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Niño abriendo un casillero | Foto: Shutterstock
Niño abriendo un casillero | Foto: Shutterstock

Maestra ve que estudiante abre el casillero de la escuela y caen docenas de dólares en efectivo - Drama del día

Mayra Pérez
18 ene 2023
23:10

Nadie sabe que un niño pobre ha estado escondiendo dinero en efectivo en su casillero de la escuela. Pero un día, su maestra lo ve abriéndolo y nota que se caen muchos billetes de él.

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La señora Fabiola adoraba su trabajo como maestra de Literatura. Prestaba atención a todos sus alumnos y especialmente a los niños que necesitaban cuidados adicionales, como Tommy Hernández.

Tommy pertenecía a una familia pobre y apenas tenía amigos. El niño era muy trabajador, pero había reprobado todas las materias, excepto Literatura. La maestra habló con los otros docentes para que le prestaran más atención, pero no eran como ella.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Había sido un largo día en la escuela. La maestra Fabiola se había quedado para preparar los exámenes y se sorprendió al ver a Tommy cerca de su casillero cuando salió de su salón.

"¡Pobre niño!", suspiró, mirándolo. "Me pregunto qué estará haciendo aquí a esta hora".

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Decidió acercarse a él cuando notó que estaba luchando por abrir el casillero. Pensó que estaba atascado y quería ayudarlo. En ese momento, el niño lo abrió con todas sus fuerzas, y ella quedó atónita al ver lo que cayó de él.

Billetes de un dólar… docenas de ellos cayeron al suelo. La maestra notó el pánico en los ojos de Tommy cuando comenzó a guardar todo en su casillero. El corazón se le rompió.

"¿De dónde sacó todo ese dinero?", fue la primera pregunta que cruzó su preocupada mente. "¿Cómo consiguió tanto dinero? ¿Es por eso que no se enfoca en sus lecciones?". Las ideas se le acumulaban.

Todos en la escuela sabían que Tommy provenía de un entorno humilde, por lo que el dinero ciertamente no se lo habían dado en casa. Eran tan pobres que ni siquiera le podían comprar ropa y zapatos nuevos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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Tommy alternaba entre dos juegos de ropa, que a veces tenían mal olor porque no los lavaban con frecuencia. Su corazón se estremeció al pensar de dónde podría haber sacado el niño todo ese dinero.

No podía simplemente hacer la vista gorda, así que decidió acercarse a él. Estaba ocupado recogiendo los billetes; ella se inclinó a ayudarlo y Tommy la miró aterrorizado.

"Maestra Fabiola… ¡Este dinero es mío!", dijo, y ella no respondió. Recogió el último de los billetes, cruzó los brazos sobre el pecho y luego habló.

"¿Y te importaría decirme dónde los conseguiste? Mira, Tommy, no soy tu madre y sé que no está bien entrometerse en los asuntos de otras personas, pero creo que esto necesita una explicación".

La maestra notó que las lágrimas brotaban de los ojos de Tommy. "¿Puede… puede devolverme ese dinero, maestra? Yo… lo necesito".

"Ahí tienes", dijo ella, devolviéndole los billetes, que él rápidamente metió en su casillero. Luego murmuró "gracias".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Pero la docente quería llegar al fondo del asunto. "¿De dónde sacaste ese dinero, Tommy? ¿Estás en algún problema? ¿Alguien te obligó a hacer cosas indebidas… como robar?"

Tommy negó con la cabeza.

"¿Qué pasa entonces? No tienes que preocuparte. Te ayudaré, ¿de acuerdo? Eres un buen niño, Tommy. Lo sé".

El niño se quedó en silencio por un momento, luego dijo: "Mi papá…".

"¿Tu papá? ¿Te dio todo ese dinero?", preguntó la maestra.

Tommy volvió a negar con la cabeza. "Es un hombre malo, señora Fabiola. No nos quiere a mi hermana ni a mí…".

