de alegría, y Dylan vio a su abuelo muy feliz por primera vez en años.

“Entonces, ¿qué te parece mi sorpresa, abuela?”. Cynthia se rio. “Te dije que iba a ser especial”.

Los cuatro se rieron y pasaron mucho tiempo juntos. Era la primera vez en 12 años que Cynthia veía a su abuela reír a carcajadas. Tenía el corazón roto desde que su esposo había fallecido de un derrame cerebral hacía 12 años, y ver a su mejor amigo Alex le hizo feliz.

Los cuatro pasaron varios días recorriendo la ciudad y los ancianos comenzaron a planear un futuro juntos en Italia. Unos meses más tarde, celebraron en una boda tradicional en la iglesia.

Alex sintió que la felicidad volvía a su vida cuando deslizó el anillo de bodas en el dedo de su amada y la besó, mientras Catherine agradecía a la vida por esta segunda oportunidad de ser feliz.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Nunca pierdas la esperanza. En el ocaso de su vida, Alex oscilaba entre la tristeza por su viudez y el recuerdo de su primer amor. Con la ayuda de su nieto, encontró a esa mujer y ambos disfrutaron juntos de su vejez.
  • La vida es demasiado corta para no correr riesgos. A su edad, parecía una locura que Alex se fuera a otro continente en la búsqueda de su primer amor. Pero resultó el camino hacia su felicidad.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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