Adolescente enferma terminal baila por última vez con su madre en su baile de graduación

Cuando una joven tomó la difícil decisión de acabar con su sufrimiento, sabía que su mamá se lo tomaría muy mal. Pero antes de despedirse, madre e hija compartieron un momento especial que quedó grabado para siempre en sus mentes.

Jerika Bolen vivía con su madre, Jen Bolen, en Wisconsin, Estados Unidos. Su grupo favorito era "My Chemical Romance" y le gustaba seguir a los famosos de YouTube. Tenía el pelo morado, llevaba los labios pintados de verde y le gustaba ir al centro comercial. Su Facebook estaba lleno de memes y tutoriales de belleza.

Además de pasar tiempo con su madre, a Jerika le encantaba estar cerca de su novia. Según Jen, su hija siempre mostraba una sonrisa en público y en las fotografías, pero solo ella sabía lo que había detrás de esa sonrisa.

Un Diagnóstico Doloroso

A los ocho meses de edad, Jerika fue diagnosticada de Atrofia Muscular Espinal tipo 2, una enfermedad incurable por la que utilizaba una silla de ruedas. Su cerebro funcionaba con normalidad, pero los movimientos cotidianos, como respirar o tragar, le producían un dolor insoportable.

Podía hablar pero nunca había caminado y solo tenía movimiento en la cabeza y las manos. Cuando Jerika cumplió ocho años, su dolor se hizo sumamente insoportable. A pesar de las numerosas operaciones para facilitar el control muscular y el movimiento, su dolor era de 7 u 8 en una escala de 10 la mayoría de los días.

Hubo momentos en los que el dolor llegó a ser de 9 o 10. Jen contó que su hija siguió sometiéndose a diferentes procedimientos, pero ninguno de ellos alivió su sufrimiento. Cuando Jerika tenía cinco años, Jen empezó a estudiar enfermería por motivos económicos y para cuidar mejor a su pequeña.

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Decisión Desgarradora

Durante mucho tiempo, Jerika dijo que se mantuvo fuerte y siguió luchando por sus seres queridos, especialmente por su madre. Pero a lo largo de los años, su dolor no hizo más que empeorar, y después de numerosas operaciones, la chica decidió que ya había soportado bastante.

En junio de 2016, la entonces joven de 14 años compartió la noticia con su madre con la ayuda de su consejero. Tras escuchar que su pequeña quería dejar de tener soporte vital, el mundo de Jen se puso patas arriba. Aun así, le dijo a su hija:

"Jerika, te quiero tanto que no voy a hacerte sufrir más de lo que puedas soportar. Si realmente es tan duro, no voy a hacer que te quedes aquí solo por mí".

Adolescente Valiente

La familia y los amigos de Jen y Jerika la vieron luchar con valentía. Su abuela, Sue Bolen, expresó: "Es una niña muy altruista y es más dura que nadie que haya conocido".

Aunque Jen apoyaba la decisión de su hija adolescente, se sentía profundamente triste y destrozada. La residente de Wisconsin recordó que su hija nunca dudó en su decisión de abandonar el tratamiento y que después se sintió mucho más segura de sí misma.

El Último Baile

Con el tiempo, Jerika pasó a un centro de cuidados paliativos y su dolor se hizo más difícil de controlar. Como la mayoría de los jóvenes de su edad, siempre había anhelado asistir al baile de graduación del instituto. No se imaginaba que su sueño se haría realidad de la forma más extraordinaria.

Para cumplir el sueño de su pequeña, Jen creó una recaudación de fondos en GoFundMe y planeó el baile de Jerika, titulado "El último baile de J". El 22 de julio de 2016, Jerika se sintió como una reina del baile en la vida real con su precioso vestido esmeralda y su tiara, rodeada de familiares y amigos en el salón de baile Grand Meridian de Appleton, Wisconsin.

Su YouTuber favorito, Richie Giese, también hizo una aparición especial. Madre e hija compartieron un emotivo último baile para hacer de la noche algo memorable. "He podido bailar. Pude conocer a mi ídolo", expresó Jerika.

La Dura Despedida

Cuando la historia de la noche de graduación de Jerika se hizo viral, cosechó el amor y el aprecio de la gente de todo el mundo. Pero poco después del baile, Jen se dio cuenta de que el alma se le iba a caer encima.

"Ahora que el baile de graduación ha terminado, sé que el tiempo se acerca. Es la única manera de poder seguir adelante con mi vida, sabiendo que la dejo salir de este sufrimiento", contó.

Después de recibir la visita de sus abuelos, de ver fuegos artificiales y películas, y de disfrutar de fiestas de pijamas y de una inolvidable noche de graduación con su madre, Jerika murió en paz en el Sharon S. Richardson Community Hospice de Sheboygan Falls en septiembre de 2016.

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Un Mensaje Sincero

Antes de irse, la adolescente dejó muestras de amor para su familia y amigos, incluyendo osos de peluche con notas conmovedoras. El destinado a su madre decía:

"Hola, mamá, te quiero. Te echo de menos, pero ya no me duele nada y ahora hago volteretas... ¡y más vale que corras!".

Bailando En El Cielo

Tres semanas después de la muerte de su hija, Jen reveló que había tenido un hermoso sueño en el que Jerika estaba en una silla de ruedas y ella la seguía. Después de un tiempo, dijo que su niña se levantaba, daba unos pasos y empezaba a dar vueltas con una cara sonriente.

Cuando Jen se despertó, dijo que se sentía satisfecha de saber que su niña estaba bien y libre de todo dolor y sufrimiento.

Nuestro corazón está con Jen y toda su familia, y estamos seguros de que la joven Jerika está bailando y sonriendo a su madre y a todos nosotros desde el cielo.

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En México el Sistema Nacional de Apoyo, Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono ofrece atención a través del 0155 5259-8121. En Estados Unidos, puede llamar a la Red Nacional de Prevención del Suicidio al 1-888-628-9454. En España, llame al Teléfono contra el Suicidio a través del 911 385 385. Otras líneas internacionales de ayuda al suicida pueden encontrarse en befrienders.org.