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Un indigente durmiendo en la calle. | Foto: Shutterstock
Un indigente durmiendo en la calle. | Foto: Shutterstock

Chica huérfana se casa con indigente: los invitados se burlan en la boda hasta que él toma el micrófono y se dirige a ella - Historia del día

Georgimar Coronil
27 ene 2023
08:30

Jasmine siempre había sido una chica de buen corazón. Sin embargo, cuando se acercó a un vagabundo que vivía en la calle cerca de su casa para ofrecerle una manta, no esperaba enamorarse. Pronto aprendería que la bondad tiene una recompensa.

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¿Qué significa amar incondicionalmente? ¿Se puede conseguir ese amor en la vida real? ¿O solo en los libros de cuentos?

Jasmine volvía a casa del supermercado cuando notó algo extraño. Por el rabillo del ojo, pudo distinguir lo que parecía ser un hombre durmiendo en la calle, y estaba segura de que no llevaba mucho tiempo allí.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Al principio no le dio importancia, pero la imagen seguía atormentándola, clavada en su mente como una melodía. Al día siguiente, al salir de casa para ir a trabajar, volvió a ver al hombre.

Estaba convencida de que ya no estaría cuando volviera por la tarde. Al fin y al cabo, era un barrio respetable y nunca había visto a indigentes por la calle. "Debe de estar perdido o algo así", pensó entrando en su carro Honda Civic.

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Tuvo un buen día de trabajo y pronto se olvidó del hombre que dormía en su calle. Pero cuando esa noche se detuvo cerca de su casa, se sorprendió al ver que seguía allí.

Hacía frío y no podía imaginarse lo incómodo que podía estar durmiendo en la calle. Se metió rápidamente en casa y salió corriendo con una manta.

"Hola, soy Jasmine", dijo mientras se acercaba al vagabundo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Cuando se acercó lo suficiente, le entregó la manta y le dijo: "Llevo unos días viéndote por aquí. ¿Eres un vagabundo?".

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"Sí, acabo de perder mi negocio y mi casa, y no tengo más remedio que vivir en la calle".

El hombre, llamado Daniel, relató cómo su negocio se había hundido tras la malversación de fondos por parte de empleados codiciosos, dejándolo en bancarrota. Dijo que había tenido que despedir a más de 500 empleados, además de perder su casa y su coche.

Jasmine se quedó sin palabras. Le preguntó por qué no se había ido a vivir con unos parientes, pero él respondió que no tenía ninguno. La única opción que le quedaba era vivir en la calle.

Hablaron un rato antes de que ella se marchara. Aunque Jasmine no lo dijo, sabía que ayudaría a Daniel a recuperarse. Puede que fuera huérfana, pero tenía un alma bondadosa.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Esa noche, preparó abundante comida para la cena, la compartió con Daniel e hizo lo mismo todos los días durante el resto de la semana. Los dos se sentaban a hablar durante horas y se hicieron muy amigos.

***

Se enamoraron rápidamente. A Jasmine no parecía importarle que Daniel fuera un vagabundo. Pensaba que era brillante y sabía que solo era cuestión de tiempo que se levantara y volviera a ponerse en pie.

Después de todo, ¿no había resurgido ella misma de sus cenizas? Sin padres desde niña, Jasmine tuvo que valerse por sí misma. No vivía rodeada de lujos, pero le iba bastante bien. Estaba segura de que Daniel podría recuperarse con el apoyo adecuado.

Meses después, los dos ya estaban planeando una boda. Por desgracia, los amigos y la familia de Jasmine no se mostraron muy optimistas cuando les comunicó la noticia de su nuevo amor. "¿Vas a casarte con un vagabundo?", dijo su tío por teléfono.

"Sí, estamos enamorados. Lo solucionaremos. Ninguna situación es permanente".

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"Bueno, lo que decidas hacer con tu vida depende de ti, Jasmine. Que sepas que no iremos a la boda", respondió su tío antes de colgar el teléfono de golpe.

A Jasmine no le disgustó su comentario. Estaba alejada de su familia desde la muerte de sus padres. Sabía que sus seres queridos no querrían venir, y la invitación no era más que una forma de ser cortés.

Jasmine llegó al lugar de la boda con su precioso vestido de princesa. Estaba emocionada por empezar una nueva vida con Daniel. Lo amaba. ¡Cómo lo quería!

Habían invitado a amigos y familiares a su gran día, pero no fueron muchos. Sin embargo, los que vinieron pensaron que Jasmine tomaba la peor decisión de su vida.

