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Carta en la nieve | Foto: Shutterstock
Carta en la nieve | Foto: Shutterstock

Empresario encuentra la carta de una niña pobre para Santa y decide cumplir su deseo de Navidad - Historia del día

Georgimar Coronil
30 ene 2023
10:00

De camino al banco, un hombre de negocios encontró una carta dirigida a Papá Noel y se dispuso a hallar a la niña que la había escrito, pero nunca imaginó la hermosa recompensa que obtendría más tarde.

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Sergio estacionó su carro cerca de una agencia bancaria. Ya era por la tarde, pero había estado haciendo recados toda la mañana y, entonces, la nieve se puso demasiado fea para que pudiera conducir. Esperó unas horas para que las máquinas quitanieves tuvieran tiempo de despejar las calles y salió del coche sonriendo tímidamente.

No odiaba la nieve. Solo le recordaba una época feliz de su vida que nunca volvería. Aún quedaba algo de nieve blanca en la acera y trató de pisarla con cuidado para no caerse. Al mirar al suelo se percató de que había un trozo de papel.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Lo recogió rápidamente y vio una carta arrugada dirigida a "Querido Santa" con una letra sencilla e infantil. La mano de Sergio temblaba mientras intentaba no arrugar más el papel. No odiaba la Navidad, ni a Santa, ni las celebraciones, ni la alegría. Pero ver tanta felicidad solo le recordaba todo lo que había perdido.

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Hace años, su mujer murió al dar a luz. Su bebé sobrevivió por suerte; adoraba la nieve, las luces de Navidad, los villancicos y todo lo relacionado con estas fiestas. Pero murió a los seis años tras un accidente en su colegio, y Sergio perdió toda su alegría desde entonces.

Toleraba las fiestas porque no quería actuar como un “Grinch”. Enviaba regalos a sus sobrinos y asistía a las cenas familiares, pero era un fantasma.

Esta carta no era más que un recordatorio de lo que podría tener, pero de alguna manera, le despertó la curiosidad. Con manos temblorosas, abrió el sobre. Tal vez podría averiguar qué quería esta niña por Navidad y encontrar la forma de hacer realidad sus deseos.

"Querido Santa", leyó en voz alta. "Sería estupendo que me regalaras un par de botas de invierno. Mi mami no puede comprármelas porque es demasiado dinero, pero yo me enfermo sin un buen calzado".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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La carta continuaba explicando que la madre de la niña no tenía mucho, pero que eran felices cuando ella no estaba enferma, y que esperaba que las botas la ayudaran a no ir al hospital. Sergio se sorprendió al sentir que una lágrima caía por su mejilla cuando leyó el final: "Muchas gracias, Santa. Con amor, Milenita".

Odiaba que una niña y su madre se quedaran sin lo básico cuando él tenía tanto dinero y ninguna familia con la que compartirlo.

Como la carta la había escrito una niña, no tenía remitente, así que Sergio se quedó sin palabras. Pero entonces se dio cuenta de que si la carta estaba allí, delante de la agencia bancaria, podía preguntar por la niña.

Una de las cajeras, Carolina, reconoció el papel. "Ah, sí. Pertenece a una señora que se llama Martha y a su hija, Milenita. Milenita tenía el sobre en la mano y dijo: 'Vamos a enviar la carta a Papá Noel'. Me sorprende que la hayan perdido", comentó.

"¿Tienes su información de contacto?", preguntó Sergio. "Quiero darle a la niña lo que pidió en la carta. Necesita unas botas de invierno porque se enferma. Es terrible".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Carolina le dio un número de teléfono e inmediatamente llamó. "Aló, sí, soy Martha", contestó la mujer, y Sergio le explicó el motivo de su llamada. "¡Oh! Encontraste la carta de mi hija. Estaba angustiada porque la había perdido. Pero no pasa nada. Iba a escribir otra en casa de su abuela".

"En realidad, me preguntaba si podríamos vernos y hablar. Estoy en el banco, donde encontré la carta", preguntó Sergio, se presentó y explicó lo que quería. Naturalmente, la madre soltera se mostró reacia, pero accedió a quedar después de su turno de trabajo en la cena.

Quedaron en un café cercano al banco, y Sergio se sorprendió al ver a una mujer tan joven,

"¿Leíste lo que le pidió a Papá Noel?", dijo Sergio.

