Chofer de bus salva a niña de 5 años de tormenta de nieve: se entera de que su madre está inconsciente por un accidente a 1 km - Historia del día
Un conductor de autobús que se dirigía a una ciudad en una noche tormentosa rescató a una niña: ella le dijo que su madre estaba inconsciente a un kilómetro de distancia. Él no se imaginaba que su bondad volvería a él.
En medio de las ráfagas gélidas que acompañaban a la fuerte nevada y las gruesas capas de hielo en la carretera, David se apresuraba a llegar a la ciudad.
No podía creer que había estado conduciendo todo el camino con el parabrisas roto y no tenía idea de cuánto tiempo le llevaría llegar. Pero tenía pocas opciones. Se dirigía allí para una entrevista de trabajo, pues necesitaba un segundo empleo para poder pagar un abogado para su hijo adolescente, Brian, quien era inocente y víctima de una trampa.
Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels
Brian siempre había sido un buen chico y David sabía que nunca haría nada malo. Para salvar a su hijo, el padre decidió manejar a kilómetros de distancia, arriesgando su vida en medio de una tormenta de nieve a otra ciudad donde se llevaría a cabo la entrevista.
Sin embargo, cuando se acercaba a la intersección, se detuvo abruptamente. Miró por la ventana y vio una silueta en el camino en plena tormenta de nieve.
En un momento, el hombre se dio cuenta de que se trataba de una niña que lucía aterrorizada y paralizada por el miedo.
No podía dejarla sola en la carretera desierta bajo la fuerte tormenta de nieve, así que se bajó del autobús y se acercó a ella.
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“Hola, amiguita. ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí sola?”, preguntó él, y ella lo miró, asustada.
“Es que... ¡mi mamá está en peligro! ¡Ella no contesta! ¿Puede ayudarnos, por favor?”.
“Claro, por supuesto... ¿Qué le pasó a tu mano, por cierto?”, preguntó el hombre, notando que la mano de la niña estaba magullada.
“Mami y yo”, sollozó, “regresábamos de casa de la abuela, y el auto... acaba de chocar. ¡Mami está muy herida y yo tengo miedo y frío!”.
“¡Dios!”, dijo David quitándose el abrigo y colocándolo sobre los hombros de la niña. “¿Puedes guiarme adonde está tu mami?”, preguntó él. “Puedo llamar a la ambulancia y ayudarla”.
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La pequeña asintió. “Creo que ella está allá”, respondió, señalando con el dedo.
“Tengo mi autobús estacionado aquí mismo. Entremos allí, cariño. ¡Hace mucho frío aquí! Puedes indicarme hacia dónde es mientras conduzco, ¿de acuerdo?”, le dijo a la niña.
“Está bien”, contestó ella.
Entonces, después de rescatar a Mia, de 5 años, de la tormenta de nieve, David la llevó a su autobús y, con las indicaciones que ella le dio, logró llegar al sitio donde estaba el automóvil accidentado de su madre. El vehículo se había estrellado contra un poste.
“¡Ese es el auto de mamá! ¡Estaba preocupada, así que fui a pedir ayuda!”, dijo la pequeña.
Antes de salir, David llamó al número de emergencias. Luego corrió hacia el automóvil, donde descubrió a la madre de la niña, inconsciente y gravemente herida en el asiento del conductor.
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El hombre la sacó del auto con mucho cuidado y la subió al autobús para no dejarla expuesta en la tormenta. Cuando llegaron los paramédicos, la subieron a la ambulancia.
David se quedó con la niña, cerró su autobús y la acompañó mientras los paramédicos llevaban a su madre al hospital. El hombre encontró en su auto el teléfono de la mujer, pero estaba muerto y no quería dejar sola a Mia.
“¿Mamá estará bien, David?”, preguntó la pequeña después de llegar al hospital, mientras esperaban sentados afuera de la habitación de su madre. “¡Estoy preocupada!”.
“¡Tranquila, cariño! ¡Ella estará bien! No te preocupes”, la tranquilizó él, aunque no estaba seguro. Esperaba que todo saliera bien y que la madre de la niña se recuperara.
“¡Dios mío!”, comenzó a orar él en silencio. “¡Ayuda a la pobre mujer! ¡Su pequeña hija te está pidiendo ayuda! ¡Por favor, no las abandones!”.
Afortunadamente, las oraciones de David fueron respondidas. Un par de horas más tarde, recibió la noticia de los médicos de que la madre de Mia, Laura, había recuperado el conocimiento y estaba fuera de peligro.
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Cuando David y Mia visitaron a la mujer, la niña corrió hacia su madre y la abrazó. “Mami, ¿estás bien?”, preguntó ella. “¡David nos ayudó, mami!”.
Laura miró al hombre con agradecimiento. “Gracias, David”, le dijo ella. “Escuché de los médicos que me trajiste aquí. No puedo estar más agradecida”.
“No hay de qué”, dijo David con una sonrisa. “Si no hubiera sido por la ayuda de Mia, nunca hubiera podido ayudarte. ¡Es una niña inteligente!”.
Laura sonrió débilmente. “Eres un hombre amable”, agregó.
“Gracias. La policía estará aquí pronto. Fue un accidente, así que...”.
“Lo sé”, dijo ella. “Yo me encargaré de eso”.
“Si no te importa decirme”, dijo él. “¿Cómo se estrelló tu auto? Estabas en muy mal estado cuando te encontré”.
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“No podía ver bien la carretera. Salí de casa de mi madre antes de que empeorara el clima. Luego comenzó la fuerte nevada y… estaba cansada. No fui lo suficientemente cuidadosa”, dijo ella
“Pero ¿y tú? ¿Qué estabas haciendo en medio de una tormenta de nieve? ¡En este momento, se supone que todos en la ciudad deben estar refugiados!”.
“Bueno, iba camino a una entrevista de trabajo en otra ciudad”.
“¡No puede ser! ¿Te perdiste la entrevista por mi culpa? Dios, me siento muy mal por eso”.
“No te preocupes. Simplemente… ese trabajo no estaba destinado a ser para mí. Me siento mal por no poder ayudar a mi hijo. Necesitaba conseguirle un abogado y el dinero para pagarlo, pero...”.
“¿Un abogado?”, preguntó Laura. “¡Puedo ayudar con eso! ¡Confía en mí!”.
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Resultó que Laura era una abogada experimentada. David le contó sobre el caso de Brian y ella accedió a ayudarlo.
El pobre conductor de autobús comenzó a llorar sin poder contenerse cuando ella dijo que no le cobraría ni un centavo porque él le había salvado la vida. Era su manera de devolverle su amabilidad.
Y bueno, gracias a su ayuda, el hijo de David fue absuelto. Había sido acusado falsamente por un grupo de adolescentes de la misma escuela que él y, finalmente, esos adolescentes malvados tuvieron que pagar por sus acciones.
Por su parte, el hombre, que era padre soltero de Brian, salió lleno de orgullo de los tribunales junto a su hijo. El bien había triunfado sobre el mal, y la bondad de David había regresado a él.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Ayuda a los demás incluso cuando sepas que no pueden devolverte la ayuda: David se detuvo para ayudar a Mia y a Laura, aunque le costara su entrevista de trabajo y su capacidad para ayudar a su hijo. Él hizo eso sin esperar nada a cambio, pero su bondad encontró el camino de regreso a él.
- La bondad genera bondad: David salvó la vida de Laura y ella le devolvió su gratitud ayudándolo con el caso de su hijo.
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