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José Hernández y Salomé | José Hernández y Saray. | Foto: Facebook.com/Séptimo Día | facebook.com/upsocl
José Hernández y Salomé | José Hernández y Saray. | Foto: Facebook.com/Séptimo Día | facebook.com/upsocl

Papá nota que la piel de su hija es mucho más clara que la suya, la lleva en secreto a prueba de ADN

Un padre estaba exultante cuando nació su cuarta hija. Sin embargo, su felicidad se vio truncada cuando empezó a notar rasgos físicos diferentes en ella que le hicieron sentir que la niña no era suya. El padre se adentró en una investigación que cambió y entrelazó las vidas de dos familias.

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Una familia de la costa caribeña colombiana sufrió una gran revelación que necesitó grandes cambios cuando un padre dudó de que la niña de su casa, a la que llamaba hija y amaba, fuera suya.

El padre, José Hernández, quería saber desesperadamente si la niña que había criado durante cuatro años, mantenido y protegido, era realmente su hija biológica. El padre se embarcó en una investigación para averiguar la verdad.

José Hernández. | Foto: Facebook.com/Séptimo Día

José Hernández. | Foto: Facebook.com/Séptimo Día

La hija de José, Salomé, nació el 21 de marzo de 2016, aproximadamente a las 2:50 p.m. en la ESE Hospital Niño Jesús de la ciudad de Barranquilla. El padre no estuvo presente en el momento del nacimiento de la niña, pues se encontraba en su trabajo, pero recibió la noticia con gran felicidad.

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José dijo que todo estaba bien cuando nació Salomé, ya que el nacimiento se registró a su nombre y todo transcurrió con normalidad. Sin embargo, admitió que desde el primer momento en que la vio, sintió en su interior que algo no iba bien.

Por qué tenía dudas sobre su hija

Lo primero que José detectó que no estaba bien en Salomé fue su aspecto físico. Notó que sus pies no tenían el rasgo único que compartían sus otras hijas. José ya tenía tres hijas, y la que le planteaba dudas era su cuarta hija.

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José desestimó la primera señal de alarma, ya que sus emociones eran fuertes y siguió cuidando y queriendo a Salomé. Sin embargo, con el paso del tiempo, la sensación de que no era suya se hizo más fuerte.

José Hernández y Saray | Foto: Facebook.com/Séptimo Día

José Hernández y Saray | Foto: Facebook.com/Séptimo Día

A medida que Salomé crecía, José notó que su piel era más blanca y que los rasgos de su rostro no coincidían con los de sus otras tres hijas. Empezó a preocuparle más su piel clara, que no se parecía a la suya oscura, que hacía que la gente lo llamara “el negro”.

La niña cada día se parecía menos a él. Tampoco se parecía a su madre ni a nadie de su familia. José nunca dejó de cumplir con su responsabilidad como padre de Salomé ni de entablar una relación con ella, pero la idea de que no era su hija echó raíces más profundas en su interior.

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Eventualmente, Ana accedió a que se hicieran una prueba de ADN junto a su niña.

Norelis. | Foto: Facebook.com/Séptimo Día

Norelis. | Foto: Facebook.com/Séptimo Día

En 2019, a finales de mayo, José decidió conocer la verdad sobre Salomé, pues la idea de que no era suya se le hizo insoportable.

El papá le dijo a la madre de Salomé que iba a llevar a la pequeña a Barranquilla para comprarle zapatos nuevos. En lugar de eso, la llevó a un laboratorio de la ciudad para que les hicieran una prueba de ADN. José dijo que estaba impactado por los resultados:

"Cuando recibí los resultados de que la niña era incompatible conmigo, al principio pensé que había sido un engaño, que me estaban tomando por tonto".

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Ana y Saray. | Foto: Facebook.com/Séptimo Día

Ana y Saray. | Foto: Facebook.com/Séptimo Día

Después de que la prueba de ADN confirmara sus dudas, José fue a enfrentarse a la madre de Salomé, Norelis. Le exigió la verdad sobre su hija, pensando que le había mentido.

Sin embargo, Norelis también estaba conmocionada por la noticia y aseguró a José que no había estado con nadie más, por lo que Salomé era su hija. José no estaba convencido y le dijo a Norelis que si no tenía nada que ocultar, entonces también debería hacerse una prueba de ADN.

