logo
página principalHistorias Inspiradoras
Una anciana triste con un jersey de punto | Fuente: Midjourney
Una anciana triste con un jersey de punto | Fuente: Midjourney

La abuela vio que donaron el jersey que tejió para su nieta y decidió que era hora de hablar de agradecimiento — Historia del día

author
08 ene 2025
04:15

En una bulliciosa recogida de ropa, Sarah era todo sonrisas hasta que encontró entre las donaciones un jersey de punto que había regalado con cariño a su nieta. Se le encogió el corazón cuando vio las familiares iniciales bordadas, convirtiendo su acto de generosidad en un momento de agridulce reflexión.

Publicidad

Sarah se ajustó las gafas mientras permanecía de pie al borde de la recogida de donativos, aferrada a una abultada bolsa de ropa.

El aire bullía de actividad: la gente charlaba mientras rebuscaba entre los montones de artículos donados, y los voluntarios se apresuraban de un puesto a otro.

Por un momento, Sarah se sintió fuera de lugar, indecisa ante la idea de adentrarse en la escena.

Entonces vio a Emily, su amiga de toda la vida, que la saludaba con entusiasmo desde el otro lado de la multitud.

La energía de Emily era siempre contagiosa, y Sarah sintió que sus nervios se calmaban al acercarse.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Publicidad

"¡Sarah! Me alegro mucho de que hayas venido". sonrió Emily, que prácticamente saltaba cuando se acercó a saludarla.

"Hola, Emily", respondió Sarah con una sonrisa, sintiéndose un poco más ligera.

"Sí, pensé que ya era hora de salir de casa. Y ayudar en una recogida de ropa me pareció una forma significativa de pasar el día. Gracias por convencerme para venir".

Dejando la bolsa sobre la mesa, Sarah la palmeó suavemente. "Son cosas que ya no necesito. Con suerte, le serán útiles a alguien".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Emily se inclinó para mirar dentro. "Sarah, ¡qué generosa eres! Gracias. Están en muy buen estado".

Publicidad

Las mujeres trabajaron codo con codo, clasificando ropa y ayudando a la gente que se acercaba al puesto.

Las alegres bromas de Emily ayudaron a Sarah a relajarse, y la satisfacción de devolver algo la reconfortó.

Pero mientras trabajaban, Sarah se dio cuenta de que se acercaba un hombre alto. Llevaba una bolsa grande y tenía una expresión seria, casi severa.

Sarah se puso un poco rígida, insegura de sus intenciones, pero él se limitó a dejar la bolsa sobre la mesa y a saludar a Emily con la cabeza.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"¡Gracias, Pete!", exclamó Emily alegremente.

Sarah miró a Emily, curiosa. "¿De dónde ha salido todo esto?".

Publicidad

Emily se rio mientras abría la bolsa.

"Pusimos un cajón de donaciones cerca de los contenedores. ¡No te creerías la calidad de las cosas que tira la gente! Al menos así tienen una segunda oportunidad de ayudar a alguien".

Sarah asintió, intrigada. Cuando empezaron a ordenar el contenido de la bolsa, sacó un jersey de punto.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Se le hizo un nudo en la garganta. No era un jersey cualquiera: era suyo. Lo levantó y pasó los dedos por el suave hilo.

Las iniciales bordadas en el dobladillo lo confirmaron: era el jersey que había confeccionado con tanto esmero para Violet, su nieta.

Publicidad

"Es exactamente igual que el que le regalé a Violet", dijo Sarah, con la voz ligeramente temblorosa.

"¿Violet? ¿Tu nieta?", preguntó Emily, echando un vistazo al jersey. "¡Qué casualidad que alguien haya donado uno tan parecido!".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Pero Sarah negó lentamente con la cabeza. "No es una coincidencia. Éste es el jersey".

La expresión de Emily decayó al darse cuenta. "Oh, no... No puede ser. Nunca descartaría tu regalo, ¿verdad? ¿Estás completamente segura?".

Sarah señaló las iniciales. "Estoy segura", dijo en voz baja, con un dejo de tristeza en la voz.

Emily alargó la mano para tocar el brazo de Sarah. "Lo siento mucho, Sarah".

Publicidad

Forzando una leve sonrisa, Sarah respondió: "No pasa nada. Quizá le picaba demasiado... o no era su estilo".

Su intento de quitárselo de encima sonó vacío, incluso para sí misma. Dobló el jersey con cuidado y lo dejó a un lado, pero el peso de su presencia persistía en su corazón.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

En casa, la luz del sol de la tarde se colaba a través de las cortinas de encaje, proyectando suaves dibujos en las paredes del salón.

