Nueva biografía de Robin Williams revela el sufrimiento que padeció en sus últimos días
El suicidio de Robin Williams agarró a sus millones de fans desprevenidos. Nadie imaginaba que sufría tanto. Ahora, un periodista narra su infierno.
Todos lo recordamos como el legendario médico-payaso Patch Adams, el irreverente profesor John Keating de La sociedad de los poetas muertos, el alocado extraterrestre Mork de sus inicios o por su papel dentro de Jumanji, entre otras obras maestras de la actuación.
Pero nadie imaginaba que aquel legendario actor que nos hizo reír y llorar al mimso tiempo, llevaba un avernio por dentro que lo hizo llegar a quitarse la vida.
Según recuerda Viralistas.com, a propósito de una nueva biografía que pronto saldrá a la venta, de la estrella de Hollywood venía sufriendo de períodos depresivos “en los que cada vez su vida se hacía más y más difícil de llevar”.
Williams empacó sus demonios y se largó definitivamente a la eternidad luego de haber trabajado más o menos 35 años como artista profesional y más de 60 como ser humano.
Williams nació en 1951. De acuerdo con una reseña de Daily Mail, el trabajo de su rico padre como ejecutivo sénior de la compañía de automóviles Ford, hacía que la familia saltara de ciudad en ciudad en los Estados Unidos.
“En la escuela, Williams siempre era el chico nuevo y tenía dificultades para hacer amigos. Aprendió que contar chistes era eficaz para mantener a los agresores alejados de su espalda”, escribrió el Daily.
Fue encontrado muerto en 2014, con la edad de 63 años, y la biografía escrita por el reportero del New York Times, Dave Itzkoff, revela que el legendario actor había sido diagnosticado equívocamente con Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que puede afectar la elocuencia y los movimientos.
Robin había tenido problemas para caminar en su peor periodo de tiempo, mientras grababa "Una noche en el museo: Secretos de la tumba", película en la no pudo recordar sus líneas en varias oportunidades debido al trastorno cerebral que sufría.
“El suicidio de Robin Williams en agosto de 2014 fue devastador para quienes lo conocieron mejor y también se produjo al final de un largo y difícil declive, como lo demuestra este extracto de la nueva biografía del periodista cultural del New York Times Dave Itzkoff, Robin”, escribió Vanity Fair.
Agregó la revista que en los meses que precedieron a su muerte, Williams enfrentó desafíos desalentadores, tanto profesional como personalmente. Su carrera cinematográfica se había estancado, y su comedia de regreso, The Crazy Ones, no conseguía encontrar audiencia en CBS”
Además, “todavía albergaba culpa por su divorcio de Marsha Garces, su segunda esposa y madre de dos de sus hijos, y se adaptaba a la vida con su nueva esposa, Susan Schneider, con quien se casó en 2011”.
Itztoff hizo una biografía de Robin cuyo lanzamiento fue programado para es 15 de mayo de este año, en la que revela algunas de las cosas que tuvo que vivir el aclamado actor durante sus últimos años de vida, y detalla la decadencia desgarradora de la amada estrella.
Según Vanity Fair, Itzkoff rastrea los últimos meses de la angustiosa vida de Williams.
Sus informes se basan en las perspectivas de algunos de los confidentes y familiares más cercanos de Williams, incluido Billy Crystal; su coprotagonista de Mork & Mindy, Pam Dawber y su hijo mayor, Zak Williams.
También de su nuera, Alex Mallick-Williams; su maquilladora, Cheri Minns; y sus viejos amigos Mark Pitta, Cyndi McHale y Wendy Asher.
Uno de los datos más importantes los da su maquilladora Cheri Minns, quien asegura que él no dejaba de llorar, ya que no lograba recordar sus líneas, ni el guión. Cheri le sugirió que regresara a la comedia en vivo, pero la respuesta fue abrumadora. “No puedo Cheri, ya no sé cómo ser gracioso”, dijo.
“Después de cada grabación lloraba desconsoladamente en mis brazos, hablé con su familia porque no sabía cómo manejarlo”, contó Cheri.
Susan Williams, su esposa, también ha dado información muy relevante durante algunas entrevistas.
Ella explicó que después de su muerte pudieron determinar que Robin realmente sufría de Lewy Body Dementia, una enfermedad cerebral que afecta el pensamiento la memoria y el control de movimiento.
Susan dijo que los días antes de su muerte, Robin presentó síntomas que incluían altos niveles de ansiedad, delirios y sus movimientos empeoraron.
Según la esposa de Williams, el actor comenzó a quejarse de una variedad de síntomas que incluían problemas para orinar, insomnio, pérdida del sentido del olfato y un leve temblor en la mano izquierda.
“Sé que los médicos hicieron lo que debían hacer", concluyó Susan. "Intentaron ayudarlo pero la enfermedad fue más rápida que ellos”.