Hija llora en hospital luego de donar su riñón para salvar la vida de su padre
Por el resto de su vida, John Stender tendrá una parte de su hija en su interior.
Todo padre quiere sentirse unido a su hija. Pero según reporta Inside Edition, John Stender puede experimentar esa unión de forma muy literal. Llevará el resto de su vida parte de su hija en su interior. Específicamente, uno de sus riñones, el cual le donó para salvar su vida.
"Lo hice por él, pero lo hice por la familia también", le dijo a la misma fuente. "Quiero que él esté ahí para ver a sus nietos crecer. Quiero que me lleve al altar"
Su padre fue diagnosticado de falla renal hace unos dos años, y su nombre fue ingresado en la lista de trasplantes. Pasaba tres días cada semana recibiendo diálisis, y no podía viajar porque su supervivencia requería estar conectado a una máquina.
La familia discutió la situación y la donación de órganos, pero John, de 70 años, no quería someter a ninguno de sus seres queridos a una serie de exámenes y una riesgosa operación.
Entretanto, su salud empeoraba. Y luego se quedó sin opciones. Sus doctores le dijeron que tenía cuando mucho dos años de vida. Después de eso, ya no habría nada que pudieran hacer.
"Tuvimos una conversación real, cruda y emotiva", dijo Hailee. La chica de 30 años ya se había realizado los exámenes necesarios y era perfectamente compatible con su padre. Ahora, faltaba programar la cirugía. Mira el video del caso a continuación.
El 12 de marzo, Hailee y su padre entraron al pabellón de operaciones del Hospital Clínico de Cleveland. Le dijeron que se sentiría peor que su padre al despertar. Él ganaría un órgano funcional, y ella perdería uno. Pero ella no estaba preparada para el cambio tan drástico que experimentó su padre.
De hecho, estalló en lágrimas al verlo tras la operación. "Se veía tan bien", dijo. "Me puse emotiva. Tenía mejor color, estaba más presente y más lúcido. Se reía. Se veía saludable. Y eso era apenas dos días después de tener un rilón".
"Ver eso lo valió todo", dijo. "Lo haría de nuevo sin pensarlo dos veces"
Recuperarse de su cirugía no ha sido fácil. "Por varias semanas, fue intenso", cuenta. Estar de pie y caminar eran tareas dolorosas. Sus cirujanos "cortaron a través de todo. Toman algunos de tus órganos y los mueven para poder ponerse a trabajar".
Su padre, comisionado del condado en el estado donde reside la familia, West Virginia, está quedándose en Cleveland mientras se recupera del trasplante, y sus doctores monitorean de cerca cualquier señal de rechazo del órgano por parte de su cuerpo. Pero por ahora, todo luce genial, según Hailee.
"Vamos a caminar", dice. "La primera vez que caminamos, no podía seguirle el paso. Ya había llegado al final de la cuadra y yo estaba ahí parada", cuenta entre risas. "Él se siente bendecido".
¡Qué maravillosa hija!