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Un niño | Foto: Shutterstock
Un niño | Foto: Shutterstock

Niño defiende a su abuela ante su exjefe tras verla en casa llorando - Historia del día

Georgimar Coronil
31 ago 2022
18:30

Pedro vio a su abuela llorando y descubrió que la habían despedido. Al día siguiente irrumpió en el despacho de su antiguo jefe y se enfrentó a él. Sin embargo, Pedro no consiguió nada en ese encuentro. Al menos, eso fue lo que pensó.

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"¡Abuela! ¿Por qué lloras?", exclamó Pedro al llegar a casa y ver a su abuela llorando sobre la mesa de la cocina. "¿Qué ha pasado?".

"¿Llorando? ¿Qué? Oh, no. Es alergia", dijo Susy, y empezó a limpiarse las mejillas. Pero Pedro sabía que ella estaba mintiendo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

El niño de diez años insistió en averiguar la verdad, y su abuela finalmente cedió. Le dijo que la habían despedido.

"Bueno, me dijeron que era hora de jubilarme... eso es como si me obligaran", expresó Susy.

"Está bien, abuela. Estarás bien", dijo Pedro, acariciando la espalda de su abuela.

"No, cariño. Necesito el dinero. Mi paga de jubilación no es suficiente y empezar en una nueva empresa a mi edad es imposible", explicó la anciana, apoyando la cabeza en el hombro de su nieto para consolarse.

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Tenía razón. Susy necesitaba su sueldo para criar a Pedro. Sus padres habían muerto hacía años; ella era la única familia que le quedaba. Pero tampoco quería contarle más de lo que necesitaba saber. Era un niño. No debería preocuparse por el dinero.

"Todo irá bien", aseguró Pedro, sin saber qué más decir. Pero una idea se formó en su cabeza, era una locura, pero iba a intentarlo.

***

"¡Quiero ver al señor Sifontes!" exigió Pedro en cuanto llegó al antiguo lugar de trabajo de su abuela. Insistió en ver a su antiguo jefe, al que había conocido una vez en una fiesta de la oficina con Susy.

"¿Quién eres tú? El señor Sifontes está ocupado con alguien en este momento. No va a reunirse con un chico desconocido", respondió su secretaria.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"¡Lo encontraré yo mismo!", exclamó y se apresuró a entrar en la empresa, para que la secretaria no pudiera detenerlo.

"¡Seguridad!", la oyó llamar.

Se precipitó por el espacio de la oficina, observando cómo los demás empleados salían de sus cubículos para ver de qué se trataba el alboroto, pero ninguno de ellos lo detuvo.

Finalmente, llegó al despacho privado del Sr. Sifontes y entró de golpe. Vio al hombre mayor que ya conocía y a otro sentado frente a él. Ambos se volvieron con miradas confusas, ya que había interrumpido claramente su conversación. Sus trajes caros y sus ojos intensos eran ligeramente intimidantes, pero Pedro perseveró.

"¡TIENE QUE VOLVER A CONTRATAR A MI ABUELA!", exigió Pedro.

"¿Qué? ¿Quién eres tú... espera, Pedro? Eres el nieto de Susy, ¿verdad?", dijo el hombre mayor, levantándose de la silla del escritorio.

"¡Sí! ¡Y ella necesita este trabajo! No sabe lo grandiosa que es mi abuela, ¡y sé que nunca encontrará una trabajadora como ella!", comenzó el muchacho, y las lágrimas cayeron de sus ojos. Continuó su discurso, negándose a que el jefe le interrumpiera, mientras explicaba lo estupenda que era su abuela y lo equivocado que estaba por despedirla.

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Antes de que pudiera terminar, la secretaria del Sr. Sifontes entró con un guardia de seguridad y empezaron a apartarlo. Pero el señor Sifontes tenía unas palabras para el niño.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"Chico, ya era hora de que se retirara. Es la realidad. Es la vida", dijo y volvió a sentarse.

Acompañaron a Pedro fuera del edificio, y él regresó a su casa todavía llorando. No había podido conseguir nada con aquella reunión, y se veía como un tonto delante de los hombres de aspecto importante. Aun así, tuvo que intentarlo y no se arrepintió.

Cuando Pedro llegó a casa, su abuela se acercó corriendo a la puerta. "¡Pedro! Me acaba de llamar el director general de otra empresa. ¡Tengo una entrevista mañana! ¿Puedes creerlo?", dijo. "Tenías razón, chico. Todo va a salir bien. ¡Seguro que voy a conseguir ese trabajo! Voy a trabajar muy duro para conseguirlo".

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"¿Qué? ¿Pero cómo? Creía que era difícil que te contrataran ahora", preguntó confundido.

"Sí, pero no sé qué ha pasado. Por lo visto, el director general tiene muchas ganas de conocerme", dijo Susy.

Al día siguiente, Susy fue a la entrevista con el gran jefe de otra empresa, que sabía que había hecho negocios con su antiguo empleador. Para su sorpresa, el Sr. Jiménez, le reveló por qué la había llamado.

"Estaba reunido con el Sr. Sifontes cuando su nieto entró corriendo y exigió que la volvieran a contratar".

"¿Qué?" preguntó Susy, con los ojos muy abiertos. Por supuesto, no tenía ni idea de lo que había pasado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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"Oh, ¿no lo sabía? Bueno, fue increíble", continuó el Sr. Jiménez y explicó con detalle todo el intercambio.

Después de esa reunión, el jefe decidió obtener la información de Susy de uno de los otros empleados y la llamó. "Creo que alguien que ha criado a un niño tan valiente tiene que formar parte de mi equipo, independientemente de su edad".

Susy sonrió, llorando ante esas palabras. "Gracias, señor Jiménez. No le defraudaré", prometió. Y cuando llegó a casa, llevó a Pedro a su restaurante favorito para darle las gracias y celebrarlo.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Es esencial apoyar a tu familia en todo lo que puedas: Pedro decidió luchar por su abuela, aunque fuera inútil. Al final, su valiente esfuerzo dio sus frutos.
  • La edad es solo un número: Mientras alguien siga teniendo la capacidad y la voluntad de trabajar, no debería ser obligado a "jubilarse" o ser despedido solo por su edad.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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