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"Tiene un buen trabajo, conduce un coche decente y vive en un buen barrio. ¿Por qué se casaría con un vagabundo?", se preguntaba una amiga.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"No lo entiendo. Yo nunca me casaría con un vagabundo", se rio otra.

"Ha trabajado duro para tener una vida cómoda, pero un indigente la arrastra de nuevo a la pobreza", declaró un tercero.

Se oyeron muchos murmullos en la pequeña sala y, aunque Jasmine no podía oír lo que decían sus amigos, se dio cuenta de que se reían de ella. Sin embargo, no le importaba lo que dijeran.

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Y entonces…

¡Llegó el novio! Todos se quedaron boquiabiertos. Esperaban ver a un hombre vestido con harapos, pero en lugar de eso, llegó en una lujosa limusina vestido con uno de los esmóquines más caros de la ciudad.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

¿Pero cómo podía permitirse todo esto? ¿No era un indigente? Jasmine se sorprendió. ¿Era realmente Daniel? Solo pudo ver cómo entraba majestuosamente en la pequeña habitación. Parecía el dueño del mundo, y Jasmine nunca había estado tan confundida en su vida.

Cuando llegó al frente, ella olió su colonia y casi se desmaya de lo bien que olía. Intentó hablar, pero Daniel la hizo callar, pidiéndole que tuviera paciencia, ya que él se lo explicaría después de intercambiar los anillos.

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Mientras los novios leían sus votos, Jasmine no podía evitar preguntarse si estaba en un sueño. Cualquier intento de obtener una explicación era respondido con un: "Cariño, ten paciencia. Te lo explicaré".

Después de prometerse que estarían el uno para el otro en las buenas y en las malas, Daniel tomó el micrófono y se enfrentó a su nueva esposa. "Cariño, entiendo que todo esto debe ser confuso, pero sabrás la verdad en unos minutos".

Miró a la multitud. "Nunca he conocido a alguien tan amable, cariñosa y desinteresada como Jasmine. Sinceramente, no sé qué decir. Me siento humilde de que ella me amara cuando yo no tenía nada y dormía en la calle".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

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"Pero lo más importante es que quiero abordar el tema que sé que los ha traído a todos aquí".

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Los invitados se sonrojaron, conscientes de que les había descubierto.

"En el sentido real, nunca fui un vagabundo. Me enamoré de Jasmine mucho antes de que me conociera, pero decidí ponerla a prueba para ver si podía amarme sin mi riqueza ni mi estatus".

Los invitados se quedaron sin palabras.

Jasmine se apretó el corazón, confusa: "¿Tú… no eres un vagabundo?".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

"No, cariño, vengo de una familia muy rica, ¿y esa empresa que te dije quebró? Sigue funcionando y tiene mucho éxito".

Jasmine no podía creerlo. Intentó hablar, pero las palabras parecían habérsele escapado.

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"¿Se dan cuenta de lo que cuesta enamorarse y aceptar casarse con un vagabundo?", preguntó Daniel dirigiéndose de nuevo a los invitados.

Algunos asintieron, mientras que otros parecían seguir en trance. "Le daré el mundo a esta mujer porque ha demostrado que el amor verdadero y genuino existe", dijo Daniel, estrechando a Jasmine en un fuerte abrazo emocionado.

Jasmine aún se sentía como si estuviera soñando en la recepción de la boda aquella noche. Se bajó de la limusina esperando encontrar una recepción normal en el lugar, solo para entrar en lo que parecía algo sacado de un cuento de hadas.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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La decoración era de sus flores favoritas en todos los colores disponibles. ¿Y la comida? Un delicioso banquete culinario de comida importada. Jasmine nunca había visto nada tan fabuloso, y lo más increíble: todo era para ella.

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Resultó ser el día más feliz de su vida.

Días después, Daniel trasladó todas las cosas de Jasmine a su casa, una vivienda de estilo resort meticulosamente cuidada, con techos altísimos, vistas de postal e inundada de luz natural.

Ni en un millón de años Jasmine habría soñado con vivir en semejante lujo. Esta era ahora su vida, y en cuanto puso un pie en el impresionantemente detallado piso de su nueva casa, se le saltaron las lágrimas de felicidad.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

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¿Qué hemos aprendido de esta historia?

  • La bondad siempre tiene recompensa: Jasmine se compadeció del vagabundo y le ayudó con una manta. No sabía que él se lo devolvería de una forma que nunca habría imaginado.
  • El amor verdadero existe: En el mundo en que vivimos, donde las emociones y el amor están ligados a la riqueza y el estatus, es un soplo de aire fresco saber que existe el amor genuino y puro.
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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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