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Autobús con las luces encendidas. | Foto: Flickr/MTAPhotos (CC BY 2.0)
Autobús con las luces encendidas. | Foto: Flickr/MTAPhotos (CC BY 2.0)

Chofer de bus lleva a una mujer en trabajo de parto al hospital y adopta a su hijo huérfano 2 años después - Historia del día

Vanessa Guzmán
10 nov 2022
06:20

Un conductor de autobús sin hijos ayudó a una mujer embarazada que entró en labor de parto dentro de su unidad de transporte. El chofer cambió la ruta para llevarla al hospital, sin imaginar cómo transformaría su vida dos años después.

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Bruno amaba a los niños y siempre llevaba una pequeña caja de dulces durante su turno todos los días. Era conductor de autobús y le encantaba regalarles golosinas a los chiquillos que viajaban en su ruta.

Estar rodeado de niños traviesos y alegres lo consolaba. Aliviaba su pena y lo ayudaba a olvidar que no tenía hijos. Su esposa, Julia, no pudo concebir debido a algunos problemas de salud.

La familia de Bruno era muy pequeña. Solo eran él, su esposa y su perro, Coco. Se convirtió en el apoyo sólido que Julia necesitaba para superar su dolor. "Dios nos está cuidando, y seguramente algún día responderá a nuestras oraciones", le decía a menudo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Un día, Bruno estaba ocupado conduciendo cuando escuchó un caos en el autobús. De repente, un hombre vino corriendo hacia él y le dijo: "Conductor, hay una mujer embarazada en el autobús. Creo que está a punto de parir... ¡Por favor, haga algo!".

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Bruno se alarmó y se dio cuenta de que no tenía tiempo que perder. Se dio la vuelta y vio solo cinco o seis pasajeros a bordo. Pisó el acelerador y condujo lo más rápido que pudo.

Dios vela por todos nosotros y contesta nuestras oraciones de formas inesperadas.

El hospital más cercano estaba a cinco paradas y el tiempo se acababa. Bruno había trabajado anteriormente como taxista, por lo que conocía la mayoría de los atajos. Además, llegar al hospital tomaría media hora en una ruta directa, y la mujer tenía un dolor terrible.

"¡Espere, señorita! ¡Llegaremos a tiempo! ¡Por favor, espere!", gritó desde el frente.

Bruno pensó que sus pasajeros entenderían que era una emergencia, así que cambió de ruta y aceleró, llegando al hospital en diez minutos.

"¡Dios mío! ¡Muchas gracias!", expresó la dama cuando fue llevada adentro. Resoplaba de dolor mientras yacía en la camilla.

Bruno estaba a punto de subirse al autobús y marcharse cuando una enfermera le gritó: "¡Disculpe, señor! ¡Dijo que dejó su bolso en el autobús!".

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Bruno buscó rápidamente el bolso de la dama y se lo dio a la enfermera antes de irse con los demás pasajeros.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Todo ese día, Bruno estuvo preocupado por la mujer. Se alegró de haberla ayudado a llegar al hospital a tiempo, pero quería asegurarse de que ella y su bebé estuvieran bien. Decidió visitarla una semana después.

"¿Vas a visitar a esa mujer hoy?", Julia le preguntó a Bruno cuando salía de casa para ir a trabajar. Él le había contado todo sobre el encuentro que ocurrió hace una semana. "Por favor, no vayas con las manos vacías. ¡Compra algo bonito para el recién nacido!".

Bruno besó a su esposa y se fue. Al final de su turno, fue al hospital a visitar a la mujer. Supo que su nombre era Sofía, pero ya no estaba en el hospital.

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"Se fue ayer con su bebé", informó la enfermera. Bruno estaba bastante decepcionado. Había comprado un mameluco y una manta para el bebito.

"¿Tienes su dirección?", preguntó.

"Sí, un minuto...".

Bruno anotó la dirección de Sofía y fue a su encuentro. Mientras se acercaba, descubrió que la dirección era de un refugio para personas sin hogar. "¿Ella vive aquí?", se preguntó.

Se apresuró a entrar para encontrarse con Sofía y su bebé, pero salió desanimado. Resultó que se había mudado esa mañana y nadie sabía adónde había ido.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Bruno volvió a casa desilusionado. "Debería haberla visitado antes. Es mi error", se quejó.

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"Cariño, está bien. Tal vez alguien vino por ella. Esperemos que ella y su bebé estén bien", Julia consoló a Bruno.

Eventualmente, la pareja se olvidó de Sofía y su bebé. Todo volvió a la normalidad hasta que un día, dos años después, Bruno notó algo inusual mientras subía al autobús. Vio a una mujer jugueteando con un relicario en forma de corazón y se sintió atraído por la imagen de Sofía en él.

"¿Conoces a esta chica? ¿Se llama Sofía?", le preguntó a la dama.

"Sí. Pero, ¿cómo conoces a Sofía?", preguntó la mujer mientras Bruno agarraba el relicario y miraba fijamente la foto.

"Nunca podré olvidar esa cara... Todavía recuerdo cómo gritaba de dolor ese día... ¿Cómo está? Espero que ella y su bebé estén bien".

Bruno vio a la mujer palidecer mientras las lágrimas brotaban lentamente de sus ojos. No estaba preparado para la desgarradora revelación sobre Sofía y su bebé.

"Soy Katy. Trabajo en un refugio para niños huérfanos", dijo la mujer. "Este relicario pertenece a la hija de Sofía, Cristina. Mañana es su cumpleaños. Este es el único recuerdo que tiene de su difunta madre".

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"¿Difunta madre?". Bruno se alarmó.

"Sí, Sofía murió el año pasado de una enfermedad terminal. Había perdido a su esposo y su pequeña casa en una inundación. Estaba embarazada y vivió en el refugio para personas sin hogar durante unos meses después de eso. Antes de morir, entregó a su bebé en adopción”.

“Cristina ha estado en el refugio desde entonces, y aún no hemos encontrado una buena familia para ella".

Bruno no podía creer lo que escuchaba. Más tarde, esa noche, él y Julia visitaron el refugio y encontraron a la pequeña Cristina con su cuidadora.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

"¡Ella es adorable!", exclamó Julia, con lágrimas de alegría brillando en sus ojos. Era como si la oscuridad en sus vidas finalmente se iluminara con felicidad. Le trajeron a Cristina algunos juguetes y ropa nueva. Estos eran los primeros regalos de cumpleaños que había recibido desde su nacimiento.

Seis meses después, Bruno y Julia adoptaron a Cristina y, desde entonces, la pareja siempre tuvo razones para reír y sentirse bendecida. Ya no se arrepintieron de no tener hijos y comenzaron a celebrar sus vidas con su hija adoptiva.

"Te lo dije... ¡Dios cuida a sus hijos y siempre responde nuestras oraciones de forma inesperada!", dijo Bruno mientras acunaba a su motivo de alegría en sus brazos.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Ten fe y pídele a Dios. Él vela por todos nosotros y algún día contestará nuestras oraciones: Bruno y Julia no tuvieron hijos durante diez años. A pesar de la agonía, Bruno siempre creyó que Dios lo bendeciría con un hijo algún día. Eventualmente, adoptó a la pequeña Cristina.
  • Cuando sepas que alguien está en problemas, dale una mano: Bruno ayudó a la mujer que entró en labor de parto dentro de su autobús. Tomó un atajo al hospital más cercano. Él no rehuyó correr a su rescate.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son solo para fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si desea compartir su historia, envíela a info@amomama.com.

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