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Niños limpiando el jardín. | Foto: Flickr.com/woodleywonderworks (CC BY 2.0)
Niños limpiando el jardín. | Foto: Flickr.com/woodleywonderworks (CC BY 2.0)

Niños adoptados ayudan a vecina mayor a limpiar su jardín y encuentran una docena de jarros con dinero enterrados - Historia del día

Georgimar Coronil
17 oct 2022
14:00

Unos niños adoptados decidieron ayudar a una vecina con la limpieza del jardín sin imaginar que iban a recibir una gran recompensa.

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La vida de Rita y Marcos cambió cuando fueron adoptados por una amorosa familia. Los niños estaban felices.

"¡Vaya! ¡Mira cuántos tipos de rosas hay aquí atrás, Marcos!", dijo Rita tocando suavemente los pétalos de las rosas.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

"¡Y mira! He encontrado un viejo balón de baloncesto en este rincón", dijo Marcos, fingiendo que lo driblaba como un profesional.

Los Martínez habían adoptado a los mellizos y se habían asegurado de que tuvieran todas las cosas que necesitaban.

Mientras Rita y Marcos jugaban en el jardín aquella tarde, sus padres estaban trabajando y la niñera los vigilaba desde la cocina.

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"¿No habría sido increíble que tuviéramos un abuelo o una abuela?", dijo Rita jugando con una pluma que encontró en el césped.

"¡Sí, entonces estas tardes serían aún más divertidas!", respondió Marcos mientras se tumbaba en el césped.

Los hermanos llevaban una hora en el jardín cuando de repente oyeron voces provenientes de la casa de al lado.

"¡Pero Dennis, prometiste que me ayudarías hoy!", dijo una mujer.

"Lo sé, abuela. Pero ahora no puedo. ¿No podemos limpiar el jardín otro día?", preguntó el niño.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty images

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"No, Dennis, no podemos. Tenía que estar limpio hace una semana, ¡y sabes que no puedo hacerlo sola! Por favor, ayúdame hoy".

"Lo tenía previsto, pero no es mi culpa que mis amigos hayan hecho planes de repente para ver una película juntos", respondió el chico.

"¿Una película?". La anciana sonaba preocupada. "¿Has pedido permiso a tus padres? Realmente no deberías ir".

"Sí, pedí permiso abuela. Volveré en la noche. No me esperes para cenar".

Rita y Marcos tenían las orejas pegadas a la pared cuando oyeron el sonido de un timbre de bicicleta que se alejaba en la distancia.

Los gemelos se miraron con expresión de tristeza y preocupación por la anciana. "¿Crees que deberíamos ayudarla?", preguntó Rita a su hermano.

"¡Claro que deberíamos!". Marcos ayudó a su hermana a levantarse del césped.

"¡Señora! ¡Abuela de Dennis!", gritaron los niños.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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La anciana se tomó un momento para rastrear el sonido de las voces, hasta que vio dos cabezas que se balanceaban por encima del muro de la casa vecina.

"¿Sí, niños?", preguntó, pensando que los niños estaban a punto de pedir ayuda.

"¿Podemos ayudarle, por favor?", preguntó Marcos con voz inocente.

La anciana estaba confundida. "¿Perdón? ¿Quieren ayudarme?".

"Sí, sí. Nos encantaría ayudarle a limpiar su jardín. Solíamos colaborar con los trabajos de jardinería en el refugio donde vivíamos", expresaron.

"Puede supervisarnos, por supuesto. Y también le pediremos permiso a nuestra niñera", le aseguró Marcos a la anciana.

"Tú espera aquí. Yo iré a pedírselo”, dijo Rita, corriendo hacia la ventana de la cocina.

A los pocos minutos, Rita volvió contenta brincando hacia donde estaba su hermano. "Ella dijo que sí".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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"Entonces, ¿podemos ayudarla?", preguntó Marcos.

La anciana pensó un momento y volvió a mirar el jardín y a los niños. “¿Cómo voy a decir que no a estas caritas sonrientes?”, pensó

"¡Muy bien, vengan!", dijo la abuela.

Rita y Marcos pasaron el resto de la tarde recogiendo hojas secas y basura del jardín de la anciana. Usaron sus manos y se emocionaron cuando la mujer les permitió turnarse para usar un rastrillo mientras ella los supervisaba.

