Heroica viuda logró darle educación universitaria a sus 11 hijos a pesar de ser muy pobre
Muchos ponen innumerables excusas para no progresar en sus vidas, pero esta indetenible mujer brasilera guió a sus numerosos hijos para hacerse profesionales.
Marlene de la Costa Maciel, de 59 años de edad, es viuda desde hace tres años. Ella y su marido tuvieron 14 hijos en condiciones de pobreza muy severa, pero se las arreglaron para lograr que 11 de ellos, hasta ahora, hayan cursado estudios universitarios.
Historias.Guru reportó que Maciel y su marido, quienes habían iniciado su familia en el Seringal Extrema, en el Río Moa, Brasil, se trasladaron a una propiedad rural en el Ramal Macazeiral, ayuntamiento de Cruzeiro do Sul cuando sus hijos empezaron a crecer.
La razón de la mudanza se debió a que la pareja tenía la esperanza de que sus hijos pudieran estudiar en la universidad y tener mejores oportunidades en la vida que la que ambos padres pudieron tener.
Con inimaginables esfuerzos y un gran espíritu de comunidad, esta familia prosperó, y gracias a la obstinación de los padres, once de los hijos recibieron educación universitaria, dos están a punto de terminar la universidad, y el más joven aún está en secundaria.
Desafortunadamente, el esposo de Maciel, quien es reconocida en la localidad como una madre ejemplar y ‘guerrera’ por haber sacado adelante a sus hijos, falleció en 2015, sin alcanzar a ver los más recientes logros cosechados por su descendencia.
"Mi marido afirmaba que o bien ponía a todos en la escuela, o bien no ponía ninguno. Plantamos mucha roza para hacer harina," cuenta la orgullosa mujer, quien ya se ha retirado de su empleo y casi ha terminado de garantizar el futuro de sus hijos.
"Quienes estudiaban de mañana trabajaban en la tarde, y quienes estudiaban en la tarde trabajaban por la mañana. Como no había ropa suficiente para todos, cuando unos llegaban le prestaban la ropa a los otros para que pudieran salir", recordó.
Geovane Maciel, uno de los hijos de la pareja y hoy en día escudero de la Policía Civil de Cruzeiro do Sul, recordó que su madre parecía hacer magia con muy escasos insumos para alimentar a la extensa familia.
"Hoy lo recordamos con risas, pero hubo momentos muy difíciles. Imagino cuánto habrá sufrido nuestra madre. Muchas veces nuestra madre hacía farofa con un solo huevo para que comieran 7 personas. Nadie veía la yema", reveló el oficial.
Las condiciones en las que crecieron crearon un vínculo muy especial entre los hermanos que se reflejó en su elección de profesión. Siete de ellos trabajan en organismos de seguridad pública del estado.
"El día de hoy tengo cuatro en la Policía Civil, dos en el IAPEN (Instituto de Administración Penitenciaria) y una en el Cuerpo de Bomberos. Siento mucha emoción. Siento mucho orgullo de los hijos que tengo", afirmó Maciel conmovida.