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Una madre abraza a su hijo | Foto: Shutterstock
Una madre abraza a su hijo | Foto: Shutterstock

Madre pobre teme ser desalojada: descubre que todas sus facturas fueron pagadas con 1 año de anticipación - Historia del día

Mayra Pérez
25 ene 2023
21:40

Laura se esforzaba por mantenerse a ella y a su pequeño hijo después de divorciarse. Estaba a punto de darse por vencida después de que su arrendador le aumentara el alquiler, cuando un misterioso benefactor acudió en su rescate.

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"Aquí está la cena". Laura se obligó a sonreír mientras colocaba un sándwich de queso frente a su hijo de 10 años, Andrés.

Andrés levantó la parte superior del pan. "¿No hay mayonesa?".

"No, cariño. Se nos acabó". Laura se sentó a su lado en una silla destartalada. Como todos los muebles en su pequeño apartamento, estaba dañada y a punto de colapsar.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"¿Podemos comprar?". Andrés la miró, con sus ojos azules muy abiertos y esperanzados.

Laura se encogió de hombros y le dio un bocado a su sándwich.

"Lo intentaré".

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El dinero había escaseado desde que se divorció del padre de Andrés, Enzo. Ella y su hijo se habían mudado a un pequeño apartamento lleno de cucarachas y ratones.

Últimamente, le estaba costando llevar la comida a la mesa. Se había esforzado por encontrar un trabajo mejor remunerado, pero no tenía ninguna preparación formal.

Un golpe en la puerta interrumpió su cena. Laura se puso de pie y caminó hacia la entrada, solo para ver un sobre sellado en el piso.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Laura quedó boquiabierta cuando leyó la carta dentro del sobre. ¡El propietario estaba aumentando el alquiler! Apenas podían permitirse el lujo de vivir allí ahora. Este aumento era prácticamente un desalojo.

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"Mamá, ¿estás bien?".

Laura se volvió hacia Andrés, que la estaba mirando con preocupación.

"Sí", mintió. "¿Por qué no terminas tu tarea, cariño?".

Andrés frunció el ceño, pero resultaba difícil de apreciar porque su cabello oscuro le llegaba a los ojos. Necesitaba un corte de pelo, pero no podían permitírselo, especialmente ahora.

"De acuerdo mamá". Andrés se puso de pie y fue a su habitación.

Después de que el niño cerrara la puerta de su habitación, Laura se derrumbó en el sofá. Sacó su teléfono y comenzó a buscar apartamentos para alquilar, pero eran demasiado costosos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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Después de una hora de búsqueda, Laura dejó a un lado su teléfono. Las lágrimas corrieron por sus mejillas. No había podido encontrar ningún lugar adecuado para ellos que fuera asequible.

No había nada que pudiera hacer. Al final de ese mes, ella y Andrés no tendrían un lugar donde vivir. Durante los días siguientes, pasó todo su tiempo libre buscando dónde mudarse. Incluso le pidió a su arrendador que reconsiderara el aumento, pero él se negó.

Laura estaba desesperada y no podía ocultar la situación a su hijo por más tiempo. Apenas regresó de la escuela ese viernes, se sentó a hablar con él.

"Andrés, es posible que tengas que quedarte con tu papá por un tiempo", dijo.

"¿Por qué?".

Laura suspiró. "Porque ya no podemos permitirnos quedarnos aquí, cariño. No hay ningún lugar para que vayamos y creo que será lo mejor si te quedas con él hasta que todo mejore".

"No, mamá". Andrés se abalanzó a Laura y la abrazó ferozmente. "Quiero quedarme contigo".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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Laura abrazó a Andrés y le dio un beso, tratando de controlar el llanto.

"He estado tratando de encontrar un nuevo lugar que pueda pagar para que nos mudemos, pero cada apartamento que veo es demasiado costoso".

"Debe haber una forma en que podamos permanecer juntos", se quejó Andrés. "Por favor, no te rindas, mamá".

Laura revolvió su suave cabello. "Está bien, cariño. Seguiré buscando".

Finalmente, Laura encontró un refugio para personas sin hogar donde ella y el niño podrían quedarse por un tiempo. El día antes de que se mudaran, Laura recibió una llamada del propietario.

"Hola, Nicolás", dijo. "Saldremos por la mañana, tal como prometí".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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"No lo harán", respondió él con su voz ronca. "La renta y los servicios públicos han sido pagados por un año".

Laura no podía creer lo que acababa de escuchar. "¿Quién pagó las cuentas por mí?", quiso saber.

"Alguien llamado Enzo. ¿Lo conoce?".

Laura miró a la pared en estado de shock. ¡Enzo, su exesposo, había pagado su alquiler por un año!

Se despidió de su arrendador e inmediatamente llamó al padre de su hijo.

"Laura, hola", respondió.

"Hola Enzo. ¿Por qué pagaste mi alquiler?".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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"Porque quiero ayudarlos. ¿Puedo visitarlos? Prefiero conversar sobre esto en persona".

Laura apretó los dientes. La traición de Enzo le había roto el corazón. Ella no quería verlo, pero finalmente decidió permitirle una visita.

Media hora después, su ex estaba en la puerta. Laura lo invitó a entrar.

"Andrés me contó sobre la situación cuando me visitó el fin de semana", le dijo Enzo. "Él quería que lo ayudara a encontrar un trabajo para poder ayudarte con el alquiler".

Laura se puso una mano sobre la boca. Enzo parecía muy triste mientras hablaba.

"Sé que es mi culpa que estés en esta situación", dijo. "Éramos muy felices hasta que te engañé. No te culpo por divorciarte, pero ustedes siguen siendo mi familia".

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Laura le dirigió una mirada severa. "Andrés es tu hijo, pero yo no soy tu familia".

Enzo levantó las manos en un gesto apaciguador. "Sé que hemos terminado, Laura, pero tú eres la madre de mi hijo y lo has apoyado de maneras que yo nunca podría haberlo hecho", dijo suspirando profundamente.

"Estoy tratando de ser un mejor padre para él. Estoy tratando de compensar lo que le hice a nuestra familia. Pagué tus cuentas del próximo año porque es lo menos que te mereces. Así tendrás tiempo para estabilizarte".

Laura asintió. "En ese caso, lo aceptaré".

En los meses siguientes, Laura redujo sus horas de trabajo y se matriculó en un diplomado en contabilidad. Estudió mucho y, al final del año, la contrataron para un nuevo trabajo con un mejor salario.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Nunca pierdas la esperanza. Aunque mantener una actitud positiva durante los tiempos oscuros es un desafío, es esencial mantener la esperanza en que eso también pasará.
  • Acepta la ayuda que te ofrezcan; puede cambiar tu vida. A veces, todo lo que se necesita es una pequeña ayuda para encontrar el camino hacia la prosperidad y la paz.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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