Mujer de talla grande es rechazada por los padres de su prometido, que luego le ruegan que se case con él - Historia del día

Una mujer de talla grande es rechazada por los padres de su prometido porque quieren que se case con una mujer delgada y atractiva. Poco después, se arrepienten de su decisión y le ruegan que se case con su hijo. Pero para entonces ya es demasiado tarde.

Ben conoció a Stephanie en la universidad y se enamoró de ella. Aunque no tenía la figura de reloj de arena ni el aspecto más despampanante de las otras chicas, era la más bella a sus ojos y la adoraba.

Stephanie también estaba loca por él, y cuando le propuso matrimonio dos meses después de su noviazgo, ella asintió encantada. Ben decidió entonces presentarla a sus padres y la invitó a cenar a casa. Pero sus padres, Stella y Richard, fruncieron el ceño cuando vieron a una mujer de talla grande entrar en su casa con su hijo.

"Ben", susurró Stella cuando entró Stephanie y se acomodó en el sofá del salón. "¿Es la madre de la chica?".

"¿Qué?". Ben enarcó una ceja. "Mamá, ¿qué estás diciendo? ¡Eso es mezquino! Ella ES Stephanie, la chica que quería presentarles a papá y a ti...".

"¡Es demasiado grande, Ben! Y eso la hace parecer demasiado mayor para su edad", le dijo Stella con firmeza. "¿De verdad esperas que la aceptemos como nuestra nuera?".

"¡Mamá!", replicó Ben. "¡Ni siquiera la conoces bien! ¿Cómo puedes juzgarla así? Por favor, ¡basta ya!", murmuró enfadado mientras se alejaba.

Stella y Richard estaban emocionados por ver a la prometida de su hijo, pero no habían previsto algo así. Su percepción de su elección era radicalmente distinta. De hecho, esperaban una mujer esbelta y atractiva, ¡no una persona sedentaria!

Mientras cenaban, Stella se quedó mirando a Stephanie mientras tomaba otra ración de espaguetis y la siguiente rebanada de pan de ajo. Ella y Richard intercambiaron miradas ansiosas y, al cabo de un rato, tomó la palabra.

"Ben", dijo, dejando el tenedor junto al plato. "ESTO TIENE QUE ACABAR...".

Ben dejó de comer y la miró, perplejo. "¿Qué pasa, mamá?".

"Tú y esta chica... ¡No aprobamos su relación!", declaró Stella. "¡No nos importa que sigan siendo amigos, pero tu padre y yo no podemos tolerar esto!".

"Están perdiendo el tiempo aquí, señor y señora Miller".

Stephanie dejó de comer y se quedó tan sorprendida como Ben. "¿He hecho algo malo, señora Miller? Ben y yo nos queremos, y...".

"¡¿Perdón?!". Stella echó la silla hacia atrás y se puso en pie de un salto. "¿Quién te ha dado derecho a interrumpir mi conversación con mi hijo?".

A Stephanie se le humedecieron los ojos. "No era mi intención. Yo... lo siento...".

"¿Lo sientes?". Stella la fulminó con la mirada. "¡Tus disculpas no solucionarán nada! ¿Quieres saber por qué estoy tan cabreada? ¡Pues porque eres DEMASIADO GRANDE y algún día explotarás si sigues comiendo así! ¿No crees que te gusta más la comida que mi hijo?", le gritó a Stephanie, cuyas lágrimas no cesaban. Pero Stella aún no había terminado.

"¿Sabes qué? Vamos al grano, ¿vale? No te quiero en su vida. ¿Lo entiendes? DÉJALO EN PAZ!".

En ese momento, Ben perdió la calma. "¡Mamá! ¡Eso es muy mezquino! Deja de insultarla así!".

"¡Cállate, Ben!", intervino su padre. "¡No le faltes el respeto a tu madre delante de nadie! ¿Has olvidado tus modales?".

Ben no podía creer cómo se estaban comportando sus padres. Stephanie, por su parte, no pudo contener las lágrimas y se marchó bruscamente. "Lo siento, Ben", le dijo antes de marcharse. "¡No tenía ni idea de que me habías invitado para esto! Gracias por insultarme así".

