Niña de 3 se despierta en su propio funeral tras médicos alejarla del abrazo de su mamá y declararla muerta

• La pequeña Camila estaba entusiasmada con su primer día de guardería.
• Empezó a sentirse enferma, así que su madre la llevó corriendo al hospital, pero pronto la declararon muerta.

La pequeña Camila Peralta acababa de cumplir tres años y estaba emocionada por empezar una nueva aventura en el jardín de infancia. Su madre, Mery Mendoza Peralta, reveló que su hija no podía dejar de hablar sobre el comienzo de su primer día en el jardín de infancia.

De hecho, Camila estaba tan emocionada que quería presentarse preparada y lo más informada posible. Su madre dijo que tenía libros que quería estudiar para no parecer "tonta" en la escuela.

Peralta había equipado a su hija con todos los libros necesarios para aprender las letras, colorear y leer. Estaba aún más emocionada por enseñar sus coloridas fiambreras en el colegio.

Pero antes de que Camila pudiera siquiera experimentar el jardín de infancia, su madre dijo que empezó a presentar síntomas como dolor de estómago, fiebre y vómitos.

Naturalmente, la madre llevó rápidamente a su hija al pediatra más cercano a la comunidad la Herradura del municipio de Villa de Ramos, México. Sin embargo, no sabía que este sería el comienzo de un proceso emocionalmente agotador.

Visita a hospitales y muerte trágica

Cuando Camila y su madre llegaron al pediatra, les recomendaron ir a un hospital, ya que la niña presentaba graves signos de deshidratación.

Peralta hizo lo que le dijeron y se dirigió al más cercano, el Hospital Básico de Salinas de Hidalgo, donde esperaba que examinaran y curaran a su hija.

Cuando los profesionales atendieron a la niña de tres años, la cubrieron con toallas húmedas para bajarle la fiebre. Luego enviaron a Peralta a comprar supositorios. Al cabo de unas horas, le dieron un suero y analgésicos y le dijeron que Camila estaba lista para irse a casa.

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Sin embargo, los padres de Camila no vieron ninguna mejoría en la salud de su hija. Por eso decidieron acudir a otro médico privado, que le recetó nuevos medicamentos, sugirió que comiera más frutas y menos dulces y le recomendó mucha hidratación.

Pero ni las sugerencias alimentarias ni la medicación pudieron detener los vómitos de Camila, así que Peralta decidió llevarla de nuevo al médico privado. Él determinó la emergencia y la ingresó en un hospital. Los médicos conectaron a la niña a una vía intravenosa, pero tardaron más de lo previsto porque las enfermeras no encontraban una vena.

Finalmente, encontraron una, pero Peralta explicó que desconectaron a su hija diez minutos después. Según ella, los médicos no le hicieron un electrocardiograma, que hubiera podido registrar cualquier señal del corazón.

Peralta se acercó a su bebé y la abrazó, y aunque Camila yacía allí indefensa, su madre dijo que sintió cómo intentaba coger fuerzas para abrazarla. Sin embargo, le dijeron que la dejara marchar para que pudiera "descansar en paz".

A los padres de Camila les dijeron que su hija había perdido la vida. A continuación, metieron a Peralta en una habitación y le dijeron que no podía ver a su pequeña. Intentó convencer al médico para verla por última vez, pero fue en vano.

La niña despertó en su funeral

Durante el velatorio, Peralta vio a su hija tumbada dentro de un ataúd con tapa de cristal. Al principio, vio que el cristal estaba empañado y quiso abrirlo, pero sus familiares le aconsejaron que no lo hiciera, pensando que podría estar alucinando por el dolor de perder a su niña.

Al final, su suegra percibió que los ojos de Camila se movían. Rápidamente, le tomaron el pulso y se dieron cuenta de que su corazón seguía latiendo.

La familia llamó inmediatamente a una ambulancia, pero mientras corrían hacia el hospital, el ritmo cardíaco de Camila era cada vez más lento y, cuando llegaron al centro médico, fue declarada muerta por segunda vez.

La familia de Camila tenía ahora dos certificados de defunción, y estaba decepcionada por la inadecuada atención médica recibida. Querían justicia para Camila.

Peralta admitió que no le guardaba rencor a los médicos que no diagnosticaron a su hija ni la trataron adecuadamente.

Todo lo que Peralta quiere es evitar que este tipo de negligencia se repita. Ha presentado una denuncia ante las autoridades del municipio de Villa de Ramos, pero aún no se han puesto en contacto con la familia.

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Peralta estaba triste por haber perdido a su hija, a la que describió como una persona sociable y amable con todo el mundo. Haría cualquier cosa por su inocente hija.

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