Sarah estaba sentada en su sillón favorito, con una taza de té enfriándose en la mesa auxiliar. Sus agujas de tejer descansaban en su regazo, intactas.

Había colocado ordenadamente a su lado el jersey que encontró en la recogida de donativos.

Publicidad

De vez en cuando, sus ojos se desviaban hacia él, y las familiares iniciales bordadas le daban un tirón en el corazón.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Con un suspiro, cogió el teléfono y se puso las gafas de leer para marcar cuidadosamente el número. Agarró el auricular con fuerza y esperó a que sonara la línea.

"¿Diga?", sonó una voz brillante pero apresurada. "¿Abuela? ¿Qué pasa? Estoy ocupada".

Sarah sonrió débilmente, aunque sabía que Violet no podía verlo.

"Hola, Violet, querida. No te robaré mucho tiempo. Sólo quería preguntarte qué te parece el jersey que te regalé. ¿Te lo has puesto?".

Publicidad
Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Hubo una pausa al otro lado, lo bastante larga como para que Sarah se sintiera incómoda.

"¿El jersey? dijo por fin Violet, con un tono de repente más ligero. "Sí, claro, abuela. Es estupendo. Me lo pongo siempre".

"¿De verdad?", preguntó Sarah, con la voz suavizada por la esperanza.

"Sí, de verdad. Lo siento, abuela, pero ahora tengo que irme. Hablaremos más tarde, ¿vale?".

"Por supuesto, cariño", dijo Sarah en voz baja, pero la línea ya se había cortado.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Publicidad

Bajó el teléfono lentamente y volvió a mirar el jersey. Rastreó las delicadas iniciales con las yemas de los dedos, y el peso de las palabras no dichas se asentó en su pecho.

Al día siguiente, el aire era fresco y desprendía el leve aroma de las hojas otoñales mientras Sarah se dirigía a casa de su hijo Robert.

Sus pasos eran pausados, con la pequeña bolsa de regalos balanceándose suavemente en la mano. Dudó un momento antes de llamar al timbre.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Cuando Robert abrió la puerta, levantó las cejas, sorprendido.

"¿Mamá? ¡Hola! Deberías haber llamado antes. ¿Qué te trae por aquí?", preguntó, haciéndose a un lado para dejarla pasar.

Publicidad

"No me quedaré mucho tiempo", dijo Sarah en voz baja, con una sonrisa cálida pero vacilante. Le tendió la bolsa. "Sólo quería dejarle algo a Violet".

Robert cogió la bolsa y la miró con curiosidad. "Eres muy amable, mamá. Pero, ¿no le habías regalado ya aquel maravilloso jersey? La estás malcriando".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sarah respiró profundo y su expresión vaciló. "No creo que le gustara el jersey...".

Robert frunció el ceño y agudizó el tono. "¿Por qué piensas eso?".

Ella suspiró, mirándole a los ojos. "Lo encontré ayer en la recogida de donativos. Alguien lo había tirado".

Publicidad

Su rostro se ensombreció y su mandíbula se tensó. "¿Qué? ¿Tiró tu regalo? Eso es inaceptable".

"Por favor, no exageres", suplicó Sarah, poniéndole una mano suave en el brazo. Pero sus palabras no detuvieron a Robert, que irrumpió en la casa con voz atronadora.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"¡Violet! Ven aquí ahora mismo".

"¿Qué? ¿Es importante?". La voz de Violet bajó las escaleras, con tono indiferente.

"¡Ya!" ladró Robert, con evidente frustración.

Violet apareció en lo alto de la escalera, con los brazos cruzados y expresión aburrida. "¿Cuál es el problema?".

Publicidad

Robert no perdió un instante. "¿Dónde está el jersey que te regaló la abuela?".

"En mi habitación, creo. ¿Por qué?". Violet respondió encogiéndose de hombros, con tono indiferente.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"¡No está en tu habitación!". La voz de Robert se hizo más fuerte. "¡Estaba en la colecta de donativos para los sin techo!".

Violet abrió ligeramente los ojos, pero enseguida disimuló su sorpresa con desafío. "¿Cómo sabes eso?".

"Entonces, ¿es verdad?", gritó Robert. "¿Cómo has podido? Discúlpate ahora mismo con tu abuela".

"¡Ni hablar!", espetó Violeta. "¡Ese jersey era feo! Nunca me lo pondría. Al menos ahora podrá usarlo otra persona".

Publicidad

La cara de Robert se puso roja de ira.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"¡Cuidado con lo que dices! ¿Tienes idea del amor que puso en hacerlo para ti? No era sólo un jersey, era un trozo de su corazón".

Ninguno de los dos se dio cuenta de que Sarah salía silenciosamente por la puerta, con un rostro mezcla de tristeza y comprensión.