Mientras Tommy continuaba contando su historia, la mujer hizo un gran esfuerzo por contener las lágrimas. Resultó que la madre de los niños había muerto varios años atrás y que a su padre no le importaban ni él ni su hermana.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Había estado de juerga desde que Tommy podía recordar y se bebía todo el dinero que ganaba. Su hermanita, Mary, era una niña muy inteligente. Le encantaba estudiar, pero su padre no la había inscrito en la escuela.

Así que Tommy había estado ahorrando todo el dinero que le daba su abuela, una anciana que estaba postrada en una cama, para la matrícula de su hermana.

"Ella puede ingresar a una escuela el próximo año si ahorro dinero, señora Fabiola…", reveló Tommy entre lágrimas. "Soy su hermano mayor y quiero cuidarla. He pensado abandonar la escuela para que ella pueda asistir. Si escondo el dinero en casa, ¡papá lo gastará!".

"¡Tú y tu hermana merecen recibir una educación! Tu padre no tiene derecho a privarlos de eso. Sé que eres el mayor, pero no debes soportar esa carga. Llévame a tu casa y hablaré con tu padre. No te preocupes, ¿de acuerdo?".

Tommy la llevó a su hogar, y la docente estaba sorprendida por las condiciones en las que había estado viviendo. Su casa parecía que no había visto una escoba en mucho tiempo, y apestaba a cosas que no deberían estar en una casa con niños.

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Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

La maestra les pidió a Tommy y Mary que fueran a sus habitaciones. Luego habló con el padre, Demetrio, quien se enfureció cuando le hizo ver lo irresponsable que estaba siendo como padre.

"¿Quién te crees que eres para entrometerte en nuestras vidas? ¡Son mis hijos, y los criaré como mejor me parezca!".

"Bueno", dijo la señora Fabiola con calma. "Puede que usted no sea responsable ante mí, pero ciertamente tendrá que responderle a Servicios Infantiles, señor Hernández. Será mejor que cambie, o no tendré más remedio que involucrarlos".

"No tienes derecho a entrar en mi casa e interferir en mis asuntos", gruñó el señor Hernández. "Eres una mujer valiente, pero tus amenazas no van a funcionar aquí. Es mejor que te vayas".

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"¡Señor!", dijo la docente con firmeza. "Si cree que esto es una amenaza, que así sea. Pero como maestra solamente estoy preocupada por mi alumno. ¿Tiene alguna idea de por lo que pasa su hijo en la escuela?".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Supongo que no. No tiene amigos y está fallando en sus exámenes. ¿Por qué? Porque está más preocupado por su hermana que por sí mismo".

"Como padre, usted les está fallando. ¡Como maestra, no puedo defraudarlo!".

Fabiola había tenido una infancia terrible. Quedó huérfana a una edad temprana, tras la muerte de su madre adicta, y creció en un sistema de acogida, que despreciaba. No quería que Tommy y Mary tuvieran ese tipo de futuro.

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Hizo todo lo posible para convencer al señor Hernández de que se enmendara y cuidara de sus hijos, hasta que aceptó. Ella se ofreció a pagar la rehabilitación y le aconsejó que se uniera a comunidades donde varios como él habían logrado salir adelante.

Gracias a sus esfuerzos, un año después el hombre estaba irreconocible. El cambio en Tommy y Mary fue aún mayor. La familia estaba muy agradecida con la maestra Fabiola, quien los acompañó y apoyó durante todo el proceso sin esperar nada a cambio.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • A veces todo lo que se necesita es una oportunidad para cambiar el rumbo de la vida: La maestra Fabiola le dio al señor Hernández la oportunidad de sanar y cuidar a sus hijos, y eso cambió el curso de sus vidas.
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  • Siempre que puedas, ayuda a cualquier niño que veas en problemas: Gracias a sus esfuerzos, la maestra Fabiola logró salvar a dos niños de un futuro incierto y a su padre de una muerte segura.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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