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Jueza manda a arrestar a un inmigrante cuando estaba por casarse

Georgimar Coronil
25 abr 2018
20:26

Sospechó que el novio no estaba de manera legal en EE.UU. y llamó a “La Migra”.

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De acuerdo a lo reseñado por El Diario el 22 de abril de 2018, aunque el día del matrimonio de Alexander Parker y su novia Krisha Schmick debía ser el más feliz, terminó siendo una pesadilla gracias a quien los iba a casar.

Alexander Parker y Krisha Schmick, fueron novios desde la secundaria y siempre soñaron con casarse, por lo que no sorprendió a nadie cuando al fin pusieron fecha para formalizar su ya consolidada relación.

Como querían una boda sencilla, se dirigieron al juzgado de Camp Hill, ubicado en Pensilvania para poder unir sus vidas de manera legal.

Allí, se encontraron con la jueza Elizabeth Beckley, quien en lugar de unirlos en matrimonio, intentó separarlos de la manera más cruel posible.

Se negó a creer que Parker, de 22 años, vivía de manera legal en EE.UU., ya que es originario de Guatemala, por lo que tomó la decisión de llamar a los agentes de Inmigración y Aduanas, para que detuvieran y deportaran al joven en cuestión.

Imagen tomada de: Wikimedia Commons

Imagen tomada de: Wikimedia Commons

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Todavía no tenía mi “green card”, así que les di la identificación que me habían dado en el consulado, se la entregaron a la jueza y después salió un alguacil a decirme que me detendrían porque mi ID no se veía auténtico, afirmó el indignado hombre.

“Traté de decirles que no era falso y que había sido emitido por el consulado guatemalteco, pero no me creyeron y me dijeron que no podía ir a ninguna parte ni abandonar el edificio hasta que pudiera mostrar la prueba”, continuó.

Con lo sucedido, Krisha, de 23 años, corrió a casa de su novio para buscar los papeles que demostraban la legalidad de Alexander en el país, pero la jueza Beckley no esperó por ella y llamó a Inmigración para que se ocuparan del caso y arrestaran al guatemalteco.

Imagen tomada de: Wikimedia Commons

Imagen tomada de: Wikimedia Commons

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Los agentes exigieron al chico que demostrara su legalidad en el país norte americano, a la par que registraban sus huellas digitales sin autorización, y le advertían que en lugar de tener una noche de bodas, estaría en el centro de detención de inmigrantes en Harrisburg.

Eventualmente, los oficiales pudieron verificar que el joven estaba legalmente en el país y se disculparon por haberlo hecho pasar por la humillación.

Tras el incidente, se supo que la jueza Beckley suele tomar este tipo de acciones en contra de las parejas que sospecha podrían tener a un miembro “indocumentado”, pero ella no quiso dar ningún tipo de declaraciones.

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