Depositó la pequeña bolsa de regalo en el porche antes de bajar por el camino y perderse de vista.

Cuando por fin se calmó la discusión, Robert y Violet se fijaron en la bolsa. Violet se agachó y la abrió.

Dentro había un suave jersey comprado en la tienda de su color favorito. Violet abrió los ojos al reconocerlo.

Publicidad
Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"¡Éste es el que he estado pidiendo todo el mes! ¿Cómo lo sabía la abuela?", exclamó sacándolo.

Robert se fijó en la nota doblada que había dentro. La cogió y empezó a leer en voz alta.

"Querida Violet: Siento que el jersey no fuera adecuado para ti. Le he preguntado a tu madre qué querías y te he comprado esto. Espero que te guste. Con cariño, abuela".

Violet se quedó helada, con el jersey nuevo apretado contra el pecho. Su expresión se suavizó y la culpa la invadió como una ola.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Publicidad

Sin decir palabra, se dio la vuelta y salió corriendo por la puerta.

Robert la vio marchar, y su propia frustración se transformó en una tranquila preocupación.

Suspiró, esperando que aquel fuera el momento en que Violet comprendiera por fin lo que significaba realmente el amor de su abuela.

Sarah estaba sentada en su acogedor salón, con el suave chasquido de sus agujas de tejer creando un ritmo relajante mientras trabajaba en un nuevo proyecto.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

La luz del sol de la tarde se colaba a través de las cortinas de encaje, proyectando cálidos dibujos sobre el suelo. Sentía una sensación de paz, mientras sus manos se movían hábilmente sobre el hilo.

Publicidad

El repentino timbre de la puerta la desconcentró.

Sobresaltada, dejó a un lado la labor y se dirigió a la puerta, alisándose el jersey mientras avanzaba.

Cuando la abrió, allí estaba Violet, con un rostro mezcla de determinación y pesar.

"Hola, abuela", dijo Violet en voz baja, sustituyendo su habitual confianza adolescente por algo mucho más tierno.

"Hola, cariño", respondió Sarah, con voz cálida pero cautelosa. "¿Qué tal el jersey?".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"Es precioso", dijo Violet, con voz temblorosa. "Muchas gracias".

Publicidad

Sarah sonrió amablemente, pero esperó, intuyendo que Violet quería decir algo más.

"Abuela", empezó Violet, con las manos agitándose nerviosamente. "He venido a decirte que lo siento. No aprecié el primer jersey que me hiciste".

Era increíble, y sé cuánto amor pusiste en él. Me siento fatal por lo que hice. Si pudiera recuperarlo, lo haría".

Se le llenaron los ojos de lágrimas mientras hablaba, con la voz entrecortada por la emoción. Los ojos de Sarah empezaron a brillar y alargó la mano para tocar suavemente la mejilla de Violet.

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

"¿De verdad?", preguntó Sarah, con una voz llena de calidez y comprensión.

Publicidad

"Sí", dijo Violet con firmeza, asintiendo.

La sonrisa de Sarah se ensanchó mientras se dirigía al pequeño armario que había junto a la puerta. Del estante superior sacó con cuidado el jersey original. Se volvió y se lo entregó a Violet, que lo miró con incredulidad.

"¿Lo has guardado?", susurró Violet, aferrándolo con fuerza.

"Por supuesto", dijo Sarah en voz baja. "Pensé que algún día querrías recuperarlo".

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

Sólo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

A Violet se le iluminó la cara y rodeó a su abuela con los brazos, abrazándola con fuerza. "Gracias, abuela. Gracias por todo".

"De nada, querida", susurró Sarah, estrechándola. "Lo único que quiero es que seas feliz".

Publicidad

En aquel momento, ambas sintieron que el vínculo tácito que las unía se hacía más fuerte, que sus corazones se aligeraban de comprensión y amor.

Dinos lo que piensas de esta historia y compártela con tus amigos. Puede que les inspire y les alegre el día.

Si te ha gustado esta historia, lee ésta: Después de que mi marido de veinte años me dejara, luché por encontrar de nuevo el amor a los cuarenta y uno. Desesperada, me uní a un sitio de citas y conocí a un hombre encantador llamado Juan. Di un salto de fe y viajé a México para darle una sorpresa, pero resultó ser la peor decisión. Lee la historia completa aquí.

Este artículo está inspirado en historias de la vida cotidiana de nuestros lectores y escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o lugares reales es pura coincidencia. Todas las imágenes tienen únicamente fines ilustrativos. Comparte tu historia con nosotros; tal vez cambie la vida de alguien. Si quieres compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

Publicidad
Publicidad
Publicaciones similares