Cuando Stephanie se marchó, Ben estaba furioso. "¿Están completamente locos? ¿Qué acaban de hacer?".

Ben les dijo a sus padres que amaba a Stephanie y que quería casarse SOLO con ella, pero se negaron a escucharle. De hecho, como seguía dependiendo económicamente de ellos, le amenazaron con cortarle el grifo si se casaba con ella. Al final, Ben se vio obligado a romper con Stephanie a pesar de su deseo de casarse con ella.

Stephanie se echó a llorar cuando él le dijo que lo suyo se había acabado. "¡Ben!", le suplicó con los ojos llorosos. "No lo hagas... Podemos solucionarlo. Podemos hacer algo...".

"Lo siento, Steph", dijo él. "Espero que algún día me perdones...".

Tras su ruptura con Stephanie, los padres de Ben le presentaron a la hija de un amigo de la familia, Mia. Era todo lo que los padres de Ben esperaban de su futura nuera: esbelta, guapa y despampanante. Stella y Richard pensaron que era una forma excelente de desviar su atención de la gorda Stephanie.

Pero Mia no se parecía en nada a Stephanie. Era fría, egocéntrica y arrogante. Ben la odiaba y acabó terminando con ella. Cuando sus padres se enteraron, empezaron a gritarle. Pero Ben ya estaba harto.

"¡Basta!", gritó. "¡Están controlando literalmente mi vida! Ni siquiera puedo respirar sin su consentimiento. Habría sido mejor que me hubieran echado...", refunfuñó y se marchó, cerrando la puerta de su habitación tras de sí.

A partir de aquel día, Ben empezó a mantener las distancias con Richard y Stella, y apenas les dirigía la palabra. Además, parecía agitado todo el tiempo.

Richard y Stella acabaron reconociendo que estaban alejando a su hijo de ellos, lo que les hacía sentirse fatal. Así que decidieron enmendar sus errores y fueron a ver a Stephanie. Poco imaginaban lo que les esperaba...

Stephanie se quedó perpleja cuando oyó sonar el timbre aquella mañana, porque no esperaba ninguna visita. Lo que más la sorprendió fue ver a los padres de Ben en su porche. "¿Señor y señora Miller? ¿Qué hacen aquí?".

Richard y Stella intercambiaron una mirada incómoda. "Pedimos disculpas por lo ocurrido la última vez", dijo Stella. "Ahora comprendemos que Ben nunca amará a alguien tanto como te ama a ti. Por favor, perdónanos y cásate con él. Te lo rogamos....".

Pero Stephanie se negó. "Lo siento, señor y señora Miller, pero no voy a volver con Ben. Si me quisiera de verdad, habría luchado por mí en vez de abandonarme".

"Pero cariño...".

"Están perdiendo el tiempo aquí, señores Miller", les cortó ella. "Lo siento, pero ahora tengo a alguien en mi vida...".

Richard y Stella se fijaron en un joven que preparaba el desayuno cuando Stephanie abrió más la puerta. "Tom y yo estamos juntos ahora y somos felices", reveló Stephanie. "Es más, él y sus padres me quieren por lo que soy. Así que, por favor, no vuelvan a molestarme nunca más".

Y Stephanie cerró la puerta de un portazo. Los padres de Ben comprendieron que ellos eran los culpables de la desgracia de su hijo, pero poco podían hacer al respecto.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• Tus hijos tienen derecho a ser felices y a decidir por sí mismos. Stella y Richard abrieron una brecha entre Ben y Stephanie porque ella no se ajustaba a sus normas. Sus acciones afectaron mucho a Ben, que acabó distanciándose de ellos.
• La belleza está en el interior. Al final, Stephanie encontró a alguien que la admiraba por lo que era y podía defenderla: Tom vio la belleza que había en ella y que los padres de Ben no pudieron ver.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Si te ha gustado esta historia, quizá quieras leer otra sobre una mujer que solo puede permitirse comprar una comida para sus tres hijos se echa a llorar cuando uno de ellos dice que quiere un pastel por su cumpleaños. Alguien interviene para ayudarla y salvar el día.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.