Niño rico malcriado queda desconcertado cuando su madre lo deja en una finca y se marcha en su auto - Historia del día
Un niño rico y mimado, que cree que puede salirse con la suya, aprende una lección de vida inolvidable después de que su madre lo lleva a una antigua granja en las afueras de su ciudad y se marcha.
Para Jenny, su hijo Arturo era lo más importante de su vida. Y cuando su marido los abandonó, dejándola casi sin nada, supo que debía hacer lo imposible por darle una buena vida.
Al contraer matrimonio, ella se había sentido cómoda y feliz con la idea de quedarse en casa. Disfrutaba de cocinar para él, doblar su ropa y recibirlo cada día con su mejor sonrisa.
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Pero al quedarse sola con Arturo, algo debía cambiar. Se convirtió en una mujer de negocios y expandió con éxito su negocio agrícola.
Y así pudo darle a su hijo todo lo que necesitaba y más. Nunca tuvieron que sufrir dificultades. Lamentablemente, el joven creció con la sensación de que merecía todo sin ningún esfuerzo.
Un día, Jenny se sorprendió al encontrar su tarjeta de crédito en su habitación. Había decidido pasar el día en casa, y al entrar a la habitación de su hijo quedó sorprendida por el nivel de desorden.
"¡Qué desastre!", exclamó.
La habitación de Arturo tenía ropa tirada por todas partes: en el piso, su computadora y su cama. Jenny comenzó a recoger todo y de pronto, notó algo brillante debajo de su cama.
Era un PlayStation. Parecía costoso, y Jenny recordó que Arturo le había estado pidiendo que lo comprara. No lo había oído hablar de eso en los últimos días.
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Comenzó a revisar el resto de la habitación y debajo de la almohada encontró su tarjeta de crédito. ¡Esa fue la gota que colmó el vaso!
Jenny nunca había sido una madre controladora. Nunca regañaba a Arturo por sus bromas tontas o su comportamiento travieso. ¡Había dejado pasar cuando se escapó de casa para la fiesta de un amigo!
Solía complacerlo en casi todo lo que pedía, le pagaba uno de los mejores colegios de la zona. Siempre le dio lo mejor para que le fuera bien en los estudios y en la vida. ¿Había sido demasiado indulgente con él? ¿No le había inculcado valores a su hijo?
Después de descubrir la tarjeta de crédito, Jenny se dio cuenta de que Arturo la había usado varias veces sin su permiso. Definitivamente, había rebasado los límites de su confianza.
En ese momento recordó que días atrás había recibido el estado de cuenta de su tarjeta de crédito y le había llamado la atención algunos cargos por unos $1.000 que sabía no había hecho. Pensó en hacer el reclamo, y ahora tenía sus respuestas.
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Jenny terminó de recoger el desorden de la habitación de Arturo y se fue. Pero en el fondo de su mente se estaba gestando un plan para enseñarle a su hijo una lección que nunca olvidaría…
"¡Por fin llegaron las vacaciones! ¿Puedes creerlo, mamá? ¡Voy a ver películas y jugar todo el día!". Arturo estaba eufórico cuando regresó a casa. Ese día comenzaban las vacaciones de verano.
"¡Qué bueno, hijo!", dijo Jenny con calma. "Prepárate. ¡Iremos a un lugar especial!".
"¿Una pizzería?", preguntó. "¿Hamburguesas?".
"Te vas a sorprender, cariño. Apúrate. ¡No debemos llegar tarde!".
"¿A dónde vamos, mamá?", insistió.
"¡Te lo diré en el camino!", sonrió Jenny. "¡Te divertirás mucho allí!".
"¿En serio? ¡Me cambio enseguida!".
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Una hora más tarde, Arturo y Jenny iban por la carretera. Pero el jovencito quedó desconcertado cuando llegaron a una vieja finca en las afueras de la ciudad.
"Mamá, ¿qué estamos haciendo aquí?", preguntó Arturo con tono decepcionado. "¡No podemos divertirnos aquí!".
"¿Qué tal si ahora me hablas del PlayStation, Arturo? Lo encontré debajo de tu cama", dijo Jenny, y notó que su hijo tragó saliva antes de responder. "Mamá, yo…".
"Tomaste mi tarjeta de crédito y lo compraste, ¿no?", preguntó.
"Lo siento, mamá", dijo. "Realmente lo quería; ¡todos mis amigos lo tenían!".
"Bueno, me alegra saber que lo sientes, pero no es suficiente. Trabajarás en la granja durante dos semanas; así entenderás lo que cuesta ganarse el dinero y lo pensarás dos veces antes de volver a tomar lo que no te pertenece".
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Así que Jenny dejó a Arturo en la granja y se alejó, dejándolo al cuidado de uno de sus empleados. Tras trabajar duro por dos semanas, el niño se dio cuenta de lo difícil que era ganar dinero.
El primer día de trabajo, la vaca que Arturo estaba ordeñando estaba agitada y lo golpeó en la cara con la cola. Las gallinas lo atacaron cuando estaba recogiendo los huevos, y el estiércol animal… ¡Apestaba!
Arturo lloró al final del primer día, pero logró lidiar un poco mejor con las responsabilidades cada nuevo día. Al final, le dijo a Jenny que se había dado cuenta de su error y que lo lamentaba. Su madre le contó una historia.
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"Cuando eras un bebé, tu padre nos abandonó", comenzó. "Yo me había sentido muy feliz en quedarme en casa luego de nuestro matrimonio, y convertirla en un hogar para ustedes. Así que dejé la universidad y no tenía ningún título. Nunca había tenido que ganar mi propio dinero".
"Al quedarme sola contigo recordé la antigua granja que me había dejado la abuela, y me dediqué a ella durante varios años antes de iniciar un negocio. No fue fácil, pero lo hice porque quería darte la mejor educación y una buena vida".
"Y sé que estoy haciendo lo mejor para ti. No estaba enojada por lo de la tarjeta de crédito. Estaba decepcionada. Me dolió el engaño y descubrir que no sabías el valor de la honestidad, el trabajo o el dinero. Te quiero, Arturo. Debes saber eso. Nada me importa más que tu felicidad".
Arturo tenía lágrimas en los ojos. "Te quiero mucho, mamá…", susurró mientras se sentaban en la hierba espinosa de la granja, viendo la puesta de sol.
"Y te prometo que nunca más volveré a tomar nada que no me pertenezca. Estarás muy orgullosa de mí de ahora en adelante".
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Hay una delgada línea entre darles lo mejor a tus hijos y consentirlos: La educación indulgente de Jenny hizo que su hijo pensara que no tenía límites. Un pequeño trabajo en una antigua granja le enseñó que estaba equivocado.
- Lo más valioso que se le puede dar a los hijos son verdaderos valores: Cuando Jenny descubrió el robo de su hijo, supo que más que un castigo necesitaba una lección, donde pudiera aprender el valor de la honestidad, el dinero y el trabajo.
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