logo
Indigente ve a través de una vidriera | Foto: Getty Images
Indigente ve a través de una vidriera | Foto: Getty Images

Dueño de un café echa a indigente que luchaba por comprar un pastel de cumpleaños: le renta una casa al día siguiente - Historia del día

Mayra Pérez
28 nov 2022
22:20

Cuando un hombre sin hogar intenta comprar un pastel de cumpleaños con poco dinero, el dueño del café lo echa. Minutos después sale tras él, y hace algo que provoca lágrimas en el vagabundo.

Publicidad

Miguel se sentó en la acera, demasiado cansado para caminar más. Como un hombre sin hogar, la vida era una dificultad tras otra, pero ese día había sido excesivamente agotador.

Había estado durmiendo en un callejón hasta que los policías que patrullaban el vecindario lo echaron esa mañana, así que necesitaba encontrar dónde pasar la noche.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Se preguntaba qué otros problemas le esperaban ese día, cuando escuchó el débil sonido de alguien sollozando. Se volvió y vio a una niña pequeña con coletas llorando no muy lejos de él.

“Parece que no soy el único que tiene un mal día”, se dijo Miguel, mientras miraba a la chica.

Publicidad

“¡Hola, pequeña!”, dijo desde la distancia. “¿También estás teniendo un mal día? ¿Por qué lloras?”.

La niña lo miró por un momento y luego se dio la vuelta. Parecía estar muy asustada.

“Me llamo Miguel”, dijo el hombre con voz dulce. “¿Y tú cómo te llamas?”.

“Milly”, respondió la chica, casi en un susurro.

“Dime, ¿Por qué estás llorando?”.

“Es que me perdí”, dijo Milly con tristeza. “Estaba jugando con mis amigos y todos corrieron detrás de un cachorro. Yo intenté alcanzarlos, pero no fui tan rápida. Ahora no sé cómo llegar a casa. Nos acabamos de mudar aquí hace dos semanas”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

“Mi mami se va a preocupar mucho si no llego a casa pronto. Hoy es mi cumpleaños y ella me está haciendo un pastel”. Las lágrimas volvieron a inundar sus ojos.

“No te preocupes. Te ayudaré a llegar a casa. ¿Recuerdas algún punto de referencia cerca de tu casa? Conozco todo por aquí”.

Milly negó con la cabeza. “Mi casa tiene un hermoso jardín y nuestros vecinos son muy amables. ¡Y hay un gran árbol en el patio!”.

Miguel suspiró, sabiendo que esa información no lo ayudaría a encontrar la casa de Milly. Sin embargo, podía pedir ayuda a la policía, por lo que decidió llevar a la niña a la comisaría.

“Tengo una idea. Iremos a la policía, y ellos te ayudarán. No estés triste”.

Mili asintió. “Gracias, Miguel”.

“¿Vamos?”, preguntó, y la niña se secó las lágrimas rápidamente y lo acompañó.

En el camino, le dijo a Miguel lo emocionada que estaba por su cumpleaños. Habría una fiesta esa tarde y su mamá le había prometido hornear su pastel favorito.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Su padre le había dicho que llegaría temprano a casa de su tienda. Por suerte, era sábado, así que no había escuela.

Estaban a unos minutos de la estación de policía cuando Miguel vio un café. Se le ocurrió sorprender a la niña con un pastel y le pidió que lo esperara afuera.

Dentro del establecimiento, la mirada de Miguel recorrió los diversos postres que se mostraban en una vitrina antes de posarse en un pastel de chocolate.

“Buenos días”, le dijo al hombre en el mostrador. “Me gustaría ese pastel de chocolate, por favor”.

Miguel sacó todo el dinero de su bolsillo, sabiendo qué pasaría hambre porque esas eran sus últimas monedas. Pero quería ver sonreír a Milly.

“Ningún niño debería estar triste en su cumpleaños”, pensó. Contó su dinero y se le encogió el corazón. No alcanzaba para pagar el pastel.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

“Lo siento. No creo que tenga suficiente dinero para el pastel, señor. ¿Podría hacerme un descuento?”, le preguntó al vendedor. “Este pastel no es para mí, sino para alguien especial que está muy triste hoy. Si usted pudiera…”.

El vendedor miró el dinero en las manos de Miguel y se sintió mal por él. “Lo siento mucho. Tal vez pueda darte una rebanada”.

Pero el dueño de la tienda escuchó la conversación y comenzó a gritarle a su empleado. “¡Si quieres hacer caridad, hazlo en otra parte!”, le dijo al vendedor.

“¡FUERA!”, gritó el dueño antes de que Miguel pudiera decir algo más. “¡He tenido mendigos viniendo a mi tienda antes pidiendo comida gratis! ¡Vete! ¡No me hagas perder el tiempo!”.

Con el corazón apesadumbrado, Miguel salió del café.

