Doctora de Hospital Infantil organiza una despedida encantadora para cada niño recuperado - Historia del día

Una entusiasta doctora de un hospital infantil se dio cuenta de que estar en un ambiente tan frío y sombrío deprimía a sus pequeños pacientes. Decidió organizar actuaciones sorpresa para alegrar el ánimo de los niños.

La Dra. Angela era pediatra y trabajaba en un hospital infantil. Siempre le habían apasionado los niños. Si no hubiera perseguido su pasión por la medicina, habría sido maestra de primaria.

El trabajo de la doctora en el hospital infantil no era fácil, sobre todo cuando tenía que tratar con pacientes graves. Se dio cuenta de que el entorno hospitalario asustaba a la mayoría de los niños y les bajaba el ánimo.

Todos los días, la Dra. Angela veía cómo los niños se aferraban a sus padres, lloraban al ver agujas y equipos médicos y se negaban a comer la insípida comida del lugar. No quería que sus pacientes vieran el hospital como un lugar de desesperación, sino como un recinto de esperanza, curación y nuevos comienzos.

Un día, la Dra. Angela tuvo que atender a una paciente difícil. La niña necesitaba ser operada de una pierna rota y se negaba a que nadie la tocara. Gritaba, agitaba los brazos y no se calmaba. Solo cuando su madre prometió llevarla al cine una vez recuperada, se calmó y comenzó a cooperar con el personal.

Aquella experiencia dio una idea a la Dra. Angela. Se dio cuenta de que los niños eran seres visuales a los que les gustaban las historias y los espectáculos. Empezó a formular un plan para los niños, desde que ingresaban en el hospital hasta que les daban el alta.

Convocó a los directores de los hospitales y a sus colegas a una reunión y les propuso su idea. "Todos los días vemos a niños llorando que rechazan el tratamiento porque tienen miedo. La idea de estar en el hospital les produce algo negativo, y creo que es hora de hacer algo al respecto", empezó diciendo.

Los directores se miraron unos a otros cuando dijo esto, pues sabían que el plan de la Dra. Angela tenía potencial en cuanto empezó a hablar de él. "Cuéntenos más", le pidieron.

La Dra. Angela compartió con entusiasmo sus ideas en la reunión, donde habló apasionadamente de por qué creía que era importante tener un programa establecido para sus pequeños pacientes.

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Cuando terminó, todos estuvieron de acuerdo en que el plan era una buena idea. Los directores le dieron el visto bueno y le pidieron que dirigiera todo el programa.

El primer día del programa, un niño ingresó en el hospital por una enfermedad respiratoria. Estaba frenético y tenso, y se negaba a cooperar con los médicos y las enfermeras. "¡No! ¡Tengo miedo! Quiero irme a casa", gritaba.

Angela entró en su habitación y le aseguró que todo iba a salir bien. "No tengas miedo, cariño", le dijo, tratando de tranquilizar al niño. "Tengo un par de amigos que quieren saludarte. ¿Por casualidad sabes quiénes son Los Vengadores?", preguntó.

Los ojos del chico se abrieron de par en par. "¿Los Vengadores están aquí?".

La doctora asintió. "Han venido a visitarte. ¿Quieres que entren en tu habitación? Creo que quieren saludarte", sonrió.

El niño, emocionado, asintió con la cabeza y empezó a calmarse. Dejó de llorar y miró emocionado la puerta, esperando a los artistas.

"¿Esta es la habitación de Steve?", preguntó un hombre vestido de Capitán América. El niño se quedó boquiabierto y asintió con la cabeza.

"¡Nos llamamos igual!", chilló.

"Pues sí. Soy el capitán Steve Rogers, el Capitán América para muchos. Conmigo están mis amigos Iron Man, Hulk, Viuda Negra, Ojo de Halcón y Thor. Hemos venido a darle la bienvenida a tu habitación temporal", le dijo el artista.

El pequeño paciente habló con los artistas durante un par de minutos, y fue evidente que la energía de la habitación pasó de la tensión a la calma. Pidió a los superhéroes que volvieran, y ellos prometieron hacerlo y le pidieron que cooperara con los médicos y las enfermeras para su tratamiento.

Durante toda su estancia en el hospital, Steve se mantuvo cooperativo y valiente, inspirado por Los Vengadores que había conocido. Cuando terminó el tratamiento, los superhéroes volvieron a visitarle y le interpretaron una canción. El niño estaba encantado y se moría de ganas de contar a sus amigos del colegio que había conocido a Los Vengadores.

Tras la puesta en marcha del programa, todos los médicos, enfermeras y directores notaron cambios drásticos en el estado de ánimo de los niños con los que trabajaban. Ya no temían el hospital. En su lugar, se sentían cómodos en sus habitaciones, gracias a la visita de sus personajes favoritos.

Al personal también les resultaba más fácil tratar con ellos y, cuando estaban listos para irse a casa, abandonaban el hospital con una sonrisa tras presenciar una actuación de despedida de sus superhéroes.

"Gracias por esta maravillosa estancia. Estoy tan contento de poder volver a andar para convertirme en un guerrero como ustedes", dijo un niño a uno de los personajes disfrazado de su superhéroe favorito. La Dra. Peters no pudo evitar sonreír al oír esto, pues se dio cuenta de que había quitado a los niños el miedo a los hospitales y les había inspirado para soñar y mirar hacia el futuro.

Los padres agradecieron al personal del hospital su servicio ejemplar y su dedicación al trabajo. Dijeron que, para sus hijos, estas eran algo más que actuaciones de despedida, eran la celebración de un nuevo y hermoso comienzo, al recibir el alta hospitalaria.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Amar tu trabajo y apasionarte por él puede conducir a grandes avances. A la Dra. Peters le encantaba ser pediatra, pero no le gustaba la idea de que los niños tuvieran miedo. Decidió idear un plan para que la estancia de los niños en el hospital fuera más cómoda.
• Hay muchas formas de llevar esperanza y consuelo a los niños enfermos y heridos. A nadie le gusta entrar en el hospital; para algunos niños es inevitable la hospitalización, por lo que es importante hacer su estancia más cómoda. La Dra. Angela encontró la forma de hacer agradable su tiempo allí.

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