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Hombre frente a su computadora portátil | Foto: Getty Images
Hombre frente a su computadora portátil | Foto: Getty Images

Hombre llora al enterarse de que su bebé falleció en el alumbramiento: años más tarde se entera de que le mintieron - Historia del día

Mayra Pérez
19 oct 2022
17:20

Cuando un padre primerizo se entera de que su bebé murió al nacer, su dolor no tiene límites. Durante mucho tiempo vive con el vacío y la nostalgia por su hija, a quien nunca pudo ver. 14 años después, descubre que ha sido víctima de un cruel engaño.

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David estaba absurdamente feliz. No veía la hora de que el avión aterrizara para ver por primera vez el hermoso rostro de su bebé recién nacida. El parto de Andrea, su gran amor, se había adelantado y no había podido estar presente.

Con grandes expectativas, David salió rápidamente del aeropuerto. Estaba muy emocionado; iba a casa cargado con juguetes y un corazón lleno de alegría, y nada lo habría preparado para la peor noticia.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Con lágrimas en los ojos, Andrea le contó que su bebé había muerto durante el parto y que ya había sido enterrada. David se derrumbó.

Todas sus ilusiones y los planes que tenía se esfumaron en segundos. Jamás sostendría a su hija en sus brazos, nunca la escucharía decirle papá, jamás sentiría su dulce olor mientras le leía un cuento antes de dormir. Su tristeza no tenía límites.

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“Era una bebita preciosa, cariño. Tenía tus ojos y tu nariz”, dijo Andrea entre sollozos.

David estaba devastado, y por alguna razón, no toleraba ver su propio reflejo en el espejo. El dolor y la ira lo perseguían mientras maldecía al destino por haberle hecho esto.

“Mi bebé... ¿Por qué no esperaste a que llegara?”, lloró junto a una pequeña tumba que Andrea le mostró aquella tarde en el cementerio.

Dos años más tarde, David lentamente comenzó a superar su pérdida. Comenzó a ilusionarse de nuevo con la idea de ser padre y le propuso a su esposa que intentaran tener otro bebé.

Pero Andrea rechazó su idea. Le dijo que debían seguir tomando precauciones y no debía quedar embarazada nuevamente.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pixabay

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“Cariño, los médicos me aconsejaron evitar otro embarazo. Dijeron que estoy demasiado débil para tener otro hijo y que el parto podría ser complicado”.

Las ilusiones de convertirse en padre en el futuro se rompieron ese día. Amaba a los niños y le dolía profundamente pensar que no podría tener ninguno. Pasaron doce años desde entonces, pero el sentimiento de vacío y dolor en el corazón de David no sanaba.

Fue ascendido dos veces, comenzó su propio negocio familiar y su riqueza se multiplicó durante ese tiempo. Pero nada llenaba el vacío que había dejado su bebé muerta.

Un día, David leyó sobre las pruebas de ADN. Tenía curiosidad por saber más sobre su árbol genealógico y otros datos sobre su estructura genética y decidió hacerse una.

Pidió un kit de prueba de ADN para el hogar y envió sus muestras para que las analizaran, sin imaginar que revelaría una verdad oculta durante mucho tiempo sobre la bebé que pensó que había fallecido.

Para su sorpresa, descubrió que había coincidido con una chica anónima en un 99 por ciento: “¿Quién es esta chica y por qué mi ADN coincide con el de ella?”, se preguntó. Buscó más detalles sobre la niña, pero no pudo encontrar nada más.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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“Eso es extraño. ¿Cuál es su nombre y quién es ella? ¿Por qué estos detalles no se mencionan aquí?”.

David estuvo reflexionando y de repente recordó la vida de fiestas y encuentros anónimos que había disfrutado durante sus días de universidad. Le confesó sus sospechas a Andrea.

“Me hice una prueba de ADN, y extrañamente coincido con una chica anónima... Pero no sé quién puede ser ella. Sabes cómo fue mi vida durante la universidad y he estado pensando si pude haber tenido una hija sin saberlo”, reveló.

Andrea palideció de repente, y comenzó a llorar en forma descontrolada. David no lograba entender qué había dicho para provocar esa explosión.

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“Cariño, por favor, perdóname por ocultar la verdad”, dijo Andrea, casi en un susurro.

