Niño de 2 años gravemente enfermo acompaña a su mamá al altar días antes de morir en sus brazos

Después de que los médicos dijeron que al pequeño le quedaban pocas semanas de vida y no podían hacer nada para salvarlo, asistió como padrino a la boda de su madre.

Lo peor que cualquier padre puede experimentar es enterrar a su hijo. A menudo, las personas se sienten impotentes cuando los médicos se dan por vencidos con sus pequeños que padecen una afección potencialmente mortal.

En ese momento, los padres solo tienen la opción de llenar de alegría los últimos días de su hijo. Después de enterarse del deterioro de la salud de su pequeño, los padres de esta historia se sintieron destrozados.

No querían que su hijo se fuera tan pronto, pero no podían hacer nada más que hacer que sus últimos días fueran agradables. Adelantaron su boda un año para que él pudiera asistir.

Una Familia Feliz

Después de que Christine Swidorsky y Sean Stevenson comenzaron a salir, decidieron formar una familia. La mujer ya tenía una hija, Isabella Johns. La pareja tuvo otra hija llamada, Savannah, en Pittsburgh, Pensilvania.

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El 22 de octubre de 2010, Christin y Sean dieron la bienvenida al mundo a su hermoso bebé, Logan Stevenson.

Los padres estaban muy encantados de tener otro miembro en su familia y no veían la hora de celebrar sus logros a medida que crecía.

Sin embargo, la pareja descubrió algo impactante sobre el pequeño Logan. Poco después de su primer cumpleaños, la madre y el padre se enteraron de que su hijo tenía una condición rara que en muchos casos resultaba en cáncer.

El Diagnóstico Aterrador

Después de enterarse de la condición de Logan, sus padres no se dieron por vencidos. Hicieron todo lo posible para que su pequeño se curara.

Eso provocó que fuera sometido a múltiples procedimientos médicos. El 26 de julio de 2013, el médico de Logan dijo que su condición había empeorado y que le quedaban algunas semanas de vida.

El mundo de la pareja se derrumbó tras escuchar las palabras del galeno. No estaban preparados para perder a su pequeño de 2 años. Era algo que nunca habían imaginado que sucedería. Sin embargo, no permitieron que su dolor los consumiera.

Sus Últimos Días

Christine y Sean habían planeado casarse en julio de 2014, pero después de escuchar que Logan tenía un tiempo limitado, decidieron adelantarlo. Querían llenar de alegría los últimos días de Logan, y permitirle asistir a su boda parecía el plan perfecto.

“Queremos que Logan esté en nuestras fotos familiares y que vea a su madre y a su padre casarse”, dijo la madre en aquel entonces.

Con la ayuda de sus amigos y familiares, la pareja rápidamente organizó una ceremonia de boda íntima en su patio trasero. Algunas personas contribuyeron con comida, mientras que otras ayudaron con la instalación.

Una Boda Para Recordar

El 3 de agosto de 2013, Christine caminó hacia el altar con Logan vestido como el padrino. Llevaba un lindo traje a rayas con una camisa naranja, mientras que sus hermanas estaban vestidas de damas de honor.

Los invitados se emocionaron al ver al niño disfrutar de sus últimos días. Vestida de novia, Christine quería disfrutar de su gran día, pero solo podía pensar en su hijo moribundo.

Bailó por última vez con él, haciendo todo lo posible por no llorar. En ese momento, ella hubiera hecho cualquier cosa para recuperar la salud de su hijo.

Ella dijo: “Será lo más difícil que jamás haré: enterrar a mi hijo. Sabes que viene y no puedes hacer nada al respecto”.

Su Último Aliento

Dos días después de que los padres del pequeño se casaran, Logan falleció. Respiró por última vez el 5 de agosto de 2013, en los brazos de su madre. Su partida dejó un vacío en su vida que nadie más podía llenar. “Él está con los ángeles y no sufre más”, agregó Christine.

Debbie Stevenson, la abuela de Logan, dijo que los padres del niño quedaron devastados cuando falleció. Simplemente, lo abrazaron y lloraron después de que tomó su último aliento. No fue fácil para ellos despedirse de su pequeño.

El Recordatorio Anual

“Es algo muy duro pasar por esto. Te deja un gran hueco en el corazón perder un hijo”, confesó Kellie Yong, tía de Logan. Ella dijo que las oraciones de la gente mantuvieron a la familia en pie, pues lidiar con la pérdida insoportable era difícil.

Incluso nueve años después de la muerte prematura de Logan, su madre no ha podido olvidar el dolor. Todos los años, teme el comienzo de agosto porque le recuerda el momento en que los médicos le dijeron que a su hijo no le quedaba mucho tiempo de vida.

Ella afirmó que la boda más hermosa que había presenciado había sido la suya debido a la presencia de su pequeño. Recuerda vívidamente a su niño vestido como el padrino, acompañándola hacia el altar, y se sentía agradecida por haber disfrutado esos momentos con él.

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A pesar de todo, se sentía en paz sabiendo que su madre, la difunta abuela materna del pequeño, lo estaba “cuidando bien” en el cielo. Christine Swidorsky confesó que la vida era dura, pero también dijo que Logan le daba la fuerza para enfrentar cada obstáculo.