Mientras mamá está en coma, hijo regresa a su casa quemada para llevarse el regalo que le hizo para su cumpleaños - Historia del día

Un chico le pidió a su padre que lo llevara de regreso a su casa quemada para recuperar un regalo que había guardado para el cumpleaños de su madre. El obsequio resultó ser algo especial que motivaría a su mamá a recuperarse.

Carlos era un niño de 9 años que tuvo que soportar la noticia de un devastador incendio en su casa que dejó a su madre Ana en coma.

El niño estaba en la escuela y su padre estaba en el trabajo. Su madre estaba sola en casa cuando sucedió. Aunque ella no sufrió quemaduras importantes por el fuego, había inhalado demasiados gases tóxicos, y por eso quedó en ese estado.

Carlos estaba destrozado por haber perdido su casa en el incendio, pero lo que más le asustaba era perder a su madre.

“Quiero estar con mamá todo el tiempo, papá. ¡Necesito cuidarla y asegurarme de que se despierte!”, le dijo a su padre, Chris.

“Sé que quieres estar con mamá todo el tiempo, hijo, pero necesitas ir a la escuela”, respondió el hombre. “Haré que el autobús escolar te deje aquí después de la escuela todos los días para que puedas estar con ella, ¿de acuerdo? Estoy seguro de que puede sentir tu presencia”.

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Chris también estaba devastado por la pérdida de su hogar. Temía perder a su esposa y de alguna manera se culpaba a sí mismo por no haber estado ahí cuando ella más lo necesitaba.

A pesar de todos sus sentimientos, los escondía de Carlos porque tenía que ser fuerte para él. Sabía que, si su hijo lo veía asustado y frenético, él se sentiría de la misma manera.

“Pronto es el cumpleaños de tu mamá. ¿Por qué no le hacemos una tarjeta? Estoy seguro de que lo apreciará cuando se despierte”, sugirió el hombre, mirando a su hijo tomar la mano de su mamá.

Carlos asintió y de repente recordó el regalo que había guardado para su mamá. “¿Puedes llevarme de vuelta a nuestra vieja casa, papá? Había guardado un regalo para mamá. Me gustaría ver si todavía está allí”, dijo.

Chris podía sentir que se le rompía el corazón porque era poco probable que Carlos encontrara el regalo entre los escombros. A pesar de esto, obedeció y los dos visitaron su antigua casa antes de regresar al apartamento que estaban alquilando.

El niño no sabía por dónde empezar a buscar. Apenas había cosas reconocibles entre los escombros hasta que notó una pieza de la colorida lámpara de su dormitorio. Había guardado el regalo debajo de eso, así que comenzó a cavar entre los restos.

Después de un rato, Chris se sorprendió al ver a Carlos sosteniendo una pieza de metal en sus manos. “¡Lo encontré, papá!”, gritó.

El hombre se acercó a su hijo y se dio cuenta de que estaba sosteniendo un relicario. El niño se lo entregó. Cuando su papá lo abrió vio una foto intacta de Carlos y Ana, con la inscripción “Gracias por todo, mamá. ¡Te amo!”.

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Chris tuvo que hacer todo lo posible para no llorar. Pensó en su hermosa esposa, que ahora estaba luchando por sobrevivir en el hospital, y en cómo su vida solía ser tan maravillosa antes de que ocurriera el desafortunado incendio.

Mientras el hombre pensaba en muchas cosas, Carlos interrumpió sus pensamientos. “Compré esto con mi propia mesada, papá. Ahora está un poco negro debido al fuego, pero estoy seguro de que puedo limpiarlo”, dijo.

“Este es un hermoso regalo, hijo. Estoy seguro de que a tu mamá le encantará”, dijo Chris entre lágrimas.

Un par de días después, padre e hijo celebraron el cumpleaños de Ana en el hospital. Pusieron pancartas hechas a mano, pegaron dibujos y tarjetas en las paredes y agregaron un jarrón con flores frescas dentro de su habitación.

“¡Feliz cumpleaños, mamá!”, dijo Carlos. “Te extraño mucho”.

Con lágrimas en los ojos, el niño colocó suavemente el relicario alrededor del cuello de su madre. “Espero que te despiertes pronto para que puedas ver mi regalo”, susurró, presionando lentamente el relicario frío en el pecho de su mamá para que pudiera sentirlo.

Los días se convirtieron en semanas y, sin embargo, Ana aún no se había despertado. Carlos y Chris la visitaban todos los días y oraban juntos como familia para que ocurriera un milagro.

De repente, en un día cualquiera, los ojos de la mujer comenzaron a abrirse. Chris llamó rápidamente a los médicos y todos celebraron su regreso.

Después de un par de días más de observación, Ana volvió lentamente a la normalidad. Le tomó un tiempo mover los brazos nuevamente y, cuando lo hizo, tocó suavemente el relicario en su cuello.

“¿Sabes qué, hijo?”, empezó a decirle a Carlos. “Cuando estaba en coma, no sentía nada. Sin embargo, supe que tus brazos estaban alrededor de mi cuello en un punto. Presionaste mi pecho suavemente como si me estuvieras diciendo que despertara”.

Carlos abrazó a su madre con fuerza cuando dijo eso. Estaba muy contento de que ella finalmente estuviera bien y que ya no tuviera que temer vivir el resto de su vida sin ella.

“Siempre te sentiré, hijo”, le dijo mientras compartían el especial momento.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• El amor de una madre es infinito y no conoce límites. Mientras Ana estaba en coma, pudo sentir a su hijo cerca de ella sin comprender lo que sucedía a su alrededor. Sentir el toque de su pequeño la motivó a seguir recuperándose para volver a estar juntos.
• Hay esperanza, incluso en las situaciones más difíciles. Carlos y su familia pasaron por un momento muy difícil después de que Ana quedara en coma y perdiera su hogar. A pesar de esto, no perdieron la esperanza y continuaron orando para que las cosas mejoraran, y finalmente lo hicieron.

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