“¿Cuál verdad?”, preguntó él.

“Lo siento. Esa chica es nuestra hija. La di en adopción tan pronto como nació porque no quería tener hijos. Nunca quise; ese embarazo fue accidental. Quería vivir una vida de fiestas y vacaciones y sentí que tener hijos arruinaría mis planes”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

“¡¿Estás hablando de nuestra hijita?!”. David sentía que una mano grande oprimía su corazón.

Estaba furioso. Fue al hospital donde Andrea había dado a luz al bebé y presionó a la enfermera que atendió su parto para obtener más detalles. Resultó que la niña había nacido sana y saludable.

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David irrumpió en su casa y exigió a Andrea toda la información sobre su hija. Ella reveló la dirección de la casa de acogida donde había dejado a la bebé 14 años atrás.

Días después, David arrojó los papeles del divorcio a la cara de Andrea. Después de una larga disputa legal, se separaron. Luego, él se embarcó en una misión para conocer a su hija.

Sabía que no sería nada fácil. Al final de cuentas, era una adolescente que posiblemente había pasado su vida pensando que la habían abandonado. Se puso en contacto con los padres de acogida de Lisa, y les pidió que le permitieran conocerla.

“¿Por qué has venido? Nos dijeron que no querías a tu hija. La acogimos y la hemos criado durante 14 años. No creo que ella te quiera conocer”, le explicaron. Pero David insistió.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Quiero ver a mi hija solo una vez. Por favor, solo una vez”, lloró. “Mi exesposa nos engañó a todos. Yo siempre amé a mi hija”.

Después de escucharlo, la familia sintió que era sincero y aceptó que visitara a Lisa al día siguiente. El encuentro fue muy doloroso para David, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

Si bien estaba feliz de ver a su hija que nunca supo que existía, estaba desconsolado al pensar en todas las cosas que ambos se habían perdido durante tantos años.

Frente a él tenía a una adolescente con expresión huraña en el rostro. David dio pasos lentos y tambaleantes hacia ella. Estaba nervioso por cómo reaccionaría.

“Querida Lisa, soy tu padre”, dijo, llorando. “He venido a conocerte”.

“¿Mi padre? ¿Por qué has venido ahora? No quiero verte. Mis padres me dijeron que quieres conocerme, pero tú nunca me quisiste”, dijo furiosa. “¿Por qué me necesitas ahora? No quiero saber de ti”.

El corazón de David casi dio un vuelco. Con mucha paciencia, él comenzó a explicarle todo lo ocurrido y cómo había sido engañado por años. Le mostró fotos de la habitación que le había preparado para recibirla al nacer, de los juguetes y todo lo que aún guardaba.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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“Siempre te quise, pero tu mamá me engañó. He pasado 14 años llorándote. Pensé que estabas muerto y nunca dudé de su palabra”, sollozó.

En este punto, Lisa se dio cuenta de que David estaba siendo muy sincero. Estaba realmente roto de dolor y había venido a conocerla y reconectarse con ella.

“¿Todavía me amas? Han pasado 14 años, pero ¿sigues teniendo la misma ilusión que tenías cuando corriste a casa para abrazarme cuando nací?”, le preguntó.

“Sí, cariño. Has crecido, pero sigues siendo esa bebé que quería ver y abrazar”, respondió David, con lágrimas en los ojos.

Conmovida por el amor de su padre por ella, Lisa accedió a permitirle entrar en su vida, siempre que él respetara su necesidad de seguir viviendo con quienes la habían criado con amor.

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Dos días después, David la invitó a su hogar, para que conociera la habitación que él le había preparado con tanto amor desde antes de su nacimiento. Fue un día muy feliz, y Lisa se echó a llorar al verla.

“Te amo, papi”, lloró, abrazando a su padre, quien ese día solo derramó lágrimas de alegría.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Los niños merecen crecer en un ambiente de amor y cuidados. Andrea dio a su bebé recién nacido en adopción y engañó a su esposo David durante 14 años. Por suerte, Lisa encontró una amorosa familia de acogida.
  • Los secretos destruyen relaciones. Cuando David descubrió que su esposa había mentido sobre la muerte de su bebé, solicitó el divorcio. Su matrimonio terminó, pero pudo conocer a su hija que siempre creyó muerta.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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