"Niños, pueden descansar cuando quieran. Estoy aquí, en la cocina, preparando la cena. ¿Les gusta el pollo?".

Los chicos respondieron que sí y se apresuraron para terminar el trabajo lo antes posible.

De repente, Rita vio algo extraño.

"¡Marcos, mira! Es un frasco", Rita sacó un tarro de cristal cilíndrico de la tierra y se lo mostró a su hermano.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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"Qué raro. ¿Y qué hay dentro? ¿Un billete de 10 dólares?". Marcos estudió el tarro con detenimiento e incluso consiguió abrirlo con cierta dificultad.

"¡Vaya! Acabamos de encontrar 10 dólares en el jardín de la vecina!", Marcos estaba emocionado.

"¡Rápido, vamos a ver si hay más!", le dijo Rita a Marcos, y ambos volvieron a meter las manos en la tierra.

"¡Aquí hay otro! ¡También hay 10 dólares en este!". Marcos encontró el segundo frasco.

"¡Aquí hay otros dos!", gritó Rita.

"No grites Rita. Sigue buscando", le indicó Marcos a su hermana.

Durante la siguiente hora, los niños continuaron buscando frascos de vidrio por todo el jardín. Después de haber revisado la zona dos veces, finalmente se sentaron a contar el dinero.

Marcos miró sigilosamente hacia la ventana de la cocina: no había ni rastro de la anciana.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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"¡Rita, esto es más de 100 dólares! ¿No es increíble? ¿Crees que deberíamos quedarnos con este dinero?".

Rita inmediatamente negó con la cabeza. "No, ¿por qué íbamos a hacerlo?".

"¿Porque lo desenterramos?", le respondió su hermano.

Eso hizo que Rita pensara por un segundo. Pero luego volvió a negar con la cabeza.

"No, no deberíamos quedarnos con el dinero. Es el dinero de la anciana, no el nuestro. Sí, lo desenterramos, pero no lo hicimos por una recompensa, ¿verdad?".

Marcos le dio la razón a su hermana.

"¡Señora! ¡Hemos encontrado algo!", gritaron los niños.

Cuando los niños le hablaron de los tarros con dinero, la mujer sonrió.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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"Sé que los han encontrado porque yo los enterré en la tierra".

Rita y Marcos se miraron, confundidos.

"Verán, realmente esperaba que mi nieto Dennis sacara por fin tiempo para ayudarme a limpiar mi jardín hoy. Me lo ha prometido varias veces, pero siempre me deja plantada. Todo el tiempo sale con una excusa: jugar, ir a algún tipo de práctica deportiva, ver películas con los amigos."

"Para él, cualquier cosa es mejor que ayudar a su abuela a limpiar su jardín”.

"Pensé que esta vez sería diferente, y decidí recompensarlo cuando terminara el trabajo. Pensé que eso le mostraría la importancia y la bendición del trabajo duro y la amabilidad”.

"El dinero estaba enterrado para que mi nieto lo encontrara. Pero hoy también ha evitado el trabajo", explicó la mujer.

Rita intervino. "¿Ves, Marcos? Te dije que el dinero no era para nosotros".

"No lo era originalmente. Pero siempre estuvo destinado a la persona que limpiara el jardín. Y ustedes lo han hecho", dijo la mujer.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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“Así que ahora el dinero es de ustedes. Quédenselo como una recompensa por ayudarme con mi jardín”. La mujer entregó el montón de billetes de dólar a los niños y los abrazó con fuerza.

"¡Gracias, señora!", expresaron los niños

"¡Por favor, llámenme abuela! Ahora díganme qué van a comprar con este dinero"

Los niños se miraron de nuevo al darse cuenta de que su deseo de tener una abuela acababa de hacerse realidad.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Cuando veas a alguien necesitado ayúdalo como puedas: Rita y Marcos encontraron la manera de ayudar a su vecina a limpiar su jardín, aunque ella no se los pidiera.
  • Educa a tus hijos para que sean seres humanos amables y honestos: Los gemelos podrían haber ignorado el problema de la anciana. También podrían haber optado por quedarse con el dinero y no decir nada. Pero al final, su integridad les ayudó a tomar la decisión correcta.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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