"Sí", asintió Martha. "He estado buscando en Internet, y el precio de las botas de invierno es una locura. Ahora mismo, no puedo permitírmelo. Pero ella no se pone enferma por el frío. No necesariamente. Los médicos dijeron que tenía un sistema inmunológico débil, que no tiene nada que ver con eso. Solo tenía que contarle esa historia porque se ha asustado con los inviernos".

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"¿Ha estado hospitalizada durante el invierno?".

"Sí, pero también la hospitalizaron el pasado abril, así que no es por el frío. Intento hacerlo lo mejor que puedo, pero me ahogo con el alquiler y las facturas médicas. No es fácil. Ha sido duro porque solo tengo a mi madre para ayudarme. De hecho, fui al banco, pero no me aprobaron el préstamo que quería". dijo Martha, sacudiendo la cabeza y mirando hacia otro lado. "Oh, mírame. No paro de hablar de mis problemas. Lo siento”.

"No, quiero oírlos. Continúa, por favor. ¿Y ese préstamo?", Sergio insistió, concentrado.

"Ya no puedo pagar el alquiler y nos mudaremos de nuevo con mi madre. Pero esa pobre casa necesita tantas reparaciones. Esperaba un préstamo para hacer algunas reparaciones al menos, pero bueno". Martha vaciló, frunció los labios y se encogió de hombros. "¿Qué se puede hacer?".

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"Puedo hacer algo. Pero por ahora, por favor, dame tu dirección. Quiero enviarle a Milenita sus botas y algunas otras cosas", reveló Sergio, y Martha sacudió la cabeza, intentando resistirse, pero Sergio la convenció.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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A Milenita le encantaron las botas y los regalos que Sergio le envió, pero, por desgracia, su enfermedad recrudeció y tuvo que ser hospitalizada de nuevo. Para sorpresa de todos, Sergio apareció. Todos los días. Acompañó a Martha, a su anciana madre y a la niña mientras los médicos les informaban de su delicado estado de salud.

Esta vez tenía neumonía y trataron de curarla con medicamentos, pero durante un tiempo estuvo en estado crítico. Por desgracia, Milenita empeoró y en algún momento la conectaron a un respirador artificial. Durante este tiempo, Sergio le contó a Martha lo que le había pasado a él y a su familia y la animó a ser fuerte por su pequeña.

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"No puedo creer que pasaras por todo ese dolor y, sin embargo, estés aquí", le dijo Martha una noche en el hospital.

"Lo sé. No creí que pudiera. Todos estos años me he sentido insensible en Navidad porque a mi hija le encantaban estas fiestas. Pero algo en ti, en tu hija y en su carta a Papá Noel… fue como si algo en mí cambiara", respondió Sergio. "No puedo explicarlo".

Martha le miró con sinceridad por primera vez, y se quedaron mirándose a los ojos durante un rato. Un momento congelado en el tiempo que cambiaría sus vidas para siempre. El único sonido que se oía era el del respirador de Milenita y las demás máquinas de la habitación del hospital.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pixabay

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Finalmente, un médico entró e interrumpió su momento. Pero fue una interrupción bienvenida. Reveló que las nuevas pruebas de Milenita eran mucho mejores y que le quitarían el respirador ese mismo día.

Esa noche, Martha lloró en los brazos de Sergio mientras su hija volvía a respirar sola. Unas semanas más tarde, le dieron el alta del hospital, y Sergio estuvo a su lado. Pagó toda la hospitalización y sus otras deudas médicas e hizo remodelar la casa de la madre de Martha para que todos estuvieran seguras.

La madre soltera no sabía cómo agradecérselo, pero Milenita le abrazaba y besaba a menudo. También quería jugar todo el tiempo, y Sergio estaba dispuesto a hacerlo. Con el tiempo, Martha comprendió que Sergio no se iba a ir a ninguna parte y, lo más importante, que ella no quería que se fuera. Finalmente, empezaron a salir oficialmente, y las chicas nunca volvieron a estar solas sin apoyo.

Después de todos sus años de dolor, ellas eran su premio.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Ayuda a los demás puede ser la mejor elección de tu vida: Sergio sacrificó su tiempo y su dinero y luchó contra su dolor para ayudar a esta familia, y fue recompensado al convertirse en parte de ella.
  • La ayuda puede venir del lugar más inesperado: Martha y Milenita no podían imaginar que la carta a Papá Noel traería un milagro a sus vidas.

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Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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