Viudo en duelo nota que a diario se pierde ropa de su difunta esposa en casa - Historia del día
Después de notar que dos de las prendas de vestir de su difunta esposa habían desaparecido misteriosamente, un viudo instaló una cámara oculta en su habitación y se enteró de algo inesperado.
Perder a su esposa diez años después de su matrimonio fue un evento impactante en la vida de Alex. Amaba mucho a Mary, y no estaba listo para vivir sin ella.
Un año después de su matrimonio, nació su hija, Elisa. Perder a su madre a tan tierna edad le trajo mucho dolor a la pequeña. Extrañaba a su madre todos los días y no podía entender por qué se había ido tan pronto.
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La niña de 9 años nunca hablaba de lo que estaba sintiendo con sus amigos. También dejó de compartir sus sentimientos con Alex, a pesar de que él hizo todo lo posible para que su hija se sintiera mejor.
Solamente le hizo una petición: "Papá, no quiero que sigas trabajando de policía", le dijo con un dejo de desesperación en su voz.
Alex pasaba la mayor parte del día en la estación de policía. Era el jefe del departamento y, a menudo, se ocupaba de criminales peligrosos. "No te preocupes, cariño. Tu papá está a salvo en el trabajo", le dijo a su hija.
La pequeña temía perder a su padre porque él lidiaba con delincuentes a diario. Ella pensaba que lo lastimarían y él la dejaría al igual que su madre.
Un mes después del fallecimiento de su esposa, Alex abrió el armario de su esposa. Estaba buscando un documento perdido cuando notó algo extraño.
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"¿A dónde se fue su chaqueta amarilla?", se preguntó.
Alex le había regalado una hermosa chaqueta amarilla a su esposa en su cumpleaños y ella la había colgado en su armario. Estaba seguro de haberlo visto unos días antes, pero ya no estaba.
Confundido, cerró el armario de su esposa después de encontrar el documento que había estado buscando. Unos días después, volvió a abrir el armario y notó que faltaba el suéter azul de su esposa.
"¡Eso es extraño!", dijo mientras revisaba la ropa de invierno en el armario. "Creo que estaba colgado aquí cuando abrí el armario hace unos días".
Más tarde esa noche, a Alex se le ocurrió una idea para resolver el misterio de la ropa desaparecida. Como solo él y Elisa vivían en la casa, estaba seguro de que su hija estaba detrás de eso.
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"Instalar una cámara oculta en mi habitación sería una buena idea", pensó Alex.
Compró una cámara al día siguiente, y la instaló mientras Elisa estaba en la escuela; luego se fue a trabajar. Esa noche, reprodujo la grabación de la cámara y vio a su hija entrar a su habitación después de regresar de la escuela.
Las imágenes de la cámara la mostraron abriendo el armario de Mary. Luego, sacó uno de los suéteres de su madre, cerró el armario y salió de la habitación.
"¿Por qué Elisa está tomando la ropa de Mary?", se preguntó Alex, mientras se rascaba la cabeza.
"Necesito averiguar qué está pasando aquí".
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Al día siguiente, Alex se quedó en casa y fingió que no se sentía bien. Le preparó el desayuno a Elisa y le dijo que no iría a trabajar.
"Papá, me quedaré después de la escuela para mi clase de canto", dijo Elisa. "Llegaré tarde a casa".
"Está bien, cariño". Alex sonrió antes de despedirse.
"¿Clase de canto? Elisa nunca se interesó por el canto", pensó Alex. Sospechaba que su hija le acababa de mentir y decidió averiguar la verdad.
Por la tarde, Alex fue a la escuela de la niña y se ocultó en un rincón. Observó con atención al grupo de niños, hasta que, unos minutos más tarde, vio a Elisa salir sola del edificio con el suéter de su madre en la mano.
"¿A dónde va?", susurró Alex.
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Luego, comenzó a seguir a su hija, asegurándose de que ella no notara su presencia. Después de caminar detrás de ella durante unos minutos, Alex entendió a dónde iba Elisa.
Diez minutos después, Alex estaba parado afuera del cementerio donde había enterrado a su esposa. Observó a su hija llorar y colocar el suéter sobre la tumba de su madre.
"Te extraño mucho", lloró Elisa. "Desearía que no me hubieras dejado tan pronto".
Ver llorar a su hija emocionó a Alex, y entró al cementerio para abrazar a su pequeña. "Papá, ¿qué haces aquí?", preguntó Elisa.
"Quiero hacerte la misma pregunta, cariño", sonrió. "Sé que me mentiste sobre la clase de canto".
"Echaba de menos a mamá", respondió Elisa.
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"¿Y qué hay de este suéter?", preguntó Alex. "Sé que has estado sacando los suéteres de tu madre de su armario".
"Solo quería que mamá estuviera calentita en el cielo", Elisa miró la tumba de su madre. "Le traje estos suéteres".
Alex no pudo controlar sus emociones después de escuchar la respuesta de su hija. La abrazó con fuerza y le dijo que no se preocupara por su madre.
"¡Tu mamá está tan orgullosa de ti, Elisa!", le dijo.
"Extraño mucho a mamá, y creo que tú…". Las palabras de Elisa se apagaron y comenzó a llorar histéricamente.
"¿Qué hay de mí, cariño?", preguntó preocupado.
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"Creo que también me dejarás", dijo. "Atrapas a los malos y pienso que podrían hacerte daño. No quiero perderte, papá".
Alex abrazó a su hija y le dijo que no la dejaría. "Nadie me va a hacer daño, cariño", dijo.
"Los malos siempre lastiman a los buenos policías. Lo leí en una historia", dijo Elisa. "Te ruego que dejes tu trabajo, papá. Por favor".
"Pero cariño…".
"No quiero perderte", lloró Elisa. "Por favor, deja tu trabajo, papá".
Después de enterarse de los temores de Elisa, Alex decidió dejar su trabajo. Unos meses más tarde, abrió un negocio de autopartes con un amigo y pronto notó un cambio positivo en el comportamiento de Elisa. Dejó de sentir miedo y volvió a ser la misma niña de antes.
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¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Ciertos eventos de la vida pueden desencadenar miedos desconocidos: Cuando Elisa perdió a su madre, enfrentó un miedo incontrolable a que alguien matara a su padre debido a su trabajo.
- Es importante escuchar a la familia: Alex intentó convencer a su hija de que sus temores eran infundados, pero luego entendió que en ese punto debía ceder si quería que Elisa encontrara la paz.
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