Madre de 39 años se enamoró de su hijo de 21 y ahora están en una relación
La inusual pareja enfrenta cargos de incesto en Nuevo México.
De acuerdo a Daily Mail, el amor entre una madre y un hijo es más fuerte que cualquier otro, pero Mónica Mares y su hijo, Caleb Peterson, le dieron un giro de 180 grados.
Desde 2016, Clovis, Nuevo México, ha sido el escenario de una fuerte disputa legal por la relación amorosa entre Mónica Mares y Caleb Peterson.
La mujer de 39 años y el joven de 21 han decidido gritarle al mundo que están enamorados, a pesar de ser madre e hijo.
Ambos se enfrentan a cumplir un periodo en prisión de hasta 18 meses si son declarados culpables de incesto en el venidero juicio.
La relación entre ellos se hizo pública para crear conciencia en la población sobre el fenómeno de la atracción sexual genética. Dicha anomalía se da entre familiares directos que se conocen de adultos, sin que entre ellos se haya formado un vínculo afectivo que los defina como familiares.
En el caso de Mónica y su hijo, ella dio a luz a los 16 años y entregó a Caleb en adopción, pero 18 años después logró ponerse en contacto con él y conocerlo.
“Es el amor de mi vida y no quiero perderlo. Nada se va a interponer entre nosotros: ni los tribunales, ni la cárcel, ni nada”, afirmó la mujer.
“Cuando salga de la cárcel, me mudaré a un estado en el que nos permitan estar juntos”, concluyó.
Mónica contó que cuando empezaron a pasar tiempo juntos, no solo sintió atracción física por él, sino que empezó a enamorarse del joven, por lo que decidió informarle lo que le sucedía.
Pero lejos de ser rechazada, Caleb confesó a su madre que sentía lo mismo por ella, por lo que a finales de 2015 iniciaron una relación de pareja.
Un vecino de Mónica, decidió dar parte a las autoridades de lo que estaba sucediendo entre ellos, ya que no solo lo consideró contra natural, sino que sabía que contravenía las leyes del estado.
Ambos fueron interrogados por la policía, por lo que después de admitir sus sentimientos y que mantenían relaciones sexuales, fueron acusados de incesto.
“Si me encierran por amor, que me encierren. No podrán separarnos”, sentenció.
Los planes de ambos implican mudarse a un estado en el que puedan vivir su romance sin temor a ser perseguidos, ya que aunque el incesto es penado en todo el territorio estadounidense, las leyes varían de acuerdo al estado en el que se encuentren.