En la boda de la Miss Universo Gabriela Isler, su esposo se descontroló. El hombre compartió detalles
La boda de Gabriela Isler y Alberto Figueroa se salió de control. Espera a ver cuál fue la reacción de la novia.
Todos en algún momento anhelamos nuestra boda sea perfecta, que estemos rodeados de mucha felicidad, de muchas expectativas positivas con respecto al futuro, y recordarlo como un gran momento en nuestras vidas.
Esto es deseado más que todo por las mujeres, considerando que cada uno tenga una diferente historia de amor y de celebrarlo. Cada quien lo hace de acuerdo a sus gustos y posibilidades.
Soy carmín comenta que la historia del matrimonio de Gabriela Isler y Alberto Figueroa es realmente particular.
Cuentan que el día de la boda, mientras que la novia estaba pasando por momentos realmente nerviosos, tensionantes y ansiosos, el novio estaba tomando una actitud muy relajada con sus amigos, bebiendo alcohol en una piscina.
Una vez que se dio cuenta de que había llegado la hora de que todo comenzara, Alberto acudió a la habitación donde se prepararía para uno de los momentos más importantes de su vida: su boda.
“Me relajé mucho y me emborraché, me salí tarde de la piscina y no encontraba el cuarto en el que me tenía que vestir ni la ropa, todo esto con mi sobrino que se quería vestir conmigo… Al final no salí tan tarde porque mi mamá me regañó”, escribió el novio.
Ya listo y arreglado, se dirigió al autobús que lo llevaría a la misa, pero se dio cuenta que él era el único hombre borracho, por lo que decidió sacar las botellas y hacer que todos los demás también estuvieran en ese estado de embriaguez.
“Resulta que en el camino a la iglesia me di cuenta que yo no era el único borracho, todos seguimos la fiesta”, escribió.
A pesar de que todos estuvieran borrachos, la entrada a la iglesia no estuvo mal, estuvo bien, aunque, como lo comenta Alberto, el padre y Gabriela se mostraron muy confusos por su comportamiento y todos empezaron a reír, incluyendo a la novia.
Alberto empezó a ponerse nervioso porque temía que su prometida se diera cuenta que había estado tomando mucho alcohol, antes de la ceremonia.
“Si les digo la verdad es que de los nervios a mí se me pasó un poco la borrachera, pero no dejé la fiesta así… Toda la iglesia comenzó a reir, y tanto el padre como Gabriela no entendían qué estaba pasando. Después Molly me regañó pero valió la pena”.
Alberto, al terminar la ceremonia, quería seguir con la fiesta y quería devolverse al autobús donde estaban sus amigos, pero su ya esposa no se lo permitió.
A pesar de que las cosas se salieron de control, Alberto y Gabriela vivieron uno de los momentos más hermosos de sus vidas, en compañía de sus amigos y familiares, que para ellos es importante, además de siempre estar juntos.