El porqué los padres deberían permitir que sus hijos jueguen afuera
Michael Ungar tiene una idea de porqué es beneficioso para tu hijo que lo dejes jugar afuera de casa, y seguro que le darás la razón.
Según su perfil web, Ungar es conocido por ser autor de libros para padres y cuidadores, y por su investigación de renombre mundial sobre el tema de la resiliencia. Ha escrito y publicado 14 libros y más de 150 artículos científicos.
Ungar es un terapeuta canadiense que ha ayudado a identificar factores importantes que influyen en la capacidad de adaptación de niños y adultos durante períodos de transición y estrés. Su idea de por qué los niños deberían jugar en la calle puede que cambien tus perspectivas de crianza, informa Psychology Today.
Michael comenzó explicando en un caso que se dio en Texas, Estados Unidos, en el que una madre fue detenida por dejar que sus hijos jugaran afuera de casa, en 2012.
Tammy Cooper, mamá de dos niños de 6 y 9 años, fue acusada de poner en peligro a uno de ellos y luego encarcelada, cuando dejó que sus niños jugaran en sus patinetes frente a su casa en un tranquilo callejón sin salida de La Porte, Texas.
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Obviamente, aquí hay un problema serio cuando encarcelamos a personas por actos intrascendentes, cuando abusamos del poder de la policía y, por supuesto, cuando malentendemos por completo las necesidades de desarrollo de los niños.
Hay que tener claro que los niños necesitan andar en sus patinetes en la calle donde hay autos, si van a crecer y ser buenos solucionadores de problemas capaces de tomar decisiones por sí mismos con el sentido común necesario para lidiar con los problemas de la vida.
En lugar de protección, nuestros hijos necesitan de la "ventaja del tomador de riesgos". Ésas son las habilidades que desarrollan nuestros hijos cuando se les otorgan cantidades manejables de riesgo y responsabilidad.
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Eso significa jugar en la carretera cuando sea razonablemente seguro hacerlo. Así es como descubren por sí mismos cómo comportarse para mantenerse fuera del peligro. ¿Un automóvil viene por la carretera? Muévete a un lado y espera hasta que pase.
Mira a los lados antes de salir a la carretera de nuevo. Antes de probar cualquier truco, considera cuán duro será el pavimento cuando lo golpees.
¿Cómo es que los niños en La Porte, Texas, o en cualquier otro lugar, aprenderán a sobrevivir en el tráfico si no tienen la oportunidad de crear el andamiaje psicológico que necesitan para entender las consecuencias de sus acciones?
Las habilidades de supervivencia no son algo que un padre le dice a un niño. Son algo que un padre le enseña a un niño a aprender a través de experiencias vividas.
Pero hay otros elementos notables en esta historia. Ungar cuenta que cuando estudia lo que hace a los niños resistentes, él ha notado un patrón. Por ejemplo, a los niños mayores se les da cierta responsabilidad por los niños más pequeños.
Un niño de nueve años debería haber sido capaz de entrenar a un niño de seis años sobre cómo andar en patinete con seguridad.
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Según los informes de los medios de comunicación, la Sra. Cooper estaba supuestamente afuera cuidando a sus hijos, lo cual ya era más supervisión de la que podría haber sido necesaria debido al nivel real de riesgo presente en ese suburbio callado y con tráfico limitado.
En términos psicológicos, se ha sabido por un siglo que los niños que son empujados un poco más allá de su zona de confort y que se les han dado oportunidades para fracasar en formas que no tendrán consecuencias a largo plazo, son niños a los que les va mucho mejor en la vida.
Pero, como sus cuidadores, debemos brindarles a los niños la oportunidad de enfrentar el peligro y aprender las reglas para la supervivencia.
Un niño que nunca ha montado un patinete en una calle tranquila es un niño mal preparado para conducir un automóvil, y mucho menos para caminar a la escuela y cruzar una intersección muy transitada.
La ventaja de tomar riesgos es algo que estamos motivados psicológica y biológicamente para experimentar por nosotros mismos. Es mucho mejor tomar riesgos cuando el peligro es pequeño y estamos bajo supervisión que cuando somos mayores y no tenemos supervisión.
Por consiguiente, Ungar les pide a los padres que dejen que los niños jueguen, incluso si se trata de una vía razonablemente segura.
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