El 25 de junio de 2019, los resultados de la prueba salieron a la luz mostrando que Norelis era 99 por ciento incompatible con su hija, conmocionando aún más a la familia.

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Conociendo la verdad

Confundido por los alucinantes resultados de la prueba de ADN, José se preguntó: "¿Dónde está mi hija?". Para encontrar respuestas, se embarcó en otra investigación para encontrar a su hija biológica.

José utilizó los documentos de identidad de Salomé para presentar un recurso que obligara al hospital a entregarle los registros de todos los partos naturales y por cesárea ocurridos entre el 20 y el 22 de marzo de 2016. El padre quería encontrar las pistas que lo llevaran hasta su hija biológica.

El 19 de septiembre de 2019 recibió los registros que le indicaban que el 21 de marzo de 2016 habían nacido cinco niñas y dos niños.

José Hernández con Saray y Salomé. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

José Hernández con Saray y Salomé. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

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José decidió llevar a cabo su propia investigación a pesar de las objeciones de Norelis. Ella no quería seguir con la búsqueda porque no tenía grandes esperanzas de encontrar a su hija biológica. Además, ya quería a la niña que había criado como propia durante cuatro años.

Decidido a encontrar a su hija biológica, José continuó con su investigación, centrándose únicamente en las niñas nacidas ese día. Se decidió por un nacimiento registrado pocos minutos después del de Salomé. La madre biológica registrada era Ana Cecilia Cano, que vivía en Chimichagua, un pequeño pueblo del Cesar.

José la encontró en Facebook y en su foto de perfil aparecía con una niña. José miró la foto de la pequeña y vio que sus rasgos eran parecidos a los suyos. Se convenció de que esa niña, que parecía tener la misma edad que debía tener su hija biológica, era su hija.

José Hernández con Saray y Salomé. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

José Hernández con Saray y Salomé. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

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El padre empezó a enviar mensajes a Ana junto con fotos de Salomé. Ana tardó 20 días en contestar, pues tenía miedo del hombre que decía ser el padre biológico de su hija. Los dos siguieron intercambiando muchos mensajes y fotos de Salomé.

Eventualmente, Ana accedió a que se hicieran una prueba de ADN junto a su niña. Los resultados de la prueba de ADN revelaron que la pequeña, a la que Ana había llamado Saray, era hija biológica de José y Norelis. Los resultados también mostraron que Ana era la madre biológica de Salomé.

Las dos familias, ahora permanentemente cambiadas, se enfrentaron a una difícil decisión sobre cómo criar a sus hijas. Las madres se negaron a intercambiar a las niñas porque habían aprendido a querer a la que habían estado criando.

José Hernández. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

José Hernández. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

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Por otro lado, José admitió que quería a Salomé, pero que quería dedicarse a criar a su hija biológica, Saray. Añadió que ya había perdido años con Saray y no quería perder más:

“De corazón, quiero tener a mi niña biológica, no puedo pretender quedarme con las dos niñas porque hay otra familia que también la necesita. Pero sí quiero tener a mi hija biológica y también estar presente en la vida de la hija que he criado hasta ahora”.

José ya ha tenido a las dos niñas en su casa de Santo Tomás. Salomé y Saray se han aceptado como hermanas. José añade que Saray ya se ha hecho a la idea de que él es su padre biológico. Dice que las dos familias se llevan muy bien.

José Hernández con Saray y Salomé. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

José Hernández con Saray y Salomé. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

Ana y Norelis, las madres de las dos niñas, tuvieron dificultades para intercambiar a sus hijas, a las que habían criado y consideraban suyas. Pero por mucho que las madres no quisieran intercambiar a sus hijas, se vieron obligadas a hacerlo legalmente.

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Un juez dictaminó que Saray debía ser entregada a su madre biológica, y Salomé devuelta a sus padres biológicos. También se corrigió el acta de nacimiento de las dos niñas y se cambiaron sus apellidos.

José estaba lleno de tristeza cuando devolvió a Salomé a Ana, a la que ha amado con todo su corazón. Sin embargo, se alegró de llevarse a Saray a casa, llamándola su "princesa".

José Hernández con Saray y Salomé. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

José Hernández con Saray y Salomé. | Foto: Facebook.com/Primer Impacto

Saray y Salomé viven ahora con sus padres biológicos, a unas 8 horas de distancia. Sin embargo, a pesar de la orden del juez, José dijo que quería seguir criando a Saray y Salomé como si fueran hermanas.

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