“Lo siento, Milly”, dijo. “Quería darte un pastel, pero no tenía suficiente dinero ni para una rebanada”.

“¡No te preocupes, Miguel! ¡Seguramente ni siquiera era sabroso!”, dijo la niña con picardía. “Cuando lleguemos a mi casa, le pediré a mamá que te dé el pedazo MÁS GRANDE de mi pastel. Ese sí será delicioso”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

“Gracias, Milly”, dijo Miguel. “Ven, vamos a buscar tu casa”.

Estaban a punto de irse cuando el dueño del café salió muy alterado, llamándolos a ambos. “¡Oye tú!, ¿Qué haces con mi hija? ¡MILLY!”, gritó, y Miguel se dio la vuelta para ver al hombre enfurecido.

“¿Papá?”, Milly corrió hacia él y lo abrazó. “¡Papá! ¡Miguel me está ayudando! ¡No te enojes con él!”.

“¿Cómo que te está ayudando?”, preguntó sorprendido. “¿Conoces a este hombre?”.

Milly le contó todo y su padre, Esteban, echó a llorar. “¡Debes haber estado muy asustada!”, dijo abrazándola.

“Miguel, discúlpame. Me asusté cuando te vi con mi hija. Te agradezco mucho por haberla ayudado. Somos nuevos aquí y no conocemos mucho el lugar o a las personas”.

“Está bien, señor”, respondió Miguel. “Me alegro haber podido ayudar a tu hija…”.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

Para compensarlo, Esteban lo invitó al café y le sirvió comida. Miguel le contó que estaba intentando encontrar un espacio para dormir, y fue entonces cuando al padre de la niña se le ocurrió una idea.

Tenía una pequeña propiedad que no estaba usando, y se la ofreció a Miguel: “Puedes quedarte allí todo el tiempo que quieras”, le dijo.

“Pero, señor, yo no puedo pagar el alquiler…”.

“No te preocupes, Miguel. Yo me encargo. Eres un buen hombre y necesitas ayuda. Por favor, insisto. Está un poco descuidada y necesita una buena limpieza, pero puedes dormir allí hoy mismo”.

“Acéptalo, Miguel”, presionó Milly”. ¡Deja que mi papá te ayude! ¡Y también tienes que venir a mi fiesta para que comas el pastel que me hará mi mamá!”.

Miguel se conmovió hasta las lágrimas por la generosidad de la familia. Estaba agradecido por su afecto y compañía, que no había experimentado en años. Esa tarde disfrutó junto a ellos y claro que sí, se comió un buen trozo de pastel.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Publicidad

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • La amabilidad genera amabilidad: Miguel ayudó a Milly cuando la vio en problemas, y Esteban hizo lo mismo por él, al saber que no tenía dónde dormir.

  • Es importante que los niños sepan sus datos cuando salen solos a la calle: Milly tenía edad para salir a jugar con sus amigos, pero desconocía su dirección o la del trabajo de su papá y eso la expuso a una situación peligrosa.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares

Encontré un montón de dinero debajo de la cama de mi hija – Lo que iba a hacer con él me dejó sin aliento

27 de junio de 2024

Mi hijo prendió fuego a la costosa cartera que me regaló mi nuera por mi cumpleaños tras ver lo que había dentro

25 de abril de 2024

Por qué me negué a cuidar de mi madre discapacitada - Historia del día

27 de mayo de 2024

Niña egoísta cambia de actitud cuando su madre se cansa de sus rabietas e idea una lección

15 de marzo de 2024

Planeé una fiesta sorpresa para mi esposo, pero cuando entró, todo el mundo se quedó en silencio

19 de junio de 2024

Pobre padre viudo compra un viejo cochecito en un mercado y oye un crujido al poner a su bebé en él - Historia del día

02 de julio de 2024

Creía que me habían contratado como niñera, pero pronto me pidieron mucho más - Historia del día

25 de junio de 2024

Mujer invita a sus consuegros a su cumpleaños - Los echa después de ver sus regalos

16 de mayo de 2024

Recibí una escalofriante llamada de mi hija - la verdad revelada no tardó en destruir nuestra relación familiar

11 de marzo de 2024

Adolescente rica se ríe de los indigentes hasta que descubre su propio destino - Historia del día

22 de abril de 2024

Mi hija dejó de hablar cuando mi suegra empezó a cuidarla - Mi esposa y yo encontramos un dibujo que expuso a su abuela

11 de marzo de 2024

Mi suegra me pidió que la ayudara a cubrir sus deudas - Me horroricé cuando descubrí lo que ocultaba

30 de mayo de 2024

Anciana sin hogar gasta todo su dinero en un regalo para un niño rico - Historia del día

19 de marzo de 2024

Hijos se niegan a mantener a su anciano padre, se enteran de que murió intentando ganar al menos un centavo - Historia del día

20 de mayo de 2024