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Las 5 heridas emocionales infantiles que nos acechan cuando nos volvemos adultos

Vanessa Guzmán
20 jun 2018
21:04

La vida de adultos está vinculada a las emociones vividas cuando niños, incuso las heridas causadas de pequeño, pueden ser reflejo de la calidad de vida en tu futuro.

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Las cicatrices emocionales en la etapa infantil, pueden influir en la actuación de las personas al llegar a la adultez y existen 5 experiencias dolorosas que pueden ser pate de tu personalidad, de acuerdo a lo publicado en La Mente es Maravillosa.

Las heridas más comunes fueron definidas por Lisa Bourbeau, quien explicó una por una, las razones científicas que determinan algunos comportamientos que vienen arraigados a traumas de la infancia.

Estas cinco heridas te pueden acechar al volverte un adulto. Lee con detenimiento y encuentra los motivos que se explican a continuación.

Imagen tomada de Pixabay

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1. Miedo al abandono: La soledad es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. Habrá una constante vigilancia hacia esta carencia, lo que ocasionará que quien la haya padecido abandone a sus parejas y a sus proyectos de forma temprana, por temor a ser ella la abandonada.

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Las personas que han tenido las heridas emocionales del abandono en la infancia, tendrán que trabajar su miedo a la soledad, su temor a ser rechazadas y las barreras invisibles al contacto físico.

Aunque no es fácil de curar, serás tú mismo quien se dé cuenta de que has comenzado a cicatrizar cuando el temor a los momentos de soledad desaparezcan y en ellos empiece a fluir un diálogo interior positivo y esperanzador.

Imagen tomada de Pixabay

Imagen tomada de Pixabay

2. El miedo al rechazo: El miedo al rechazo es una de las heridas emocionales de la infancia más profundas, pues implica el rechazo de nuestro interior.

La persona que padece de miedo al rechazo no se siente merecedora de afecto ni comprensión y se aísla en su vacío interior. Es probable que, si has sufrido esto en la infancia, seas una persona huidiza.

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Por lo que debes de trabajar en los temores, miedos internos y esas situaciones que te generan pánico.Si es tu caso, ocúpate de tu lugar, de arriesgar y de tomar decisiones por ti mismo.

Cada vez te molestará menos que la gente se aleje y no te tomarás como algo personal que se olviden de ti en algún momento.

3. La humillación: Esta herida se genera cuando en su momento sentimos que los demás nos desaprueban y nos critican.

Podemos generar estos problemas en nuestros niños diciéndoles que son torpes, malos o unos pesados, así como aireando sus problemas ante los demás; esto destruye la autoestima infantil.

Las heridas emocionales de la infancia relacionadas con la humillación generan con frecuencia una personalidad dependiente. Además, puedes haber aprendido a ser “tirano” y egoísta como un mecanismo de defensa, e incluso a humillar a los demás como escudo protector.

Imagen tomada de Pixabay

Imagen tomada de Pixabay

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4. La traición o el miedo a confiar: Surge cuando el niño se ha sentido traicionado por alguno de sus padres principalmente, no cumpliendo sus promesas.

Esto genera una desconfianza que se puede transformar en envidia y otros sentimientos negativos, por no sentirse merecedor de lo prometido y de lo que otros tienen.

Haber padecido una traición en la infancia construye personas controladoras y que quieren tenerlo todo atado y reatado.

Si has padecido estos problemas en la infancia, es probable que sientas la necesidad de ejercer cierto control sobre los demás, lo que frecuentemente se justifica con un carácter fuerte.

5. La injusticia: La injusticia como herida emocional se origina en un entorno en el que los cuidadores principales son fríos y autoritarios. En la infancia, una exigencia en demasía y que sobrepase los límites generará sentimientos de ineficacia y de inutilidad, tanto en la niñez como en la edad adulta.

Las consecuencias directas de la injusticia en la conducta de quien lo padece será la rigidez, pues estas personas intentan ser muy importantes y adquirir un gran poder.

Además, es probable se haya creado un fanatismo por el orden y el perfeccionismo, así como la incapacidad para tomar decisiones con seguridad.

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Es bastante común, lamentablemente, que nuestra salud emocional se dañe desde la infancia. A no se es consciente de lo que te está bloqueando, lo que te da vértigo o causa miedo.

En la mayoría de estos casos, el origen es una lección aprendida cuando eran niños, estas lesiones que han causado las primeras experiencias con el mundo y que no has podido sanar.

Las heridas emocionales son experiencias dolorosas de la infancia que conforman la personalidad adulta, quiénes son y cómo enfrentar la adversidad, de acuerdo a la psicóloga Helena Arias.

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