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Pequeña cuna de madera | Foto: Shutterstock
Pequeña cuna de madera | Foto: Shutterstock

Mamá primeriza gasta sus ahorros en una cuna usada: halla en ella un fajo de billetes y un sobre con una dirección - Historia del día

Mayra Pérez
06 oct 2022
19:30

Después de comprar una cuna vieja en la tienda de segunda mano, Sharon descubrió un sobre, y la dirección del remitente estaba cerca de su casa. Pero al abrirlo, vio un gran fajo de billetes que podría cambiar su vida. De repente, hacer lo correcto no era tan simple.

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“¿Estás seguro de que esto va a funcionar?”, le preguntó su padre después de ayudarla a llevar la cuna que acababa de comprar en la tienda de segunda mano.

Sharon vivía en un antiguo edificio de apartamentos sin ascensor, por lo que subir la cuna varios pisos era demasiado para ella, especialmente con un bebé de dos semanas en brazos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

“Sí, papá. Estará bien. Es resistente y puedo pintarla para que se vea nueva, tan pronto como reciba mi próximo cheque de pago”, le aseguró y le agradeció por todo.

“Deberías considerar mudarte con nosotros, querida. No tendrías que pagar tanto alquiler”, dijo su padre de nuevo. Lo había estado sugiriendo desde que Sharon les había contado de su embarazo.

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Toda la familia era de escasos recursos y ella vivía de su sueldo como camarera. Podrían juntar sus recursos y estar un poco más cómodos si vivieran juntos, pero ella sentía que necesitaba demostrar que podía hacerlo sola.

Sharon negó con la cabeza “No puedo, papá. Tomé esta decisión cuando quedé embarazada. Necesito hacerlo por mi cuenta... Pero me reservo el derecho de aceptar esa oferta a futuro”.

Su padre sonrió, la besó en la mejilla y luego se fue.

Su bebé solía dormir en la cama con ella. Las cunas eran tan caras en estos días, casi como una cama nueva. Sin embargo, había encontrado una antigua en una tienda de segunda mano y la pudo comprar con sus últimos dólares.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Claro que funcionará”, se dijo a sí misma y comenzó a limpiarla. La cuna venía con su pequeño colchón, y ella planeaba limpiarlo y desinfectarlo, antes de acostar allí a su niño.

Lo levantó, lo palmeó y estornudó por el polvo. Lo puso a un lado, y pudo distinguir algo sobre la cuna. Había un sobre allí. Lo tomó y para su sorpresa, era muy pesado. Se dio cuenta de que estaba dirigido a una mujer que vivía en otro estado, pero el remitente estaba cerca de su casa.

Decidió revisar el contenido y sus ojos se abrieron como platos al ver el fajo de billetes que había dentro. Era suficiente para cambiar la vida de alguien. No podía creer que lo hubieran dejado olvidado en la cuna.

“¡Oh, Dios mío!”, susurró, mirando a su bebé que dormía. Esa cantidad era suficiente para iniciar un fondo universitario para su hijo o tal vez incluso invertir en construir el negocio de sus sueños: una peluquería y un spa.

¿Pero se lo iba a quedar? ¿Podría ella realmente hacer algo así? Sharon dio la vuelta al sobre y volvió a mirar la dirección del remitente. El vecindario no era de personas adineradas, así que esa cantidad seguramente significaba mucho para quienquiera que lo enviara.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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También podría significar mucho para ella, pensó Sharon, y muy bien podría quedárselo. Pero estaba mal, y ella creía que el karma tenía una forma de castigar a los malhechores. Así que acostó a su bebé en su cochecito y caminó hacia la dirección.

“¿Sí?”, preguntó una mujer encantadora que abrió la puerta. Parecía despeinada y cansada, y Sharon vio a varios niños corriendo al fondo. Otros adultos también estaban en la casa y parecía que ella estaba interrumpiendo una reunión familiar.

“Lamento molestarlos, pero encontré esto”, dijo Sharon y sacó el sobre de su bolso. La mujer se quedó boquiabierta.

“¡Oh, Dios mío! ¡Nuestras oraciones fueron respondidas! ¡Marlon! ¡Janice! ¡Vengan acá!”, gritó, mientras abrazaba a Sharon con fuerza.

“¡Niña, eres un ángel! ¡No puedo creer esto!”, dijo la mujer. “¡Soy Susana, y no te imaginas lo que significa este sobre para nosotros!”.

“Claro que lo imagino. Es mucho dinero”, respondió Sharon, encogiéndose de hombros y sonriendo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Janice y Marlon se unieron a Susana y todos brincaron de emoción al ver el sobre.

“Adelante, niña. Estábamos cenando y discutiendo qué hacer después de haber perdido este sobre. Pero nos has salvado. Puedes probar mis costillas como agradecimiento”, insistió Susana, y Sharon entró con su hijo.

Otras personas estaban allí, y fue increíble ver a esta gran familia interactuando entre sí. Sharon tenía a sus padres, pero su casa nunca fue tan ruidosa y animada.

Susana le contó que toda la familia había estado vendiendo cosas para recaudar dinero para su abuela enferma que vivía en otro estado. “Pero ella no sabe cómo manejar el banco, así que le íbamos a enviar el efectivo”, explicó.

Aparentemente, Marlon había perdido el sobre y no recordaba dónde lo había dejado hasta que Sharon reveló dónde lo había encontrado.

“¡Dios mío, soy un idiota! ¡Por supuesto!”, dijo Marlon, dándose un golpe en la cabeza.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Sharon se sentó y se unió a ellos para cenar, escuchando sus divertidas historias. Sorprendentemente, descubrió que la mayoría vivía en esa casa, por lo que no se trataba de una reunión familiar. Era su vida diaria.

Después, ella les contó que era madre soltera, y de inmediato se ofrecieron a ayudarla. Susana fue a la habitación de sus hijos, reunió un montón de ropa de bebé y se la dio para su niño.

Además, se puso a la orden para cuidar al bebé cuando lo necesitara. La familia también le dio algunos paquetes con comida casera, que Sharon estaba segura de que la disfrutaría mucho. Se despidió y le dieron las gracias una vez más desde la puerta de su casa,

Una idea se fue formando en su cabeza mientras se alejaba. Quería la independencia, pero ver a esta gran familia mientras se reían, se preocupaban y se cuidaban mutuamente le dio una nueva perspectiva de lo que realmente deberían ser las familias.

Empujó su cochecito de vuelta a su apartamento, y sacó su teléfono en el camino. “Papá, sobre lo que dijiste antes... ¿Puedo mudarme con ustedes?”, preguntó Sharon.

Su padre se rio. “Este siempre será tu hogar. Somos familia”, dijo, y los ojos de ella se humedecieron al pensar en criar a su bebé rodeado de amor.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Hacer lo correcto puede ser la decisión más difícil: Sharon podría haber usado ese dinero para mejorar el futuro de su hijo o montar un negocio, pero tomó la decisión correcta al devolverlo.
  • No siempre tienes que estar solo contra el mundo: Algunas personas piensan que necesitan vivir de forma independiente y hacer todo solos, pero estar cerca de la familia puede ser mucho mejor.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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