Niño adoptado envía regalos de Navidad a sus amigos en el refugio: luego ellos se unen para recompensarlo - Historia del día

El corazoncito de Cory se compadeció de sus amigos del refugio que no habían encontrado un hogar lleno de amor como él, así que decidió hacer algo especial para ellos una Navidad. Poco sabía el niño que su amor y bondad serían retribuidos por 20 años después.

Mientras los copos de nieve descendían como destellos brillantes desde el cielo esa mañana, Cory bajó corriendo las escaleras de su nuevo hogar y se detuvo en seco frente al árbol de Navidad.

Vio regalos... ¡Eran muchos apilados bajo el árbol! El niño no podía contener su emoción cuando los comenzó a abrir.

"¿Mami? ¿Papi?", preguntó a sus padres, quienes lo besaron y le desearon Feliz Navidad. "¿Todos estos regalos son para mí?".

"Sí, lo son, dulce niño", dijo su madre adoptiva, Heidi. "No sabíamos qué te gustaría, así que te compramos muchas cosas".

Los ojos de Cory se llenaron de lágrimas al mirar los regalos que sus padres le habían dado. Pero pronto, una extraña tristeza se apoderó de su pequeño corazón, y pensó en sus amigos en el refugio que aún no habían encontrado un hogar amoroso...

Cory era un niño pequeño que había estado en un refugio desde que tenía memoria. Cuando Heidi y Samuel lo visitaron y dijeron que lo querían como su hijo, Cory lloró.

"¿Serán mis nuevos mamá y papá?", preguntó entre lágrimas, y la pareja sonrió.

"Sí, cariño", le dijo entonces Samuel. "Queremos llevarte a casa. ¿Te gustaría tenernos como tus padres?".

Cory asintió casi de inmediato y tuvo que dejar a sus amigos para abrazar una nueva vida. ¡El niño lloró cuando Samuel y Heidi le mostraron su nueva habitación con paredes azules y afiches de superhéroes! Ni siquiera tenía su cama en el refugio.

Entonces, cuando Cory vio todos esos regalos, de repente recordó a sus muchos amigos que no tenían cama ni regalos. A veces dormían en el suelo durante el invierno porque el refugio estaba repleto de niños.

"Mami, papi..." dijo Cory, abrazando un regalo. "¿Me compraron regalos porque me aman?".

Heidi y Samuel se rieron. "Por supuesto, cariño", dijo Heidi. "¡Le damos regalos a las personas que amamos! Demuestra que nos preocupamos por ellos. ¡Pero está bien incluso cuando no les damos regalos! A veces, todo lo que tenemos que hacer es decirles que nos importan".

Cory también amaba a sus amigos del refugio. Pero no sabía cómo decirles que los amaba y los extrañaba incluso después de encontrar un nuevo hogar. Entonces lo que hizo fue... planear una sorpresa para ellos, así como sus padres lo sorprendieron a él con regalos.

A partir de ese día, Cory hizo muchos trabajos pequeños y extraños, como ayudar a sus vecinos a llevar la compra y hornear galletas para recaudar dinero para sus amigos pobres, y también ahorró las pequeñas mesadas que recibía de sus padres y abuelos.

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Un año después, en Navidad, corrió hacia sus padres con su alcancía y la dejó caer al suelo frente a ellos.

"¿Cariño que estás haciendo?", preguntó su madre. "¡Rompiste tu alcancía! ¿Por qué... por qué lo hiciste?".

"¡Vamos a comprar regalos, mami!", expresó Cory. "¡Para mis amigos del refugio!".

"¡Oh cariño!", suspiró Heidi. "¡Podríamos haberles comprado regalos sin que rompieras la alcancía!".

"¡Tuve que romperla, mami!", dijo Cory, mientras recogía rápidamente los billetes de dólar y las monedas del suelo. "¡Quería sorprenderlos y darles regalos con mi dinero! ¡Tengo que demostrarles que me importan!, así como yo les importo a ustedes y por eso me dieron tantos regalos el año pasado!".

