Cientos de niños esperan en celdas de la patrulla fronteriza en Texas
Dentro de un viejo almacén en el sur de Texas, cientos de niños esperan en celdas creadas con cercas de metal. Dispersos alrededor hay botellas de agua, bolsas de papas fritas y láminas de aluminio destinadas a servir como mantas.
La patrulla fronteriza de Estados Unidos permitió hace unos días que los periodistas visitaran brevemente las instalaciones donde detienen a las familias en la frontera sur de Estados Unidos.
Según Associated Press esto se hizo respondiendo a nuevas críticas y protestas por la política de "cero tolerancia" de la administración Trump y la separación de familias.
Más de 1.100 personas se encontraban dentro de la instalación que se divide en salas separadas para niños no acompañados, adultos solos y padres con niños.
Las celdas en cada sala se abren en áreas comunes para usar baños portátiles. La iluminación del techo en el almacén permanece encendida todo el día.
La patrulla fronteriza dijo que cerca de 200 personas dentro de la instalación eran menores sin compañía de un padre. Otras 500 eran "unidades familiares", es decir padres e hijos.
Muchos adultos que cruzaron la frontera sin permiso legal podrían ser acusados de entrada ilegal y luego serían encarcelados lejos de sus hijos.
Los agentes no permitieron a los reporteros entrevistar a ninguno de los detenidos ni tomar fotos de los mismos.
Según diversas fuentes, cerca de 2.000 niños han sido separados de sus padres desde que el Fiscal General Jeff Sessions anunció la política.
Esta ordena a los funcionarios de Seguridad Nacional a remitir todos los casos de entrada ilegal a los Estados Unidos para su enjuiciamiento.
Los movimientos eclesiásticos y los defensores de los derechos humanos han criticado duramente la política, calificándola de inhumana.
Se han difundido historias de niños que fueron arrancados de los brazos de sus padres y que luego no pudieron encontrar a dónde se fueron sus hijos.
En el Valle de Rio Grande, Texas, los funcionarios de la frontera argumentan que deben tomar medidas duras contra los migrantes y separar a los adultos de los niños para disuadir a los demás.
Los agentes que administran la instalación de detención, conocida generalmente como "Úrsula", dijeron que a todos los detenidos se les proporciona la comida adecuada.
Presuntamente también se les garantiza acceso a duchas y ropa limpia, además de atención médica. Se supone que las personas se mueven rápidamente por las instalaciones.
Conforme a la ley de los Estados Unidos,los niños deben ser entregados en un plazo de tres días a refugios financiados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Manuel Padilla, jefe de la patrulla fronteriza, dijo que los agentes en el Valle de Río Grande han permitido que las familias con niños menores de 5 años permanezcan juntas.
Una defensora que pasó varias horas en la instalación el viernes dijo que estaba profundamente preocupada por lo que encontró.
Michelle Brane, directora de derechos de los migrantes en la Comisión de Mujeres Refugiadas, se reunió con una niña de 16 años que había estado cuidando a otra niña durante tres días.
Brane dijo que después de que un abogado comenzó a hacer preguntas, los agentes encontraron a la tía de la niña y las reunieron.
Brane dijo que también vio a los oficiales en la instalación regañar a un grupo de niños de 5 años por jugar en su celda, diciéndoles que se calmaran. No hay juguetes ni libros
Por otro lado, la Dra. Colleen Kraft, directora de la Academia Estadounidense de Pediatría, dijo a Associated Press que recientemente visitó un pequeño refugio en Texas, el cual se negó a identificar.
Según Kraft, una niña dentro de las instalaciones llamó su atención: estaba llorando incontrolablemente y golpeaba sus pequeños puños sobre la colchoneta.
Los miembros del personal trataron de consolar a la niña, que parecía tener alrededor de 2 años, dijo Kraft. La noche anterior había sido separada de su madre y la llevaron al refugio.
El personal le dio libros y juguetes, pero no se les permitió levantarla, abrazarla o consolarla para tratar de calmarla. Como regla, el personal no puede tocar a los niños allí, informó AP.