Moribundo le dice a todos sus amigos que tiene SIDA por una buena razón
Antes de morir, este hombre se aseguró que ninguno de sus amigos se quisieran acostar con su mujer.
El humor puede ser un gran aliado para lidiar con el estrés. Las bromas, las conversaciones ingeniosas y una buena carcajada al día son beneficiosos física y psicológicamente.
Además, un elemento clave de los chistes es que te obligan a mirar una misma situación de diferentes maneras.
Por ejemplo, cuando esta pareja iba por la calle y se consiguieron a un amigo, el hombre le dice al compañero que estaba muriendo con una enfermedad contagiosa, pero todo era un plan para alejarlo de su esposa.
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Este es un matrimonio que va por la calle y se encuentran a un amigo que le dice al marido.
- ¡Hombre, Paco!, ¡cuanto tiempo sin verte!, ¿Qué tal estás?... Aunque tío, te veo un poco desmejorado, ¿Te pasa algo?
- Pues muy mal, Pepe, verás... Tengo SIDA. Si. Fatal chico. Ya terminal. El médico me ha dado tres meses de vida.
El amigo se queda blanco de la impresión y tras intercambiar un par de palabras más, se despide rápidamente y se va todo acongojado.
Cuando se marcha, la mujer se gira y le recrimina al marido:
- Pero Paco, ¡por Dios bendito! ¿Cómo le dices a la gente que tienes SIDA, si lo que tienes en realidad es cáncer en un pulmón?
- Pues por que yo me voy a morir, pero.......¡Contigo no se acuesta ni Dios!