Samuel se rio. "Estoy orgulloso de ti, campeón", dijo. "¡Eres un niño grande ahora! Entonces, ¿qué quisieras comprarles a tus amigos?".

Ese año, en Navidad, Cory envió regalos a sus amigos del refugio, quienes estaban muy felices. Algunos de ellos incluso lloraron cuando encontraron sus cosas favoritas dentro de los empaques.

"¡Prometemos que nunca olvidaremos tu sorpresa, Cory!", escribieron sus amigos en una carta. "¡Nos pondremos en contacto contigo para una sorpresa más grande!".

Esto sucedió… casi 20 años después. Como adulto, la vida de Cory estaba en ruinas. Aunque perdió a sus padres justo después de graduarse de la escuela secundaria, de alguna manera logró terminar la universidad. Luego conoció a una mujer encantadora llamada Sasha, se enamoró de ella y se casaron. Pero las cosas solo empeoraron con el paso del tiempo.

A la pequeña hija de Cory y Sasha le diagnosticaron leucemia. Debido a que su casa fue destruida por una tormenta, se vieron obligados a vivir en el granero de un vecino mientras luchaban con problemas económicos. No tenían dinero y necesitaban ayuda desesperadamente cuando Cory recibió un paquete de un hombre llamado Sam.

Cuando Cory abrió el paquete, encontró una colcha hecha a mano dentro y una nota. La nota decía:

"Hola Cori,

Soy Sam. Espero que no me hayas olvidado. Me tomó un tiempo encontrarte, pero me alegro de haberlo hecho. ¿Recuerdas ese refugio lúgubre con el terrible cuidador donde una vez vivimos? ¡Hicimos tantos recuerdos allí! Nunca podré olvidar cómo todos nos escondimos en el almacén y compartimos nuestros dulces en Navidad.

Mi esposa, María, tiene un pequeño negocio y hace estos edredones. La Navidad está a la vuelta de la esquina, así que quería regalarte algo. ¡Nunca olvidaré lo amable que fuiste con nosotros! Mi tarjeta con mi número y dirección está dentro del sobre. Llámame cuando estés libre... Me encantaría compartir contigo después de estos años.

Con amor, Sam y María".

Cory lloró cuando vio la colcha y la carta. Necesitaba ayuda. ¿Podría pedirle ayuda a Sam? Cory no estaba seguro, pero lo llamó.

"¡Oye, amigo!", saludó Sam, alegremente. "Estoy muy bien. ¿Cómo estás tú?".

"Yo... necesito ayuda, Sam...", dijo Cory con tristeza mientras explicaba cuál era su situación. Sam accedió a ayudar, pero Cory no tenía idea de que su viejo amigo se pondría en contacto con todos los amigos del refugio y ellos se unirían para sacar a su familia del problema financiero por el que atravesaba.

Uno de los amigos de Cory y Sam era un médico de renombre en un hospital y se ofreció a tratar gratis a la hija de Cory. Los otros amigos juntaron dinero y reconstruyeron su casa.

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Poco a poco, la vida de Cory volvió a la normalidad gracias a sus amigos. Cuando Cory les preguntó por qué lo ayudaron incondicionalmente después de todos estos años, dijeron:

"¿Recuerdas que nunca nos olvidaste después de encontrar un nuevo hogar? Queríamos devolverte tu acto de bondad. Tarde o temprano, todos acordamos ayudarte y unimos nuestras fuerzas. Gracias por hacer que nuestra Navidad fuera más brillante en ese entonces, Cory. Nos diste una oportunidad de hacer esta Navidad más brillante para ti”.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Seamos un Cory en la vida de alguien y alegremos la vida de una persona: Fue muy considerado por parte de Cory comprar regalos para sus amigos. ¡Fue un chico muy dulce! ¡Incluso rompió su alcancía por eso!

• Cuando das amor incondicional a alguien, ese amor vuelve a ti: Cory no se olvidó de sus amigos del refugio después de encontrar un hogar, y ese amor volvió a él cuando más lo necesitaba.

Comparte est historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Esta pieza está inspirada en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrita por un escritor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes son sólo para fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si desea compartir su historia, envíela a info@amomama.com.